Fervenza de Cadarnoxo

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La bonita cascada de A Coruña con una gran caída entre rocas ideal para visitar este otoño

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Galicia es una tierra donde los ríos tejen su propio mapa, serpenteando entre valles, bosques y montañas, antes de juntar sus aguas con las del océano Atlántico o el mar Cantábrico. Este paraíso verde, tan indomable como bello, alberga una de las redes fluviales más ricas y diversas de toda la península Ibérica. Lo cierto es que los distintos cursos que fluyen por toda la región no solo han dado forma a unos paisajes de ensueño, sino que también han logrado moldear la cultura gallega, creando todo tipo de entornos cargados de leyendas y tradición. 

En el corazón de la comarca do Barbanza, la naturaleza también alcanza su máxima expresión en lo que a riqueza fluvial se refiere. Este rincón, donde grandes caudales y pequeños arroyos se entrelazan, ofrece un espectáculo visual incomparable: con saltos de agua que se precipitan entre riscos y vegetación, hipnóticos rápidos y pozas naturales rodeadas por un entorno que respira historia y tradición a partes iguales. Uno de los secretos mejor guardados de este paraíso coruñés se encuentra dentro de los límites de Boiro, donde se alza una de las cascadas más majestuosas de toda la provincia de A Coruña: la Fervenza de Cadarnoxo.  

El gran tesoro fluvial de Boiro

Fervenza do Cadarnoxo.

Fervenza do Cadarnoxo. Shutterstock Boiro

Bajo las faldas de la Serra do Barbanza, muy cerca de la cima del Monte Iroite, el riachuelo de Lampreeira (también llamado Rego da Graña) desciende con fuerza en busca de las aguas del río Coroño. Tras sus primeros pasos, a la altura de la parroquia de Cures y a tan sólo unos pocos kilómetros del centro de Boiro, el riachuelo avanza de forma vertiginosa hasta salvar un pronunciado desnivel de más de 50 metros en un tramo que apenas tiene unos 200 metros de largo.

Es precisamente en este rincón donde el regato da forma a una impresionante cascada de más de 30 metros cuyas aguas descienden de forma escalonada por una singular pared rocosa cubierta de vegetación. Además, en la parte baja de la misma también se forma una pequeña piscina natural en la que algunos senderistas aprovechan para refrescarse en las jornadas más calurosas del verano. 

Sin duda, se trata de un escenario mágico y casi virgen que con la llegada de la temporada otoñal consigue desplegar todo su encanto, fuerza y belleza. De hecho, es durante las épocas de fuertes lluvias cuando el río boirense desciende con mucho más ímpetu y caudal, luciendo con su máximo esplendor en estos meses de otoño e invierno.

Aquí, el bullicio de las grandes urbes se disipa entre los susurros del agua, el mecer del viento contra las ramas de los árboles y el canto evocador de los pájaros, convirtiendo al enclave natural más próximo a la Fervenza de Cadarnoxo en un refugio ideal para cualquier viajero que busque sumergirse en la serenidad y el encanto único de la Galicia verde.

En ruta hasta la cima del Monte Iroite

Vistas desde la cima del Monte Iroite.

Vistas desde la cima del Monte Iroite. Noia Turismo Barbanza

Enclavado a medio camino ente las rías de Arousa y la de Muros e Noia, el Monte Iroite presume de ser la cumbre más alta de toda la Serra do Barbanza. Con sus cerca de 687 metros de altitud constituye además uno de los miradores panorámicos más extraordinarios que podemos encontrar en el entorno más septentrional de las Rías Baixas.

De hecho, merece la pena recordar que en este mismo punto se asienta una de las bases militares más importantes del noroeste peninsular, el Escuadrón de Vixilancia Aérea número 10 (EVA 10). Dicha base militar del ejército fue creada en el año 1980, si bien no estuvo operativa hasta diciembre de 1984. 

Al margen de la riqueza natural y paisajística de Iriote, esta cima coruñesa también alberga importantes huellas del pasado entre sus bosques y laderas. Sin ir más lejos, si descendemos hacia su cara suroeste nos toparemos con una amplia extensión conocida como Chans do Iroite, una penillanura famosa por su necrópolis megalítica, en la cual destacan elementos únicos como las mámoas con cámara de la Casota do Páramo y la Arca de Barbanza.

Desde luego, una parada obligatoria a nuestro paso por Boiro, pues desde la Fervenza do Cadarnoxo parten varias rutas de senderismo y mountanbike que permitirán al visitante descubrir todos los tesoros escondidos del legendario Monte Iroite.