Rincones naturales de gran riqueza y belleza paisajística, espacios de interés de lo más singulares y una exquisita gastronomía que siempre acompaña a cualquier tipo de destino de costa o interior de Galicia. Una combinación perfecta que recorre el grueso de la geografía gallega y que en este ocasión también podemos encontrar en la zona centro-norte de la provincia de Lugo, concretamente en la localidad de Outeiro de Rei.
A orillas del río Miño, este pequeño paraíso de la Terra Chá esconde un lugar de lo más especial que se presenta ante el visitante con una expresión que fue acuñada por primera vez en el año 1694 por el francés Charles Perrault, en una obra titulada "Les souhatis ridicules" (Los deseos ridículos). Con el paso del tiempo, aquel originario "Érase una vez" terminó por convertirse en una de las expresiones más utilizadas para iniciar cualquier tipo de fábula o narración, y ahora también el recorrido por San Clodio, la ciudad de las hormigas. Y es que este edén de ensueño en Outeiro de Rei constituye una auténtica aldea de cuento donde absolutamente todo es posible y en la que el único límite es la imaginación de grandes y pequeños.
En las entrañas de una aldea de cuento
Muy cerca de la ciudad de Lugo, la historia de San Clodio empezó a escribirse en el verano de 2017 y desde entonces no ha parado de crecer, dando lugar a un sinfín de singulares personajes y estructuras creadas a partir de materiales reciclados. Detrás de este curioso proyecto se encuentra José Ramón Rodríguez, un ingeniero de profesión que trabaja en una explotación ganadera y que un día decidió crear este universo de cuento para concienciar sobre la importancia del reciclaje, la agricultura sostenible y el respeto por el medio ambiente.
Tal y como adelantabamos unas líneas más arriba, la frase "Érase una vez" talada en un tronco junto a una hormiga vestida de gala abre las puertas a adentrarse un universo de fantasía donde grandes y pequeños disfrutan buscando los diferentes personajes que se esconden a lo largo del itinerario. El trazado se extiende por un espacio natural en una finca privada repleta de elementos de lo más peculariares: radares, señales, aviones, autobúses, una escuela para hormigas e incluso una nave espacial son sólo algunos de las figuras que dan vida a este escenario de cuento en Outeiro de Rei. Además, todo el recorrido por San Clodio se encuentra señalizado con flechas amarillas (como si del Camino de Santiago se tratase) y la visita puede durar alrededor de una hora.
Al comenzar la aventura una de las primeras construcciones que llamará la atención sus intrépidos visitantes será una pequeña casa situada a los pies de un estanque, aunque no se trata de la única edificación curiosa, ya que la singular arquitectura de los elementos estructurales (desde los puentes a los túneles) constituye otro de los grandes atractivos de la aldea. Además de las hormigas de San Clodio, en la zona del bosque también conviven un sinfín de animales e incluso una señal advierte de la presencia de estas "criaturas feroces": serpientes, abejas, hormigas caníbales y hasta un pájaro a bordo de una avioneta. Además, hacia el final de la ruta también existe un rincón muy especial que anima a los visitantes a exponer sus propias obras. Pero más allá del recorrido marcado, en la ciudad de las hormigas existen tantos cuentos como personas llegan a él, pues cada visitante vive su propia aventura y experimenta esta historia de una forma única.
Cómo llegar a la ciudad de las hormigas
Llegar a la aldea de las hormigas en Outeiro de Rei es una tarea realmente sencilla. Desde el centro de la ciudad de Lugo, por ejemplo, únicamente tendremos que tomar la carretera LU-P-3907 en dirección Seivante hasta alcanzar un espacio de tierra donde es posible estacionar los coches. Una vez en la zona, las hormigas de San Clodio dan la bienvenida a todas las familias en cualquier momento del día (salvo de noche), ya que se trata de un espacio al aire libre y totalmente gratuito. Con todo, al final del recorrido existe una figura de un cerdito llamado Martiño donde los visitantes tienen la oportunidad de dejar la voluntad para ayudar al buen mantenimiento y conservación de esta aldea tan peculiar en el corazón rural de la provincia de Lugo.