El verano está a la vuelta de la esquina y son muchas personas las que están aprovechando para concretar sus vacaciones y evitar que estas les salgan por un ojo de la cara. Hay turistas que se decantan por clásicos destinos, como la Costa del Sol, y otros que prefieren explorar mundo y viajar a lugares más exóticos, como Bali, Madagascar, Maldivas o Australia, entre otros.
En cualquier caso un destino que nunca falla y en el que podrás encontrar desde idílicas playas propias del Caribe hasta increíbles paisajes verdes en pleno mes de agosto es Galicia. Las Rías Baixas, Santiago de Compostela o A Coruña son algunos de los sitios más frecuentados, si bien la zona de la Costa da Morte tampoco es queda atrás y en ella todavía quedan algunos pintorescos pueblos marineros poco conocidos.
Es el caso de la villa de Corme (técnicamente, Corme-Porto), que encuentra en el percebe su principal recurso económico. Es tal su importancia que la localidad le dedica una fiesta desde hace más de 30 años a este valorado crustáceo. La Festa do Percebe do Roncudo -declarada Fiesta de Interés Turístico- es una auténtica exaltación gastronómica de este manjar tan codiciado y tiene lugar el primer o segundo sábado del mes de julio.
Las mareas marcan la celebración de esta fiesta que atrae a numerosos vecinos y amantes de la gastronomía gallega. La degustación de percebes se vienen realizando en el muelle de Corme, en donde se colocan mesas y sillas para que los comensales puedan disfrutar con comodidad y bonitas vistas de este manjar.
Dejando de lado el apartado gastronómico, la piscina natural de Corme es otra de las razones por las que visitar esta villa marinera de poco más de 1.000 habitantes. La poza -de forma circular y de gran profundidad- está situada a los pies del Faro de Corme y se encuentra rodeada al completo de roncas. Es un lugar perfecto para darse un refrescante chapuzón (aunque con mucho cuidado, eso sí) en aguas del Atlántico o para capturar uno de los atardeceres más hermosos de la zona.
Y si hablamos de Faro no podemos dejar de mencionar el Faro Roncudo, una pequeña edificación con 11 metros de altura construida en 1920 que destaca por el espectacular paisaje que lo acompaña. Aquí se obtienen los mejores percebes del mundo, pero se trata de una zona rocosa peligrosa y así lo atestiguan las numerosas cruces en recuerdo a los percebeiros que perdieron la vida en el mar.
También cabe destacar que Corme está a un paso de la famosa Pedra da Serpe, monumento de origen y fecha desconocida que se ubica entre la carretera de Gandomil y la praia da Ermida. Se trata de una roca de granito con el relieve de una serpiente, sobre la que se clavó una cruz. En la base del crucero podemos apreciar la figura de una serpiente alada, algo excepcional en el mundo occidental", señalan desde Turismo Ponteceso.
El turista que visite en verano esta pequeña villa marinera también puede aprovechar los días más calurosos para darse un baño en algunas de las playas de la zona, como la praia da Ermida, de Arnela y de Osmo. También merece la pena acercarse hasta la playa Balarés y completar la visita con la población de Laxe.
No debe confundirse Corme-Porto con Corme-Aldea, a pesar de que tan solo unos cientos de metros separan ambas villas. En esta última aldea, que también es parroquia, se ubican algunos puntos de interés, como la Fuente de Santa Cruz, la Iglesia San Adrián o el cruceiro do Lugar.
¿Cómo llegar en coche a Corme-Porto?
Corme-Porto está en la Costa da Morte y para llegar en coche desde A Coruña hay que tomar la AG-55, con una duración estimada de viaje de 55 minutos. En el caso de Santiago de Compostela la ruta más rápida es por la AC-404 (1 hora y 17 minutos), aunque también existe la posibilidad de ir por la DP-1914 (1 hora y 20 minutos).