En una sociedad digital en la que cada día se nos presenta una influencer nueva a la que seguir, un joven gallego gestiona una comunidad de más de 100.000 de personas en la que muestra justamente la otra cara de todo ese universo: despistes, mentiras, engaños, incongruencias e incluso exclusivas relacionadas con todos esos nombres que acumulan millones seguidores.

Y de una cuenta de Instagram, a un libro: Un ensayo crítico a la vez que humorístico de 256 páginas que nace de la curiosidad de Adrián - del que por ahora solo se sabe su nombre - en un intento por resolver qué es todo lo que hay detrás. ¿Cuánta verdad hay detrás de esas cifras y de esos trabajos de creación de contenido?

'Todo lo que hay detrás que no se ve'. Cedida.

Presentas Todo lo que hay detrás que no se ve como un ensayo sobre lo que ocultan las redes sociales y las influencers. ¿Por qué decides plasmar el contenido de tu cuenta, a modo de ensayo? ¿Es una idea tuya que rondaba la cabeza o hubo una propuesta?

Me escribieron de Ediciones B, de Penguin, para reunirnos y hablar. Le pregunté si me estaban ofreciendo un libro y me dijeron que sí. Entonces tuve la reunión. Yo no sabía lo que quería hacer pero me di cuenta que no había absolutamente nada parecido publicado y ahí comenzó el brainstorming. Al principio el libro nació como una antología del salseo histórico, digamos, pero luego lo orienté más a ese trabajo de investigación, comparación... ya que justo había presentado mi TFG que iba un poco por ahí porque es mi especialidad.

¿Qué trabajo ha habido detrás de este libro?

Pues hay nueve meses de trabajo. ¡Un bebé! De hecho cuando lo anuncié lo hice con un tono humorístico como si acabase de ser madre para hacer una coña con todo eso de las Instamamis.

Supongo que no fue sencillo pasar del formato Instagram al libro...

No, pasar al libro no fue fácil. De hecho, la gente se creía que era como un resumen de mis historias y no. Sí que tiene esa gracia que caracteriza mi voz pero hay mucho más: estadísticas, fechas, datos... hay números y hay verdades. Afirmo que siendo influencer tener un hijo da likes y es verdad, aunque haya cierto tono jocoso.

Si publicas toda tu vida en redes sociales luego no te puedes permitir mentir... porque te pillan.

Salseología

¿Qué nos vamos a encontrar en Todo lo que hay detrás que no se ve?

Puede que la portada rosa y roja de la sensación a la gente de que es como una rubia tonta pero en libro - Sin desmerecer a las rubias tontas que son mis favoritas -. Pero en realidad por dentro es muy serio, el índice hizo ver a la gente que es un auténtico trabajo de investigación de, justamente, todo lo que hay detrás de las redes y del universo influencer.

Vamos a poner a la gente en contexto e ir al inicio de todo, a Instagram. Actualmente tienes 120.000 seguidores. ¿Hubo un momento clave que supusiese un antes y un después de @salseología? ¿Recuerdas cuándo los seguidores empezaron a crecer por miles?

Mis seguidores fueron subiendo poquito a poco, por lo que fui viendo como cambiaban los números en todo momento. Sí que es cierto que hay días, como cuando se habla de Las Pombo, que los seguidores crecen más. A mí son las que más me mueven porque a la gente les interesa, tanto a quienes las adoran como a quienes no les gustan porque realmente yo no digo nada malo de ellas, solo cuento cosas que no te cuentan.

Por ejemplo, el día que subí lo de la nota de María Pombo, en la que se veía que estaba escrito que su matrimonio había estado en peligro, me siguieron casi 5.000 personas. También tiene mucho tirón los domingos de comentar bodas, me pueden llegar a seguir hasta mil personas nuevas.

Storie de la influencer con la nota de deseos. @mariapombo

Supongo que ahora también esos seguidores te ayudan a descubrir, desmentir, desmitificar, exponer… ¿Cómo organizas tu contenido en Instagram?

Estoy muchas horas, muchísimas con el móvil. ¿Quién no? Además, soy muy de contestar a la gente que me escribe por privado, de hecho, cuando tenía menos seguidoras me tiraba horas hablando con ellas. Ahora no tengo interacción todo el rato, pero si subo algo con chicha empiezan a subir los mensajes.

En cuanto al contenido, ahora trabajo en conjunto con mi comunidad porque me envían cosas. Al prinicipio lo hacía todo yo pero ahora me hacen falta ojos, aunque tengo que andar con cuidado y no fiarme de cualquier cosa porque tengo repercusión. Además, a veces me da miedo que la gente piense que estoy mal de la cabeza, pero realmente es la gente que está mal. Por ejemplo, a veces me mandan el precio de las casas que se compran las influencers o la dirección exacta... y eso no.

Tú hablas de esas influencers con nombres y apellidos, lo que supongo que te ha llevado a meterte en "problemas" con alguna. ¿Se han llegado a comunicar contigo ellas mismas, sus agencias o sus abogados en algún momento para tratar de frenarte?

Cuando tengo algún follón lo corto rápido. Me pasó con Diego Matamoros cuando subió unas fotos que parecían superviejas vendiéndonoslas como actuales. Me lo envió una seguidora, lo comprobé y le dije: estás mintiendo, Diego. Era una foto cenando con Carla Barber de hacía años cuando en ese momento ya ni estaban juntos. Los medios se empezaron a hacer eco porque había pruebas: si publicas toda tu vida en redes sociales luego no te puedes permitir mentir... porque te pillan. Él se puso a escribirme erre que erre y entonces lo bloqueé. 

Te digo más, si no fuese por mí y compañeros/as que se dedican a esto, a muchas nadie las conocería. También te diré que cuando tengo que pedir disculpas las pido, quiero decir, esto es un juego y si no sabes jugar no lo hacemos. Marta Rimbau por ejemplo saca sus memes de mis memes, exagera algunas cosas mucho más. Es un juego. 

Algunas venden que detrás hay un trabajo comparable a una carrera espacial cuando en realidad muchas viven del cuento.

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¿En el libro también nos vamos a encontrar con nombres y apellidos?

Por supuesto. La gente pensaba que no iba a nombrar a las influencers en el libro porque a veces en Instagram censuro o modifico algunos nombres, pero lo hago por la gracia. En el libro aparecen nombres y apellidos: Laura Escanes, María Pombo, Marta Rimbau, Alexandra Pereira, Dulceida, Violeta Mangriñán...

De todas las cosas que has "destapado", ¿cuál crees que generó más controversia o que fue más sonada?

Pues creo que lo de Alice y Morata, aunque no fui yo sino que lo destapamos todos al mismo tiempo. Al final lo borré porque estaba a punto de publicar el libro y no podía arriesgarme. Con el fútbol hay que tener mucho cuidado porque nunca vas a ganar ante ellos.

A mí lo que realmente me gusta es sacar cosas que no hacen daño a nadie. Fui el primero en decir que Las Pombo iban a grabar un documental, que Dulceida se casaba... me gusta también hacer predicciones y que se cumplan. Ahora, por ejemplo, llevo con una lista desde principios de año y muchas cosas ya se han cumplido.

De todas esas acciones que llevan a cabo las influencers, ¿hay alguna cosa que canceles más? 

Yo cancelo lo de "Yo no hablo de política", "Esto no es ni de derechas ni de izquierdas", "Ya no se puede dar opinión"... Si no lo haces está claro lo que pasa.

Por supuesto, también cancelo a la gente que cree que comprar un hijo es lícito y que lo expone para tener visitas. Una cosa es enseñar y otra sobre exponer. Una cosa es tener un hijo y otra el sharenting. - Término en inglés que proviene de la unión de las palabras share (compartir) y parenting (parentalidad) y se refiere a la prática de adultos compartiendo fotos de sus hijos en Internet -. Lara Tronti, por ejemplo, enseña a su hijo al principio de los vídeos para tener más visitas.

También me molesta mucho las que se quejan porque tienen que maquillarse, vestirse y peinarse para grabar campañas... Algunas nos venden que detrás hay un trabajo comparable a una carrera espacial cuando en realidad muchas viven del cuento.

¿Hay demasiada gente por ahí viviendo del cuento?

Sí, por supuesto. En el libro hablo de que tuvieron que reciclarse muchos perfiles de Telecinco a quienes les quitaron programas y para seguir viviendo de no hacer nada tuvieron que ponerse a promocionar una aspiradora por redes. Por ejemplo, la familia Matamoros: ni un año cotizado y viviendo de posts en Instagram porque si no tendrían que estar en Sálvame peleándose unos con otros.

También hay gente que vive de rentas, me explico: muchas creadoras de contenido antes se curraban su trabajo y ahora que ya han llegado al millón de seguidores solo publican contenido pagado. Mery Turiel no hace nada, solo sube publicidades. Dulceida antes hacía varios post al día y ahora una vez al mes te sube algo. No son creadoras de contenido, son famosas.

La gente quiere vivir del cuento a costa de las redes y no saben que sí que hay gente que se lo curra muy bien. 

Tengo mejores números que muchas influencers porque mis métricas son buenas (...)  Ahora mismo mis stories los ven más de 100.000 personas.

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Me surge una duda: ¿Alguna vez, tal vez antes de empezar con todo esto, fuiste seguidor de alguna de ellas?

Yo seguía mucho a Melo Moreno, Andrea Compton, a Inés Hernand... Era más de Youtube, por ejemplo, me gustaba Paula Gonu porque era divertida. Pero no era fan, creo que además con el tiempo supe mostrarme como uno más, ser normal y normalizarlas a ellas para no decir wow cuando tuve la oportunidad de conocer a alguna o hablar con ella. Aunque a veces es verdad tengo que cortarme para no decir un dato random de que sacó en algún vídeo. 

¿Hasta cuando se puede estirar este fenómeno? ¿Cuántas personas pueden vivir de ser influencer?

Esto no va a explotar, pero sí va a cambiar. Yo creo que va a haber una recomposición de las redes. Los que están en el punto medio (300-400k seguidores) o revientan para arriba o mueren. A las grandes no les va a pasar nada, están en su limbo bien. Y los pequeñitos también van a estar bien.

El problema es que hay un parón de gente nueva que entra, al menos en Instagram, porque por ejemplo Lola Lolita solo hay una y no puede haber otra. Está cubierto ese cupo igual que tampoco cabe ya más gente que hace lo que hago yo.

Lola Lolita en el cumpleaños de Rosalía, en París. @lolalolita

Se ha puesto muy de moda la figura del reportero/a en Tiktok, que es una evolución del presentador/a de televisón...

Sí, pero los medios tradicionales tienen miedo a que les robemos su trabajo. Yo no soy periodista, soy comunicador sin carrera: me gusta hablar, escribir, hacer un pódcast... Mi meta no es sacarle el puesto a nadie. Lo que no tiene sentido es que nos roben todas las exclusivas pero luego no nos den un minuto de protagonismo o los créditos. Revistas como Vanitatis o Lecturas cogían cosas mías y entonces les bloqueé. Si no saben ser compañeros no voy a serlo yo tampoco. Yo cuando subo cualquier cosa menciono o muestro la fuente.

¿Este universo influencer es igual en todo el mundo (Las Kardashian en EE. UU., Chiara Ferragni en Italia…) o en España tiene un toque diferente?

Es España hay muchas más ridiculeces. En EEUU por ejemplo hay mucha publicidad pero no hay tanta tontería. Allí hay lo que se entiende como fans - más fieles, más aferrados -  y aquí en cambio son seguidores a los que les gusta no tanto la persona sino el mamoneo que genera.

Kendall y Kylie Jenner en Mallorca, disfrutando de una cerveza gallega. @kendalljenner

Tu cuenta ya alcanza casi los 120.000 seguidores, ya eres un buen objetivo para que marcas de publicidad te contacten para hacer colaboraciones. ¿Y si finalmente terminas convirtiéndote en influencer tú? ¿Cómo lo gestionarías para no ser eso que criticas?

Es una cosa con lo que no sé qué va a pasar. Yo lo que intentaría en caso de que me ofreciesen colaboraciones es ser selectivo y no publicitar eso que no comparto. Pero es verdad que todo el mundo tiene un precio, de hecho, en el libro aseguro que hay ciertas cosas de las que no haría publicidad, y que en caso de que me veáis haciéndola, es que finalmente yo también tuve un precio.

Por ejemplo, yo no quiero hacer publicidad de alcohol pero si crezco y necesito apoyo para un proyecto que solo me da una marca de cerveza... igual tengo que replanteármelo o ver de qué forma puedo añadirlo. Otra cosa diferente es el caso de dos amigos que hicieron una publicidad de Nivea cuando es una marca que dijo que no hacía cosas para gays. Eso sí que no lo entiendo. Pero luego hay cosas que se critican, como que una psicóloga haga una acción con una marca de cervezas, cuando, vale, es cierto que es una droga, pero tampoco creo que sea para echarse las manos a la cabeza que se tome una caña por ser psicóloga, no sé.

¿Qué cifras hay detrás de Salseología?

Tengo mejores números que muchas influencers porque mis métricas son buenas. Cuando tenía 50k de seguidores ya tenía 40.000 views. Creo que entre mis seguidores no se ha quedado gente rezagada. Ahora mismo mis stories los ven más de 100.000 personas.

Esto no va a explotar pero sí va a cambiar. Yo creo que va a haber una recomposición de las redes.

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¿Cuál es el futuro de Salseologia? ¿Te pondrán pronto cara las personas que te siguen y te leen?

Estoy con un proyecto del que aún no puedo decir mucho, pero que si sale adelante contaré más. Y sí, pronto enseñaré mi cara. En las firmas ya me conoce la gente, pero es verdad que pedimos que no se publiquen fotos o que al menos si se hace sea tapando la cara.

¿Sabes qué pasa? Que me da pereza porque la gente es mala y entonces se me hace bola. Pero es algo que más pronto que tarde haré porque necesito escalar y no cerrarme puertas. Yo quiero dedicarme a medios y aunque por ahora me permiten evitar enseñar la cara, puede que quiera empezar a hacerlo.