La belleza y la inmensidad caracterizan a la Mariña Lucense, un lugar perfecto para ver mágicos atardeceres con una persona especial. No hace falta irse muy lejos para encontrar un lugar idílico y ver cómo el sol va despareciendo poco a poco en el horizonte.
Vivir este momento desde los Acantilados de Papel (o Cantís de Papel, en gallego) es algo que deberías hacer alguna vez en la vida porque el despliegue de colores en los meses de verano es espectacular. Estas formaciones de rocas graníticas y de extraordinaria belleza constituyen un privilegiado enclave que no suele ser muy frecuentado a última hora del día.
Aunque la praia de As Catedrais o el Mirador do Duque son algunos de los sitios más populares para ver el atardecer, poco (o nada) tienen que envidiar los Acantilados de Papel. Con más de 6.000 años de historia a sus espaldas, es uno de los lugares más sorprendentes del norte de Galicia, a la altura también de las pasarelas de O Fuciño do Porco, en O Vicedo.
Los Acantilados de Papel
Los Acantilados de Papel recorren la franja litoral desde el Cabo de Morás hasta Punta Roncadoira y para llegar a este "cementerio" de rocas hay que pasar O Portiño de Morás y tomar la dirección hacia el cabo que lleva el mismo nombre.
"Al fondo de este paisaje futurista la costa se precipita en una pared vertical de granito de 32 metros de altura, cortada y esculpida por el viento y la lluvia durante siglos de paciencia, dando lugar a caprichosas formas en las piedras que recuerdan a las angulosas esculturas del arte del origami", informa Turismo de Xove.
Y es por este motivo que se conoce popularmente esta zona del litoral como los Acantilados de Papel.
Desde este punto de Punta Morás se pueden observan los Islotes Farallóns al este, mientras que al oeste están Las Salseiras hacia Punta Arxente y el Islote de Ansarón, una de las mayores islas de la costa lucense, con acantilados muy ricos, productores de percebe.