Muchos amores surgen por casualidad cuando menos te lo esperas y una simple tarde de cañas ha terminado tres años después (y una pandemia de por medio) en un altar con un "sí quiero". Así se ha fraguado a fuego lento la historia de Sara Rodríguez y Daniel C. Soengas, conocidos por sus allegados como "Los Beckham de A Cheda" y que sellaron su amor el sábado 17 de agosto en la Finca A Fortaleza de Lugo.

Todo ello en una emotiva ceremonia al aire libre en la que incluso los invitados que se ubicaron en los bancos contaron con pañuelos para "secarse las lágrimas de felicidad", como se indicaba en su envoltorio. Ambos son lucenses y nunca se habían cruzado ni visto hasta que por amigos en común se produjo un encuentro tras el que nunca se han vuelto a separar.

Boda.

Sus mundos son muy diferentes, ella profesora de pedagogía terapéutica y trabajadora social y él miembro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, pero eso no ha sido impedimento para tener una relación que ha dado un paso de gigante con su boda.

No todo fue siempre fácil entre ellos, dado que gran parte de los años que llevan juntos fueron a distancia, dado que Daniel vivía en Madrid por trabajo cuando conoció a Sara y posteriormente pidió el traslado a Valencia, motivado porque ese movimiento le permitiría en un futuro a corto plazo acercarse laboralmente a Galicia y así afortunadamente ha sido. 

Boda.

Tanto la preboda el día anterior a convertirse en marido y mujer como el propio día del enlace han llevado el sello que les caracteriza, el de dos personas inconformistas y amantes de la vida que han querido regalar a amigos y familia un día para recordar con detalles poco habituales en una boda que la han convertido en única.

La plaza do Campo de Lugo ha sido testigo de las celebraciones previas por el enlace de esta pareja, ya que el viernes 16 de agosto la zona se llenó de mariachis cantando grandes éxitos e incluso bailando animadamente con la novia. A los pinchos y copas de ese día en el local Rabuda Tosar acudieron unas 100 personas y a la propia boda alrededor de 150.

Boda.

Asimismo, la fiesta para el novio y la novia empezó hace semanas con dos despedidas para él en Tenerife y Gijón con concierto de Estopa incluido y en Málaga para ella, donde no faltó el tablao flamenco.

Llegada en escarabajo rojo, tote bags con mensajes y bingo

La ceremonia se celebró a las 18:30 horas y el novio sufrió el retraso habitual de las novias, pero todos los nervios ante este momento tan importante y deseado se disiparon para él cuando Sara llegó en un flamante escarabajo rojo con los labios a juego y un peinado del Salón 125.

Tras el discurso de amigos íntimos de la pareja y el ritual de la arena, ya convertidos en marido y mujer celebraron el momento con un beso de película bajo una lluvia de pétalos que dejaron fotos para el recuerdo y lágrimas en las caras de muchos de los presentes.

Boda.

El vestido era un modelo exclusivo de Fontelo novias de Lugo y las joyas y alianzas fueron hechas a mano en Joyería Pallín. En el escarabajo rojo fue en el que llegaron los novios al convite, concretamente a los pinchos previos a la cena, ambos ataviados con llamativas gafas de sol, negras él y ella en forma de corazón con pedrería.

Boda.

Lo primero que hicieron fue servir Alma Atlántica de forma artística en una torre de copas con la que posteriormente hicieron un brindis comunitario con los invitados. Los presentes pudieron disfrutar en este rato de un rincón del vermut, un pulpeiro o llevarse recuerdos de la ocasión ya que estaba presente un caricaturista. Todo ello amenizado por el grupo La Disquetera.

De cara a la cena, cada persona tuvo que acudir a un gran póster en el que debían buscar su nombre y rascar un círculo ubicado debajo tras el que se escondía el número de mesa en el que debían sentarse. Ante las altas temperaturas que superaron los 25 grados, se repartieron abanicos serigrafiados con el nombre de los novios y la fecha del enlace que dada su flexibilidad se podía reducir su tamaño para introducirlo en los bolsos.

A la llegada al comedor alrededor de las 22:00 horas, cada mesa tenía nombrado a su capitán, cuyo deber era sacar una fotografía de todos los invitados sentados en ella juntos y en cada silla el obsequio era de una tote bag con amorosos mensajes y una botella de vino personalizada con una fotografía de los novios y un QR que indicaba a los invitados que debían escanear pasada una semana para acceder a las imágenes de la boda.

Boda.

Durante la cena sonaron bocinas, ya que amigos del novio compraron decenas para darle un toque incluso más animado al día, y el gran momento esperado por todos fue el bingo, en el que un primer ganador se llevó un jamón y un segundo una selección de fiambres. Además, como obsequio a los hombres se dieron gafas negras de sol y para las mujeres gafas blancas en forma de corazón.

Durante el banquete muchas personas lucieron calcomanías con diferentes mensajes e iconos relacionados con los novios que se ubicaron en la entrada de los baños para poder ir acordes a la ocasión y lo más temáticos posible.

Boda.

Los mejores momentos de la cena y de este día tan especial fueron inmortalizados bajo el objetivo del fotógrafo Manu Díaz, que ahora ha dado el testigo a los propios novios en inmortalizar su amor que están celebrando con una luna de miel entre Bali y Maldivas.

Gorilas, plumas, limbo, adornos fluorescentes y una pistola de CO2

Boda.

La parte inferior de la zona de comedor de la finca A Fortaleza fue la que albergó una gran fiesta acorde al festival que los novios quisieron montar para sus invitados. Llegada la medianoche, por la escalinata del salón de fiestas decorado por Guirnalda eventos bajó Sara con unos llamativos traje y diadema de plumas de color rojo, acompañada de cuatro personas con careta de gorila que repartieron todo tipo de adornos y barras fluorescentes a los presentes para que por fin pudiera comenzar la fiesta, que se extendió casi hasta el amanecer.

Boda.

Los responsables de una noche de fiesta para no olvidar fueron los Party Makers, que junto a la pistola de CO2 para refrescar el ambiente y añadir un humo fiestero y el dj de la Gramola hicieron que los invitados lo pasasen en grande cantando y bailando temas clásicos y actuales conocidos por todos.

Boda.

Uno de los momentos más festivos fue cuando apareció un limbo con dos chupitos en cada extremo y los invitados por pareja se pusieron a prueba para agacharse y beberlos mientras bailaban al son de la canción del mismo nombre.

Boda.

Entre medias, los animadores sacaron jeringuillas con bebida que iban regalando a los invitados que se prestaban a abrir su boca mientras bailaban, al mismo tiempo que un fotomatón inmortalizó a todos con los novios y diferentes adornos para que esas fotos instantáneas se fueran colocando en un álbum junto a las dedicatorias para la pareja. Los fumadores estuvieron de suerte con una mesa del tabaco en la que la carta de presentación era un cartel del icónico Julio Iglesias junto a la letra de una de sus famosas canciones.

Boda.

Como fin de fiesta y tras largas horas de bendita locura con los novios celebrando este paso tan importante, antes de dormir y coger el bus de vuelta a la ciudad de la muralla los invitados pudieron tomar pizza, gominolas y otros dulces para acabar el día con el buen sabor de boca que mereció este día único.

A lo largo de este verano, Quincemil hará crónicas de algunas de las bodas más diferentes de A Coruña y del resto de Galicia. Permanece atento a estas páginas cada semana.