Le Petit Patito, influencer en A Coruña: "Critico el hacer las cosas por hacer, sin reflexionar"
La diseñadora e ilustradora Laura Pato es todo lo contrario a lo que se puede esperar de una "instagramer", su cuenta de Instagram la muestra a ella sin filtros, comentando todo aquello que le gusta y le causa interés
4 agosto, 2024 05:00"Persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales", es el significado que da la RAE a la palabra "influencer". A Laura Pato, más conocida como @le_petit_patito, todavía le cuesta reconocer que sus publicaciones pueden llegar a ser influyentes en la sociedad. Sin embargo, cualquier publicación de la diseñadora e ilustradora se escapa de todo aquello que otros pretenden transmitir.
A pesar de ser influencer y de crear contenido para sus redes sociales, la joven busca distinguirse del resto de personas de su gremio criticando, desde el humor, lo que otros instagramers generan: un "consumismo sin freno". Con ello, anima a sus más de 67 mil seguidores de su red social Instagram a que escapen de todo ello.
Cuéntanos sobre ti. Más allá de redes sociales, ¿quién es Laura Pato?
Yo me vine a vivir A Coruña para estudiar Arquitectura. Estudié la carrera un montón de años y luego me volví a Ourense. Allí estuve trabajando de arquitecta, hasta que de nuevo regresé a A Coruña.
¿Actualmente te dedicas a la arquitectura?
Soy diseñadora, y aparte de mi trabajo de 9:00 a 17:00 horas, después me dedico a hacer todo lo que ves en redes.
Pero tu trabajo de diseñadora tendrá algo que ver con la carrera que estudiaste, ¿no?
No mucho, soy diseñadora gráfica y de moda. Lo de arquitectura lo intenté, pero lo otro fue un tema que surgió naturalmente. Yo aún no había acabado la carrera y ya había empezado a trabajar en Vazva, en la tienda de surf, de ilustradora freelance. Compaginé una cosa con la otra. Cuando acabé la carrera sí que quise trabajar de arquitecta: trabajé en Ourense en un estudio, pero las condiciones eran muy malas y mi intención era irme fuera a trabajar. La verdad es que esto de la ilustración y la ropa fluyó y al final pues ha sido así.
¿Por qué decidiste volver a A Coruña?
Me vine a estudiar un máster de moda y arquitectura, que era la primera vez que se hacía algo así en A Coruña. Lo que pasa es que se apuntó tan poca gente que no lo hicieron.
¿Fue en ese momento cuando decidiste volcarte en las redes sociales?
Yo creo que empecé a subir dibujos en vez de fotos porque tenía más feedback. Tampoco me gustan mucho las fotos, ni lucirme a mí misma. Entonces me surgió la oportunidad de hacer la portada de Juanito Makandé. Le hice la portada y a partir de ahí di como un pequeño salto en el mundillo. A partir de ese momento empecé a hacer trabajitos y fue ahí cuando dije: bueno, igual me lo tengo que tomar en serio.
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Pero ¿cuándo comenzaste a hacer ilustraciones para ti y para tus seguidores? Más allá de los trabajos que te iban surgiendo.
Ya de pequeña siempre dibujé, nunca dejé hacerlo. Es lo que yo digo, todos dibujamos, pero algunas personas dejan de hacerlo y otras no. Yo cuando elegí arquitectura lo hice en parte porque sabía que se podía seguir dibujando. Y claro, aparte de usarlo para mi trabajo o para mi carrera, pues lo usaba para mis cositas, para mis tonterías.
Como diseñadora, ¿de dónde sacas la inspiración para poder crear en tu trabajo, sin dejar abandonadas las redes?
La inspiración que necesito para el trabajo, no es la misma que necesito para mis publicaciones personales, pero tampoco me fuerzo: o sea, si no sale. Hay meses que publico muy poco, pero si estoy inspirada lo hago y ya. Mis publicaciones también tienen mucho que ver con cosas que me pasan o que veo o escucho. Entonces cuando me quedo con algo, lo apunto en un bloc de notas y lo ejecuto.
O sea, que no es que lleves al día tu cuenta de Instagram, sino que depende del momento.
Antes lo hacía, realizaba una publicación día sí, día no. Antes, hace años. Pero bueno, ahora ya no lo hago y no pasa nada.
¿Y como llevan eso tus seguidores? ¿Requieren de tu atención?
A ver, algunos me preguntan cosas serias y profesionales, pero la verdad es que muy pocas, porque es como un troleo mutuo que tenemos. Aunque bueno, sí que es verdad que alguna vez me han escrito para pedirme consejo, tipo que querían empezar a dibujar y qué debían hacer. Es más bien una comunidad que me sigue por el humor, creo.
Dentro de Instagram, haces una crítica directa hacia la red social, entre otras cosas. ¿Cómo es eso?
Sí, intento ser crítica, pero desde el sarcasmo. Algo gracioso para que tampoco nadie se sienta ofendido, porque sí que es verdad que a lo mejor en el pasado me pude pasar en ese sentido, y tampoco me gusta generar odio hacia otra persona. Me gusta que sea siempre a través del humor, en general los comentarios que recibo de la gente son el 90% positivos.
¿Y ese 10%?
Ya hace tanto que no tengo comentarios negativos, que no sé ni qué decir. En vídeos que subo de pisos, pues hay gente que dice cosas en plan: "¿Qué queréis, vivir en un palacio por 200 €? Y no, no es eso. Yo les contesto si se me ocurre algo gracioso que luego yo pueda compartir, como para hacer un poco de sangre, pero sin pasarnos. Pero lo que es entrar al trapo no lo hago, porque no merece la pena. Además, suelen venir de gente que no me sigue.
¿A qué te refieres cuando dices que en el pasado te pasaste?
Como que me ensañaba con alguna persona en concreto y no, ese no es el camino.
Yo empecé a mirar idealista, como todo el mundo, pero ahora se ha convertido en algo diario, que digo "a ver qué novedades hay", y me encanta.
Lo que comentas de los vídeos de los alquileres. En los últimos meses has centrado tu contenido en redes sociales en comentar anuncios de Idealista, ¿porqué?
Yo me vi en la situación de buscar piso ya hace años, ahora estoy tranquila con el mío, pero sí que es verdad que a mi alrededor siempre hay gente buscando piso: gente nueva que llega, que se va... Es un tema del día a día. Yo empecé a mirar idealista, como todo el mundo, pero ahora se ha convertido en algo diario, que digo "a ver qué novedades hay", y me encanta.
¿O sea, que te metes todos los días en idealista?
Sí, casi todos los días, ja, ja. De hecho, una vez que pensé que me habían bloqueado porque me salía un mensaje extrañísimo pero idealista, intentaba loguear mi cuenta, porque así puedo guardar favoritos, y no me dejaba, pero menos mal que al final fue un error de la página.
Me imagino que el correo lo tendrás repleto de anuncios de Idealista, ¿no? Esos que todos metemos en la carpeta de spam, ja, ja.
No, no me llegan. Bueno, me quité todas las alertas, es verdad, porque ahí atrás estuve buscando piso y una vez lo encontré, las desactivé, para no ver si había algún otro piso mejor. Pero bueno, yo me sigo metiendo.
¿Cómo fue el buscar piso para ti? Sobre todo con un gusto tan exigente como el de una arquitecta.
Pues muy difícil, la verdad. Al principio tienes unos estándares: cinco cosas básicas. Pero al final te metes en Idealista, pones el rango de precios, y ves la realidad. Entonces, pues hay que elegir. En mi caso era que tuviera algo especial, que no fuera un piso en Ofimático. Que genial por Ofimático, pero yo no me iría a vivir allí, buscaba algo en la zona vieja, que tuviese una galería y algo que a mí me hiciese sentir como mi casa. ¿Y el resto? Garaje, ascensor y todo eso, pues tuve que prescindir.
También creas ilustraciones con mensajes feministas.
Lo intento, pero tampoco tengo un discurso muy elaborado, porque yo también estoy aprendiendo constantemente. Entonces no me gusta decir cosas que en el futuro pueda arrepentirme, o que se puedan decir mejor. No sé, eso me da como mucho respeto. Soy consciente de que tengo mucho que aprender, mucho que leer, mucho que reflexionar.
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¿Qué es lo que buscas transmitir con tu contenido?
Lo que hago es que critico el hacer las cosas por hacerlas, sin reflexionarlas, el comprar por comprar. Intento que la gente sea un poco consciente de lo que hace. Sí que parece poco, pero es mucho. Es como, no sé, prescindir de todo aquello que parece que tenemos que hacer porque sí, porque lo vemos en Instagram: la copia de la copia, todo el rato. Creo que eso es un poco el hilo conductor de mi trabajo, publicación, o lo que sea.
Viniendo del mundo de la moda, ¿no te has visto alguna vez en esa situación?
Cuándo empiezas es normal. A mí ya me gustaba la ropa, pero nunca me gustó comprar por comprar. Cuando empiezas a trabajar en esto, y ves la cantidad de ropa que sale cada semana y que se vende, porque todo se vende, te hace pensar en que la gente no le da dos vueltas a las cosas antes de comprar: como es barato, compran, y ya está.
Y a mayores, ¿sobre qué hablas?
Las cosas que hago como más en serio: ilustraciones que me gustan. Por ejemplo, este año hice las camisetas para el Resu, hice la portada de Bala, que son de aquí. Ese tipo de cosas las comparto también y es el contenido que más me gusta. Pero bueno, al final a la gente es lo que menos le interesa.
Y, además de la cuenta @le_petit_patito, ¿tienes tu cuenta personal?
No, no, es el único que tengo. Es un poco raro: mezclo temas personales, con temas profesionales. En un batiburrillo, pero al final es como soy, y ya está.
O sea, que la que sale en tu Instagram, eres tú, sin filtros.
A ver, me autocensuro bastante, pero quizá como haría en una mesa tomándome un café con alguien que no conozco, o con mucha gente. Quizá no dices ciertas cosas, lo normal. Al final se trata de convivir con la gente, ser civilizado.