Pedro Otero acompañado de algunos de sus clientes de Tío Ovidio en A Coruña

Pedro Otero acompañado de algunos de sus clientes de Tío Ovidio en A Coruña Cedida

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Cierra el Tío Ovidio de A Coruña tras 28 años: 'El último baile' fue este sábado

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La voz de Pedro Otero lo decía todo esta mañana. "Muy loco. Desde las 12 del mediodía, hasta las 4 de la mañana", así describe el protagonista de la historia la despedida celebrada este domingo en Tío Ovidio. Tal día como ayer, hace 28 años, abrían las puertas de uno de los bares más emblemáticos de la ciudad herculina. Pero lo de anoche no fue un adiós definitivo, sino un punto y aparte en la historia de este local.

"El último baile de Tío Ovidio" tuvo lugar este sábado en A Coruña: Pedro Otero, el dueño, anunciaba una "nueva gobernanza a principios de enero", despidiéndose a lo grande de toda la clientela que lo acompañó durante estos 28 años de esfuerzo y dedicación. Una carta que anunciaba la incapacidad fue el detonante de este cambio, pero la historia de Tío Ovidio no terminaría aquí.

Pedro Otero todavía se emociona al recordar los primeros años de Tío Ovidio, cuando todo se resumía a "un local de cuatro paredes y techo de uralita". "Lo hicimos todo desde cero", recuerda. Desde 1996, el local ha vivido infinidad de cambios. Comenzó como un simple bar, pero siempre con la idea de crear algo diferente para los coruñeses. En 2011, vivieron su gran reforma y, desde entonces, han recibido a una gran cantidad de artistas en su escenario.

Pedro Otero en su despedida de Tío Ovidio en A Coruña

Pedro Otero en su despedida de Tío Ovidio en A Coruña Cedida

Aunque la mente de Pedro Otero le decía que siguiera, su cuerpo opinaba lo contrario: "Ya no podía cargar cajas ni ponerme detrás de la barra". En diciembre, pidió la incapacitación y, finalmente, se la concedieron. "Estoy obligado a cerrar o a traspasarlo", asegura. Pero la primera de las opciones era inviable. El legado de Tío Ovidio continurá "en buenas manos".

"Ya estoy agendando conciertos para el año que viene, tenemos fechas hasta marzo", dice contento. Aunque su traspaso está a la vuelta de la esquina, a Pedro no le será fácil separarse de Tío Ovidio de la noche a la mañana. "Poco a poco tengo que irme alejando", reconoce. Sin embargo, tiene claro que seguirá yendo por allí, aunque sea como un cliente más.