¿Llega el fin de semana y no tienes planes a la vista? Pasar el día en la playa puede ser una opción muy atractiva ahora que llega la temporada de verano, pero si quieres escapar de la rutina y también huir de las grandes aglomeraciones, las playas fluviales son una alternativa ideal para pasar un día en familia o con amigos.
Son 68 kilómetros los que separan la ciudad de A Coruña del lago artificial más grande de Europa, que se ubica en As Pontes de García Rodríguez, al norte de la provincia. Tiene 5 kilómetros de longitud y 200 metros de profundidad, lo que le convierte en la reserva de agua dulce más importante de Galicia, por detrás del embalse de Belesar, en Chatada (Lugo).
Este gran lago fue creado por Endesa para rellanar el hueco de una antigua mina que abastecía a la central térmica de As Pontes y en el año 2012 se transformó en un espacio ideal para el ocio y el deporte para los vecinos y turistas que visitan la zona.
Precisamente, en este espacio se ubica una bonita y tranquila playa fluvial para darse un chapuzón los días más calurosos del año (o para aquellos en los que el mar esté algo más bravo) y para practicar deportes náuticos. También hay rutas de senderismo por la zona, que además alberga eventos deportivos, como la Samurai Race, una prueba de obstáculos para los más valientes.
La playa fluvial de As Pontes de García Rodríguez fue el primer arenal de interior de la provincia de A Coruña en obtener la Bandera Azul, lo que confirma la excelente calidad de agua para el baño. En la zona hay varias zonas de sombra y un establecimiento de hostelería para tomar un refrigerio o tomar un tentempié a mediodía.
Aparcar no será un problema, ya que a la entrada de la playa fluvial hay una amplia zona de aparcamiento. Para llegar desde Ferrol, la ruta más corta es por la AG-64, aunque si el viaje comienza en A Coruña, hay que tomar la AP-9 y después desviarse por la AC-564, con una duración estimada de viaje de 50 minutos.
Si la visita a la playa flvuial de As Pontes te sabe a poco también puedes ir hasta la localidad para descubrir (y cruzar) algunos de sus muchos puentes, pasear por el casco viejo, rodearse de naturaleza en las Fragas do Eume o subir hasta el Mirador da Carbueira, uno de los mejores miradores al cañón del Eume.