Medios internacionales como The Economist, Financial Times, The New York Times, The Guardian o Rolling Stone llevan sello compostelano en sus páginas. El artista visual y diseñador 3D, Ricardo Rey (Caracas, 1993), es el autor de muchas de las ilustraciones que abren las portadas de las grandes cabeceras del mundo.
Además de su trabajo para los medios de comunicación, Ricardo Rey -más conocido como @teteerck- ha colaborado con prestigiosas marcas de moda como Hèrmes y ha participado en el diseño de portadas de libros o de cartaces de festivales. Todo esto desde Santiago de Compostela, ciudad en la que está afincado desde hace diez años.
¿Cuándo decides mudarte a Santiago?
Siempre fue un poco el plan de mi familia. Crecí muy apegado a mis dos abuelos paternos, que son de aquí: ella de Berdía (Santiago) y él de Chaián (Trazo). Emigraron a Venezuela muy jóvenes, pero su idea siempre fue volver. Durante mi infancia y adolescencia venía algunos veranos y me gustaba mucho, le fui cogiendo cariño a Galicia. Pero no fue hasta 2014, con 21 años, que decidí venirme solo con la intención de dar un primer paso para que me siguiera mi familia después. En junio hice 10 años viviendo en Compostela.
¿Cómo surge tu interés por el diseño?
Mi interés por el diseño siempre estuvo ahí, pero no fue hasta mi último año de bachillerato que lo entendí. Desde pequeño creo que ya tenía cierta inclinación hacia lo visual, me gustaba dibujar y ese tipo de cosas. La influencia de mi familia también tuvo que ver, especialmente de mi padre, que me enseñó a ser curioso y apreciar el valor de ser creativo y el buen diseño de las cosas.
Por otro lado, creo que ayudó que siempre pude tener acceso a un ordenador y eso empezó a despertar en mí cierto interés por programas de diseño sin saber muy bien qué eran. Incluso trasteaba con algún programa de edición de vídeo y 3D. Me di cuenta de que se me daba bien aprender software de diseño porque realmente lo pasaba bien, aunque nunca lo vi como una profesión. De hecho, de niño quería ser abogado.
Al final de bachillerato me inclinaba más hacia una ingeniería mecánica o eléctrica. Pero el momento decisivo llegó cuando descubrí la carrera de Ingeniería en Diseño Industrial. Fue una revelación, era como unir todo lo que me gustaba o creía que se me daba más o menos bien en una sola carrera.
¿Dónde te has formado?
Considero que hay dos partes: la informal, que es la autodidacta y con mucho Internet, me ayudó a tener cierta base para explorar lo que me gusta y también me fue muy útil cuando ya estaba en la parte "formal". Diría que esta empezó cuando terminé el bachillerato. Aunque quería estudiar Ingeniería en Diseño Industrial en la Universidad de A Coruña, mi madre no estaba muy convencida de que me viniera solo a vivir a España con 17 años.
Así que me matriculé en el Instituto de Diseño de Caracas. Era Diseño Industrial a secas, no una ingeniería, pero era el mejor sitio para estudiar diseño y las asignaturas eran prácticamente las mismas. Estudié 3 años, pero tuve que venir a España justo antes de terminar la carrera. Al llegar aquí, entré en el EASD Maestre Mateo en Diseño de Producto, donde cursé un año.
¿Siempre has trabajado como freelance?
Sí, siempre.
¿Por qué te decantaste por esta fórmula?
Cuando estaba estudiando me imaginaba trabajando en algún estudio de diseño de producto o de transporte, que era en lo que pensé especializarme en un principio, así que la puerta de trabajar por cuenta ajena nunca estuvo cerrada. Pero una de las cosas que me atraía del diseño es que te da herramientas y la posibilidad de crear un producto propio. Así que cuando empezaron a llegarme encargos y oportunidades de forma regular, no se me hizo extraña la idea de ser autónomo. Aprecio bastante la flexibilidad y lo gratificante que puede llegar a ser.
Tus trabajos protagonizan las portadas de los grandes periódicos internacionales. ¿Cómo empezaste a trabajar con ellos?
A finales de 2016 estaba bastante enfocado en el modelado 3D, intentando dejar un poco de lado el aspecto técnico. Quería explorar el lado más artístico y conceptual para tener una visión más generalista, así que en 2017 decidí emprender un desafío personal para mejorar mis habilidades y creé una ilustración 3D nueva cada día, que compartía en Instagram. Este reto no solo me permitió desarrollar una disciplina creativa, sino que también me brindó la oportunidad de experimentar con diferentes estilos y técnicas y también creo que me dio algo de visibilidad.
A principios de 2018 recibí un correo electrónico de un diseñador e ilustrador editorial de Barcelona. Me preguntaba si estaba interesado y disponible para ayudarle a ilustrar una portada para The New York Times. Por supuesto, acepté y nos pusimos manos a la obra, ya que había que tenerlo listo para el día siguiente. Afortunadamente, salió bien y vinieron más encargos y oportunidades.
Otros diseñadores e ilustradores increíbles también se interesaron en tenerme como colaborador. Siempre trato de aprender muchísimo de ellos y casi sin darme cuenta, después de muchas colaboraciones, comenzaron a llegar correos electrónicos directamente de directores de arte y algunos editores de medios como The Atlantic, The Economist o The New York Times para ilustrar artículos y portadas con ellos.
Pero no diseñas solo para prensa o revistas, también has colaborado con Hermès. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con una de las marcas más prestigiosas del mundo?
Sí, he colaborado un par de veces con Hermès, en ambas ocasiones ayudando a crear pequeñas animaciones graciosas para sus redes sociales. Generalizando un poco, parece que con las marcas grandes el proceso es más relajado. Siempre hay cierta presión, muchas veces autoimpuesta, porque quieres hacerlo lo mejor posible y de entrada piensas que van a ser más difíciles por ser quienes son.
Sin embargo, me ha dado la sensación de que te dejan fluir un poco más, piden pocos cambios y el trabajo se hace más ameno. Parece que si te contactan es porque realmente quieren trabajar contigo y que hagas lo tuyo.
También has hecho diseños para festivales o incluso para la portada de libros. ¿Cambia mucho la forma de trabajar con respecto a los medios más convencionales?
El proceso es bastante similar, aunque con algunas diferencias. La principal es el tiempo disponible para completar la ilustración. En el caso de una portada de libro o un póster, generalmente se cuenta con más tiempo; puede tratarse de semanas o incluso más, y en general el proceso es menos frenético que al trabajar en una ilustración para un periódico o revista, donde normalmente tienes unos pocos días, o incluso horas, para completarla.
A veces parece que el tiempo disponible para hacer el trabajo está relacionado con la "vida útil" de la imagen. Una ilustración editorial para revistas o periódicos tiene que ser lo mas fresca posible, quizás solo esté vigente el mismo día de su publicación, ya que al día siguiente habrá otro periódico con nuevas noticias e ilustraciones. En cambio, un póster para un festival necesita mantenerse relevante durante toda la promoción del evento, y la portada de un libro debe poder defenderse incluso hasta la próxima edición o más allá.
¿Alguna marca o medio con el que no te esperases trabajar?
La verdad es que nunca he esperado ninguna de las colaboraciones y clientes que he tenido hasta ahora. Aún me sorprende cualquier oportunidad que llega y las agradezco siempre, desde las marcas grandes o pequeñas hasta la posibilidad de colaborar con algún diseñador o artista en un proyecto.
¿Y alguna marca con la que te gustaría colaborar?
Tengo una lista enorme de colaboraciones que me gustaría hacer, pero trato de no obsesionarme con ella. Simplemente trabajo y espero que se vayan dando. Si es cierto que en esa lista hay algunas que resaltan un poco. Apple, por ejemplo, siempre suele estar presente, aunque ya tuve la oportunidad de colaborar en una imagen para uno de sus servicios, me gustaría hacer algo más orientado a sus productos.
También me encantaría colaborar algún día con Mercedes-Benz, hacer alguna portada para la revista Selecciones (la favorita de mi abuelo) y, por supuesto, poder trabajar más con agencias, estudios, publicaciones y marcas de Galicia.
Tu trabajo tiene repercusión mundial, y todo desde Galicia. ¿Ha influido Santiago en tu forma de trabajar?
Que te guste donde vives siempre ayuda muchísimo, así que es una suerte. Santiago es una ciudad pequeña, pero muy bonita, a la que le tengo un cariño enorme. Siento que tiene todo lo necesario para seguir creciendo y para que yo también pueda crecer en ella. Poder aportar de alguna manera es algo que me motiva mucho.
Algunas de las cosas que más aprecio son su ritmo y tranquilidad. Creo que eso me ayuda a mantener el estrés a raya y cuando necesito despejarme basta con dar una vuelta por algún lugar bonito o subir a la ciudad un rato a pasear o trabajar en algún café.
En pocos años has conseguido muchas cosas. ¿Cuáles son tus próximos retos?
Seguir trabajando, mejorando y aprendiendo siempre. Las herramientas y programas que uso están en constante evolución y es fundamental mantenerse actualizado. Además, me gustaría profundizar en el ámbito de la animación y el motion design. Cada vez me atrae más la idea de formar un equipo o un grupo de colaboradores para abordar proyectos más ambiciosos. Algo así como un estudio, incluso ya tengo el nombre pensado.