En distintos puntos de Galicia es posible ver cada verano una curiosa práctica: la bendición de los vehículos. Se trata de una tradición extendida por distintos puntos de España que se realiza en el mes de julio para celebrar el día de San Cristóbal -San Cristovo-, patrón de los conductores y conductoras, y que goza de mucha popularidad.
Es una tradición del gremio de los/as conductores y transportistas, que acostumbran a pasar muchas horas en la carretera, y se encomiendan a San Cristóbal para pedirle que les proteja durante sus desplazamientos. Sin embargo, son muchas las personas que sin dedicarse al mundo de la conducción se suman cada año a las muchas fiestas en las que se bendicen coches por toda Galicia.
Una de las localidades donde se celebra religiosamente esta fiesta es Poio (Pontevedra) donde la Asociación Recreativa San Cristóbal lleva más de una década organizando la cita. Su popularidad no ha hecho más crecer y este año fueron más de una treintena de camiones y turismos. "Es una tradición, también se hace cuando compras un vehículo nuevo, se lleva a bendecir para tenerlo protegido", indica Ángela Torres, presidenta de la asociación.
Procesión, bendición y fiesta
Torres también es conductora de un camión, y ha sido la encargada de organizar esta celebración durante los últimos 15 años en el municipio. Una jornada festiva a la que acuden muchas personas vinculadas al mundo de la conducción. "En la fiesta nos juntamos personas del gremio de distintas empresas", explica.
La tradición está tan arraigada que incluso hay camioneros/as que encargan a terceros que lleven sus otros vehículos para que todos puedan recibir la bendición: "Si tú puedes llevar solo uno procuras que alguien te lleve el resto de tus camiones para poder bendecirlos todos", relata.
Y es que la fiesta no ha hecho más que crecer hasta el punto de que la asociación se ha visto obligada a trasladarla para poder acoger a más gente. "Antes la hacíamos en el monasterio, pero como cada vez somos más camiones, es inviable subirlos hasta allí, así que ahora lo hacemos en A Seca, en una explanada grande", detalla. Este año tuvieron además que instalar una gran carpa para cobijar a las cerca de 300 personas que acudieron.
Hasta ese lugar marcharon en procesión las y los conductores, donde los esperaba el cura para bendecirlos. "Hacemos la celebración del San Cristóbal, sacamos en procesión los camiones, hacemos una misa y, al terminarla, hacemos la bendición de todos los vehículos asistentes, tanto camiones como vehículos de particulares", cuenta Torres.
La fiesta se alarga durante toda la tarde noche, con una cena amenizada con música que cierra el día de fiesta. A su término, cada conductor marcha de vuelta con su vehículo ya protegido por el Santo. "Como las personas del sector transportes andamos en carretera diariamente así ya vas protegido... es una tradición, algo ya casi de ancestros", cuenta Torres entre risas.