Niño, gafas, estudiar, cuento

Niño, gafas, estudiar, cuento Shutterstock

Con niños

¿Son las pantallas los responsables de que los niños usen gafas? Responde un experto de A Coruña

Usar muchos dispositivos electrónicos, salir poco a la calle o no acudir al oculista cuando se debe puede acrecentar defectos de la visión como la miopía o el astigmatismo

30 mayo, 2024 05:00

Usar gafas es un mal trago que muchas niñas y niñas de A Coruña tienen que enfrentar cada año. Depender de una lente para contar con una buena visión es una noticia que pocos reciben con alegría, especialmente los más pequeños, que suelen ser más sensibles al cambio físico que supone usar gafas. Sin embargo, usar lentes es cada vez más habitual: en los últimos seis años la miopía infantil ha subido un 17,8%.

El Barómetro de la Miopía en España 2023 indica que la subida de los defectos visuales en la población infantil es "alarmante", ya que "uno de cada cinco niños en edad escolar padece de miopía". El oftalmólogo gallego Matías García Anllo Reinos, responsable del servicio de Oftalmología Infantil del CHUAC —actualmente goza de una excedencia— corrobora que la miopía es el problema de visión que más incidencia tiene entre las niñas y niños de Galicia.

A la miopía hay que sumar, no obstante, otros defectos de refracción como astigmatismo, hipermetropía y, aunque en mucha menor medida, trastornos como el estrabismo. Todos ellos son problemas que "si no se corrigen bien pueden condicionar el futuro de los niños", asegura García Anllo.

Y es que el desarrollo visual se completa a los 12 años de edad. Esto quiere decir que, pese a que alcanzamos el 100% de nuestra capacidad visual a los 7 años, no es hasta cinco años más tarde cuando consolidamos todos los avances. Por ello, es sumamente importante cuidar y hacer un seguimiento exhaustivo de la salud visual de los más pequeños.

Revisiones anuales hasta los 12 años

Para garantizar que los pequeños de la casa tengan ojo de lince, es imprescindible acudir al oculista con cierta regularidad. Matías García Anllo recomienda visitar la consulta por lo menos una vez al año desde los 4 a los 12 años, aunque si el pequeño ve perfectamente y no tiene molestias podría extenderse hasta los dos años.

No obstante, este consejo es eso: un consejo. En caso de notar que la pequeña o el pequeño de la casa no ve bien, se le cansa rápidamente la vista o tiene la mirada ligeramente desviada, es fundamental acudir a un profesional para que revise al paciente y determine si es necesario iniciar algún tratamiento. Por ejemplo, las gafas pueden empezar a usarse desde los 2 años, por lo que es fundamental actuar si detectamos que algo no va bien.

"Un niño, simplemente por vigilarlo, puede pasar de tener un 40% a un 100% de visión en la edad adulta", asegura el que fue responsable de Oftalmología infantil del CHUAC. Pero, ¿qué es lo que determina si un niño debe o no debe usar gafas? La respuesta es muy amplia, ya que no hay una única respuesta.

El factor genético es el más importante a la hora de desarrollar cualquier tipo de defectos de visión. De este modo, si nuestros familiares tienen tendencia a padecer problemas de visión, es probable que nosotros nos veamos salpicados. Esto no significa, sin embargo, que no pueda evitarse: las rutinas diarias son claves para evitarlo o, por lo menos, amortiguarlo.

Limitar el uso de las pantallas y alejarse de los interiores

En más de una ocasión habrá escuchado de su padre o madre la frase "no veas la televisión tan de cerca, que es malísimo". Y es que esto es una realidad, la afectación que tienen las pantallas a la visión es acusada. Tener una gran exposición a estas no es lo más recomendado por los expertos. "Estaría bien promover el ocio y el deporte al aire libre, para que así los niños puedan descansar la vista", anima Reinos.

"Los defectos de refracción en niños han aumentado en los últimos años, pero no por el uso de las pantallas, sino por el modo de vida que tienen en general", defiende el oculista coruñés. La exposición afecta, sí; pero también lo hace la baja iluminación y los factores ambientales.

Entonces, ¿la solución pasa por prohibir las pantallas? La respuesta es no. Tal como matiza Marías García Anllo Reinos las tecnologías forman de nuestra vida y es muy difícil evitarlas por completo: "Seguramente cada vez más niños usen gafas", dice realista. No obstante, es muy interesante limitar el tiempo de exposición a las luces que emiten y primar los juegos al aire libre para promover el desarrollo de las habilidades visuales del niño, como el enfoque o la nitidez.

A la hora de usar pantallas es recomendable, también, adoptar una buena postura y contar con buena iluminación para reducir al máximo la fatiga visual. Asimismo, es aconsejable realizar descansos visuales. Estos consisten en despegar la mirada de la pantalla cada media hora, aproximadamente, y enfocar la vista en un objeto alejado durante unos segundos.