El Festival Maré ha cerrado su quinta edición con un balance "positivo", en un año en el que ha logrado reunir en Santiago de Compostela a más de 10.000 espectadores con un cartel "diverso e internacional".
Entre los participantes, voces de Alemania, Angola, Brasil, Estonia, México, Mozambique, Palestina y Portugal, además de otras de Cataluña, Valencia o Galicia.
La organización ha señalado en una nota de prensa que este año han cumplido sus objetivos, como la puesta en valor del talento musical "autóctono", la colaboración entre artistas locales e internacionales o la consolidación de Compostela como capital "de referencia" para las diversidades musicales atlánticas.
Otras de las metas eran lograr la integración de la programación en las dinámicas sociales y culturales de la ciudad, así como la participación del activismo social al apoyar iniciativas en favor del pacifismo el feminismo, la diversidad sexual o la sostenibilidad.
En este sentido, la organización ha hecho hincapié en algunos ejemplos respecto a la creación de sinergias artísticas, como el proyecto conjunto de Sumrrá con Niño de Elche, que "fusiona concepciones y géneros artísticos distintos".
Mientras que en el ámbito del activismo ha resaltado la participación de Al Ázar, formación que mezcla las influencias musicales de la palestina Rawan, del boliviano El Zuri y del alemán Tony.