Melide es un municipio coruñés perteneciente a la comarca de Terras de Melide, con 101,30 kilómetros de superficie y una población de 7.406 habitantes (censo de 2019). Es un importante centro de actividad agropecuaria, conocida por su famosa feria de ganado que se celebra el último domingo de cada mes, aunque el sector forestal cada vez tiene más peso. El turismo es otro de los impulsos económicos de Melide, por ser zona de paso del Camino de Santiago.
El topónimo Melide parece proceder del término “miliario” por la calzada romana que cruzaba sus tierras.
Información de interés
Cómo llegar a Melide
Para salvar los 71 km que separan Melide de A Coruña por carretera la forma más rápida es tomar la AP-9 dirección Betanzos para posteriormente incorporarse a la AC-840 en la salida 565, dirección Curtis, que en menos de 50 km nos llevará hasta la villa de Melide.
Coordenadas GPS
42.924710, -8.008514
Razones para visitar Melide
Hay muchos motivos por los que visitar Melide. Entre sus atractivos destaca su patrimonio arqueológico, pues en el municipio se han encontrado numerosos castros de la Edad de Hierro e importantes objetos que hoy se exponen en el museo de la localidad. La villa de Melide también alberga muestras de monumentalidad como iglesias, pazos barrocos y fuentes dignas de reseñar. Su incesante paso de peregrinos, por ser cruce de los Caminos Primitivo y Francés, convierte a Melide en centro del movimiento cultural de la comarca que, unido a su exquisita gastronomía formada por pulpo y queso artesanal, hacen de este municipio coruñés un punto de interés en cualquier viaje por la provincia de A Coruña.
Mapa con los puntos de interés
En el siguiente mapa te mostramos los principales puntos de interés de Melide siendo los señalizados en color azul pueblos, monumentos y lugares de interés cultural, en verde espacios naturales y en rojo restaurantes recomendados, además de otros atractivos.
Más información sobre Melide
10 planes y cosas que tienes que ver en tu visita a Melide
1. Un paseo por la medieval villa de Melide
Las estrechas y antiguas calles de Melide son testigos de una constante actividad, no sólo por los peregrinos que continuamente transitan por la villa, si no también por los mercados que se celebran en el pueblo, que lo llenan de vida a pie de calle. Dar un paseo por la Melide medieval supone empaparse de esa vida que fluye en cada esquina de la localidad a la vez que se descubre el patrimonio más importante de la villa.
Como monumentos de interés turístico destacan la iglesia parroquial de Sancti Spíritus, un antiguo convento franciscano fundado en el siglo XIV, con un relevante retablo mayor esculpido en 1690 por Francisco de Castro Canseco, importante escultor barroco gallego, así como la Capilla del Carmen del siglo XVIII, ubicada en el zona do Castelo, lugar donde antaño se encontraban el castillo de la villa y la Capilla de San Roque. Otra de las obras de interés es la Obra Pía de San Antón, del siglo XVII y estilo barroco, situada en el edificio del Ayuntamiento.
2. Visitar su importante joya románica
Pero sin duda el elemento arquitectónico de Melide es la joya de su patrimonio: la iglesia de Santa María de Melide, construida en el siglo XII catalogada como Monumento Nacional. En su interior alberga capiteles figurativos de fuerte carga simbólica y notables pinturas renacentistas del siglo XVI. Su altar románico es de los pocos gallegos en este estilo que se han conservado hasta la actualidad, lo que convierte a este templo románico en uno de los más importantes de Galicia.
3. Profundizar en su cultura en su importante museo etnográfico
Para conocer las ciudades y villas gallegas es vital acercarse a su patrimonio etnográfico, a aquellos elementos tradicionales que las diferencian de otros lugares y culturas. En el caso de Melide es aconsejable visitar su imprescindible Museo da Terra de Melide, nacido en 1978 por iniciativa popular para el estudio, conocimiento y divulgación de la cultura y el Patrimonio de la comarca Terra de Melide. Es pues, un museo construido por el pueblo para el pueblo, donde atesoran su memoria histórica y cultural.
El museo se divide en varias secciones, destacando las de Arqueología, con restos desde el Neolítico hasta la Cultura Castrexa y las relacionadas con la romanización de la comarca; la sección de Etnografía, con especial incidencia en los oficios tradicionales, los juguetes, la música y la vestimenta típica de Melide. Por último, los Caminos de Santiago, con fotografías sobre los monumentos que forman parte de los Caminos Primitivo y Francés que pasan por la localidad.
4. Admirar el cruceiro más antiguo de Galicia
Uno de los monumentos por los que muchos visitantes se acercan hasta Melide es el llamado Cruceiro de Melide, que se encuentra junto a la iglesia de San Roque, gótica del siglo XIV, y que es considerado por muchos historiadores como el cruceiro más antiguo de Galicia. Se trata de un cruceiro datado en el siglo XIV que en su anverso representa a un Cristo Majestad sedente que muestra las llagas de las manos y con un paño que cubre sus piernas. Su reverso muestra un Calvario, un Cristo crucificado acompañado de dos figuras que se cree que son San Juan y la Virgen. En su origen estaba policromado, de hecho aún se aprecian algunos restos de pintura a los pies del Cristo.
Como curiosidad decir que el “cruceiro” pudo haber formado parte del retablo de la antigua y hoy desaparecida iglesia de San Pedro de Melide, y posteriormente haberse modificado en parte para adaptarlo a la cruz.
5. Adentrarse en el Camino Francés en Leboreiro
El Camino Francés, que atraviesa el municipio, se adentra en Melide por la aldea de Santa María do Leboreiro, que en el Códice Calixtino del siglo XII aparece citada como Campus Leporarius: “campo de liebres”. Aquí se fundó un importante hospital de peregrinos, datado en el siglo XII y rehabilitado por Vasco de Ulloa en el XV, del que sólo se conservan dos muros con los escudos de los Ulloa.
En la aldea hay también importantes elementos que nos hablan de las tradiciones de la comarca, como un hórreo construido con varas que recuerda a los primitivos graneros llamados “celeiros” donde se guardaban las cosechas, principalmente maíz. En su importante iglesia gótica, Santa María do Leboreiro, aún sobreviven los motivos ornamentales más característicos del románico y en su interior guarda una interesante colección de escultura de temática religiosa de varias épocas y estilos, así como una pintura mural renacentista.
6. Entrar a Melide cruzando el puente de Furelos
Continuando el Camino Francés hacia Furelos nos tropezamos con un puente medieval de que cruza el río Seco. Estamos en Furelos, antigua aldea ya citada en documentos del siglo XII que mantiene parcialmente su estructura medieval. Su puente es una de las joyas de la arquitectura civil del Camino de Santiago y uno de los más bonitos de la ruta jacobea. Conserva su esencia medieval, aunque fue reformada en parte en el siglo XVIII.
Furelos tiene otros puntos de interés, como la iglesia de San Xoán, junto al Camino Francés, que conserva parte de su arquitectura medieval románica y un retablo del Santo Cristo de estilo neogótico digno de visitar, obra del escultor Manuel Cagide, oriundo de Furelos. Si nos quedamos con ganas de descubrir más sobre este importante enclave del Camino, junto al puente está el Museo Etnográfico de Furelos, con mucha información sobre la cultura popular de la aldea.
Muy cerca del núcleo de Furelos se encuentra el área recreativa de río Furelos, con una playa fluvial y zona de baño con piscinas, merendero y zona arbolada. Desde aquí parte una ruta de senderismo que en poco más de 15 kilómetros nos lleva hasta la villa de Melide.
7. Darse un respiro en el Bosque dos Peregrinos
Caminando hacia Melide por la ruta del Camino Francés hay un lugar de paso llamado Bosque dos Peregrinos, en un camino que discurre paralelo a la carretera general. Es un parque natural propiedad de la Orden del Camino de Santiago en el que las Damas y Caballeros de esta orden plantan cada uno su árbol para inmortalizar el momento de su investidura. También se permite plantar su árbol a los personajes ilustres que pasan por esta zona haciendo el Camino de Santiago para que dejen un recuerdo vivo de su paso hacia Compostela.
Es un lugar muy apreciado por los caminantes, pues tiene áreas de descanso, bancos para descansar y numerosas fuentes, a pesar de estar situado cerca de un polígono industrial.
8. Hacer, aunque sólo sea un tramo, del Camino Primitivo
El conocido como Camiño Vello, el Camino Primitivo, es el origen de todos los caminos que llevan a Santiago, el más viejo del mundo y por tanto el nacimiento de la cultura jacobea. El Camino Primitivo comienza en Oviedo, desde donde partió Alfonso II el Casto en el siglo IX para visitar la recién descubierta tumba del Apóstol Santiago.
En Melide encontramos la confluencia de los Caminos Francés y Primitivo, y es posible hacer un pequeño tramo de este último, siempre señalizado con las flechas amarillas por toda la localidad, para vivir en primera persona las sensaciones que deja en el peregrino recorrer la ruta hasta Santiago.
9. Saborear un buen pulpo de la zona
El viajero no puede abandonar Melide sin haber probado uno de los platos estrella de su gastronomía: el pulpo á feira, considerado el plato más representativo de la villa y uno de los más demandados por los turistas que visitan Melide.
Pero no sólo de pulpo vive Melide. Aquí se elaboran magníficos quesos artesanales, se hace buen cocido gallego, el tradicional lacón con grelos y una magnífica empanada. Como postres hay que probar los melindres y los deliciosos almendrados típicos de toda localidad unida al Camino.
10. No te quedes sólo en Melide
Aprovechando la especial situación de Melide como centro geográfico de Galicia, no hay que dejar de explorar sus alrededores con el Castillo de Pambre como principal visita. Esta fortaleza del siglo XIV está en Palas de Rei, provincia de Lugo, pero a sólo 12 kilómetros en coche desde Melide. Es uno de los pocos ejemplos de arquitectura militar medieval gallega que se conservan, tras sobrevivir a las Revueltas Irmandiñas.
Otro punto de interés natural es la Fervenza de Brañas, conocida también como de Toques, por estar situada en esta población, formada por la confluencia de dos riachuelos del río Furelos a más de 40 metros de altura. Para llegar a ella desde Melide hay que desviarse hasta la parroquia de Insua en Toques y una vez allí ya podemos disfrutar de una de las cascadas más bonitas del interior de Galicia.
Emma Sexto