A 96 kilómetros de A Coruña, en el interior de la Ría de Muros y Noia encontramos la población de Muros, uno de los pueblos marineros más bellos y mejor conservados de Galicia, dominando una ensenada a la que asoma un bonito paseo marítimo.
Muros fue, en la Edad Media, uno de los puertos más importantes de la comunidad y su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1970. Además dispone en sus alrededores de muchas playas de interés y de varias localidades con encanto que convierten a este pueblo de las Rías Baixas en uno de los enclaves turísticos más atractivos de la zona.
¿Nos acompañas a conocer Muros en un fin de semana?
Qué ver en la localidad de Muros: el conjunto medieval mejor conservado de Galicia
El casco histórico de Muros es conocido por tener los soportales más grandes de España y por conservar un aire medieval auténtico que invita a recorrerlo paseando. Recomendamos perderse sin rumbo por sus calles para admirar su arquitectura tradicional, los adornos de temática marinera en las fachadas y el encanto del suelo empedrado.
En nuestro paseo apreciaremos que muchas de las casas del centro aparecen algo descuidadas: la juventud muradana muestra poco interés por continuar con la actividad pesquera de sus padres y abuelos y acaban emigrando a las grandes ciudades, con el consecuente abandono y puesta en venta de las viviendas familiares.
Pese a todo, sigue siendo una delicia recorrer el casco medieval y encontrarnos a cada paso un hórreo, una escalera de piedra, un antiguo lavadero, un caserón de estilo gótico. Es muy curiosa la pila bautismal en forma de serpiente de la Ermita de San Pedro (ex colegiata), construida sobre una iglesia románica en la que se conservan sepulcros de los siglos XV y XVI. Y es que el origen de la localidad data del siglo X y se considera el conjunto arquitectónico medieval mejor conservado de toda Galicia.
Tampoco debemos pasar por alto su Mercado de Abastos, aunque hoy en día apenas tiene actividad y sólo permanecen abiertos algunos puestos de verduras y hortalizas.
Una vez recorrido el centro conviene sentarse en uno de los bancos de sus plazas principales: La Plaza de la Pescadería Vieja o el Curro da Praza, son dos buenos lugares para tomar algo y ver la vida pasar, como hacen sus habitantes.
Tras reponer fuerzas emprendemos una breve caminata por su Paseo Marítimo y alcanzamos el puerto y la lonja. Cada día sobre las siete de la tarde llegan los barcos de pesca con su carga, que subastan y venden en la lonja. Los particulares también pueden comprar, y de hecho muchos turistas acuden a diario al puerto para hacerse con buenas piezas de pescado y marisco a precios razonables. De hecho, la producción pesquera recogida en su lonja es la más importante de toda la costa comprendida entre A Coruña y Ribeira.
Dónde comer o cenar
Al atardecer el Curro da Praza, conocido popularmente como el Redondel, centro neurálgico del pueblo y punto de encuentro de locales y visitantes, se llena de gente dispuesta a cenar algo en los muchos restaurantes y bares de esta zona. El Muelle y Casa Sampedro son estupendas opciones a precio moderado donde degustar tortilla, pulpo, vieiras o zamburiñas de buena calidad.
Si preferimos escapar del centro turístico y comer un buen menú de calidad para bolsillos ajustados sugerimos el Hotel Muradana. Para presupuestos más altos, Casa Anido es excelente (aunque hay que pedir por encargo) para disfrutar de una buena comida en su terraza con vistas al mar.
Playas de Muros
Aunque la playa urbana de Muros no merece mucho la pena, no tenemos más que coger el coche dirección Carnota y en pocos minutos ya nos vamos encontrando con bonitas playas. Las más concurridas son A Vouga, ideal para familias por lo tranquilo de sus aguas, y San Francisco, en Louro, quizá la playa más turística que podemos encontrar en esta zona.
Si lo que buscamos son grandes arenales los encontramos algo más allá: Ancoradoiro y Area Maior, también conocida como Lago Louro, son dos espléndidas playas salvajes menos concurridas que las anteriores y carentes de todo tipo de servicios, por lo que tendremos que ir preparados con agua y provisiones.
Seguimos nuestra ruta por las playas de la zona y nos encontramos con el pueblo de Carnota, conocido por su famoso hórreo y por albergar el arenal más largo de Galicia con 7 kilómetros de longitud. Carnota es una de esas playas espectaculares que nunca acaban y donde es imposible pisar la toalla de otro, porque es tan extensa que hay espacio de sobra para todos. La zona de Caldebarcos y Boca do Río son las más frecuentadas por los vecinos por la poca afluencia de gente y su tranquilidad.
Alrededores de Muros
Además de ser un punto de interés por sí mismo, Muros es perfecto como base para hacer otras visitas en sus proximidades. Los petroglifos de la Edad de Bronce de A Cova da Bruxa, el espacio natural protegido de la Laguna de Louro o una excursión al mítico Monte O Pindo son algunos de los imperdibles del municipio, pero a un radio de pocos kilómetros dirección Dumbría encontramos enclaves tan interesantes como Ézaro y su famosa fervenza.
En sentido contrario, tomando la carretera que va a Noia podemos visitar esta misma localidad, en la que hay que destacar también su bonito casco histórico con las Iglesias de San Martín y Santa María A Nova, de los siglos XV y XVI. Los puertos de Portosín y Porto do Son, muy próximos al ineludible Castro de Baroña, cierran la hermosa Ría de Muros y Noia, que ya es visita imprescindible en cualquier ruta por Galicia.