La provincia de A Coruña está llena de rincones con encanto, donde el paso del tiempo ha dejado una huella imborrable en la historia y las numerosas leyendas aportan un toque misterioso y mágico. Desde cabo Ortegal hasta la comarca de Barbanza. Es una lista (casi) infinita, pero hoy en Quincemil nos desplazamos hasta la Costa da Morte para hablar de una legendaria aldea desde donde se dice que los celtas gallegos rendían culto al sol.
La historia O Pindo está íntimamente ligado a su entorno natural y a los pies de este lugar de Carnota (A Coruña) se ubica el Monte Pindo, un gigante de 642 metros de altura. Está lleno de misterio y alberga infinidad de leyendas. De hecho, la tradición popular sostiene que en este punto descansan los restos de la reina Lupa junto con un tesoro de incalculable valor infinitas veces buscado. También se dice que los celtas gallegos rendían aquí culto al sol, haciendo de él su Olimpo.
"El trabajo de erosión ha convertido este macizo en un llamativo conjunto de extrañas figuras zoomorfas y antropomorfas, que la imaginación popular atribuyó, a menudo, a fuerzas sobrenaturales", apuntan desde Turismo Costa da Morte. Hay quien observando las rocas ha visto todo tipo de seres mitológicos: desde gigantes hasta guerreros.
7 kilómetros inacabables de arena finísima
Para subir hasta la cumbre de A Moa es necesario dedicarle un par de horas, pero el esfuerzo merece la pena porque desde ella se pueden disfrutar de unas vistas increíbles con el océano Atlántico de fondo. De hecho, desde este punto se aprecia la playa de Carnota, que con sus 7 kilómetros inacabables de arena finísima es la más larga de Galicia.
Este arenal alberga un ecosistema único, con increíbles sistemas dunares y aguas cristalinas. Sus visitantes también podrán descubrir algunos pantanos y lagunas, e incluso una naturaleza autóctona. Tal es su belleza que algunos periódicos internacionales, como The Guardian, la considera una de las mejores playas de Europa.
En esta aldea de la Costa da Morte también está la playa de O Pindo, más pequeña y de aguas tranquilas. Tiene unos 700 metros de longitud y se ubica en un entorno privilegiado, motivo por el que en los meses de verano suele tener un alto grado de ocupación.
Muy cerca de O Pindo se encuentra la Fervenza do Ézaro, la única cascada de Europa que termina en el mar. Su singularidad y su belleza han motivado que, hoy en día, sean uno de los destinos más populares y concurridos de Galicia. En temporada estival, la cascada se ilumina y los amantes del deporte, pueden practicar algunas actividades acuáticas, como kayak.
Y regresando al tema de los miradores, la hoja de ruta de cualquier viajero que visite la zona también debería incluir una pequeña parada en el mirador de As Paxareiras, una balconada natural que muy pocos conocen y que se ubica en el trayecto que une las localidades coruñesas de Carnota y Mazaricos.
Pero cerca de O Pindo hay mucho más por descubrir: los hórreos de Carnota y de Lira, el faro de Lariño, la Boca do Río, el Castelo de Penafiel, el Castro de Mallau, el pintoresco pueblo de Muros...
¿Cómo llegar hasta la aldea de O Pindo?
La aldea de O Pindo es fácilmente accesible por carretera y para llegar desde el municipio de Carnota hay que tomar la carretera AC-550, con una duración estimada de viaje de 15 minutos. Si el viaje comienza en Fisterra, la ruta más corta es por la AC-445 y AC-550, mientras que desde la ciudad de A Coruña, habría que coger primero la AG-55 para luego desviarse por la carretera AC-552.