El municipio de Vilalba pertenece a la provincia de Lugo y es capital de la comarca de la Terra Chá. Con una superficie de 379,36 km cuadrados y 14.072 habitantes según censo de 2019, la villa de Vilalba está ligada al Camino de Santiago y sus primeras referencias como núcleo habitado constan del siglo VI.
Como dato curioso decir que Vilalba posee un árbol con nombre propio, la Pravia, un llamativo arce blanco situado a la entrada del pueblo.
Información de interés
Cómo llegar a Vilalba
Son 83,5 kilómetros los que separan Vilalba de A Coruña. La forma más rápida de llegar es a través de la AP-9 / A-6 dirección Lugo para desviarse a la A-8 a la altura de Baamonde, que en pocos minutos nos dejará en Vilalba.
Coordenadas GPS
43.299093, -7.680470
Razones para visitar Vilalba
Vilalba, conocida por ser tierra de los Andrade en el Medievo, destaca hoy por haber convertido los restos del antiguo castillo feudal, la Torre del Homenaje, en un prestigioso parador nacional. Sus numerosos restos arqueológicos, el supuesto poder curativo de sus aguas termales y la riqueza natural de sus montes y paseos fluviales, junto con su gastronomía típica, hacen de Vilalba una parada obligada en cualquier viaje por la provincia de Lugo.
Mapa con los puntos de interés
En el siguiente mapa te mostramos los principales puntos de interés de Vilalba siendo los señalizados en color azul pueblos, monumentos y lugares de interés cultural, en verde espacios naturales y en rojo restaurantes recomendados, además de otros atractivos.
Más información sobre Vilalba
10 planes y cosas que tienes que ver en tu visita a Vilalba
1. Pasear por su acogedor casco histórico
Cualquier paseo por el centro histórico de Vilalba debería comenzar en una de las plazas principales de la villa, la Praza de Suso Gayoso, en cuyas inmediaciones se encuentra la Pravia, un respetado arce centenario que parece dar la bienvenida a los visitantes. A continuación, en la Oficina de Turismo, situada en el antiguo edificio del ayuntamiento, se puede recopilar información sobre rutas e itinerarios para recorrer la ciudad y el municipio.
Muy cerca de aquí está uno de los monumentos más importantes de Vilalba, la Torre del Homenaje, único vestigio que queda del castillo de los Andrade, que data del siglo XIII pero sufrió varias reconstrucciones a causa de las revueltas Irmandiñas. Hoy, la torre luce restaurada y funciona como Parador Nacional de Turismo.
Otros puntos de interés en esta zona vieja de la ciudad son la Porta da Cima, una de las entradas de la antigua muralla y la Praza de Santa María, que acoge la iglesia parroquial del mismo nombre. Siguiendo por la Rua do Sol hallaremos algunas de las casas más antiguas de Vilalba, con sus pintorescas fachadas, y acabaremos nuestro paseo junto a los importantes restos arqueológicos de la antigua muralla.
2. Hacer una ruta por los Cruceiros de Vilalba
Vilalba es tierra de canteros y el minucioso trabajo de la piedra ha dejado en el municipio numerosos rastros monumentales entre los que destacan los típicos cruceiros, que se reparten entre los atrios de las iglesias y los cruces de caminos.
Entre ellos sobresale el Cruceiro de Lanzán, en la parroquia de Tardade, por ser uno de los cruceiros más decorados de Galicia. Data del 1906, está realizado en granito y en su base tiene varios relieves, con las figuras de Santiago Matamoros y San Roque, además de otras figuras religiosas distrinbuidad por su fuste y su capitel.
Ya en el centro de Vilalba está el Cruceiro de Cuatro Caminos, y esparcidos por los distintos templos vilalbeses encontramos el resto: Nete, Codesido, Santaballa, San Simón o Gondaísque son algunos de sus ejemplos más reseñables.
3. Visitar su Museo de Prehistoria y Arqueología
Uno de los lugares que no te puedes perder en tu visita a Vilalba es el Museo de Prehistoria y Arqueología, construido en 1992, en el que hacer un recorrido por la Prehistoria y la Historia Antigua desde el Paleolítico hasta Época Romana.
Dispone de una exposición permanente con objetos cedidos por particulares y otros procedentes de excavaciones arqueológicas en el municipio, y de exposiciones temporales, cursos, conferencias, etc, que convierten este centro en uno de los centros culturales más dinámicos de la zona.
4. Descubrir los numerosos restos arqueológicos del municipio
Precisamente este museo ha creado y en la actualidad promueve la Ruta Arqueológica, un interesante itinerario que pone en valor la enorme riqueza arqueológica del municipio y va uniendo en su recorrido los principales puntos de interés de esta temática del Concello de Vilalba.
Durante la ruta, pensada para realizarse en coche en unas horas, se visitan lugares de alto valor patrimonial, como el abrigo del Paleolítico de A Pena Grande en Santaballa, el Menhir Pedra Chantada, la necrópolis neolítica de Roza das Modias o los castros de Codesido y Gondaísque.
5. Recorrer el Paseo Fluvial y Literario del río Magdalena
Muy cerca del núcleo urbano se halla uno de los espacios naturales más frecuentados por los vilalbeses en su tiempo libre: el Paseo Fluvial y Literario del río Magdalena. Aquí, durante un trayecto lineal de unos 3 kilómetros de longitud, siempre a la orilla del río Magdalena, se mezclan naturaleza y arte, con el Paseo dos Soños, una ruta literaria compuesta por una serie de monumentos dedicados a escritores y artistas ilustres de la zona, que van marcando el camino.
En el paseo también hay un conjunto de molinos junto al bosque de ribera, una playa fluvial y un área recreativa, con merenderos y zonas de descanso. La unión de la bella vegetación, el relajante sonido del agua y las manifestaciones artísticas convierten este lugar en un punto de interés que no puede dejar de pasearse en cualquier visita a Vilalba.
6. Los molinos del paseo fluvial
El citado paseo fluvial comienza junto al Muiño do Rañego, un antiguo molino de cereal restaurado hace unos años y que hoy se utiliza como edificio municipal para realizar actividades culturales promovidas por el ayuntamiento.
Remontando el río aparece ante los ojos del paseante el deteriorado Muíño dos Pasos, que presenta un lamentable estado de abandono, al igual que el Muíño da Magdalena, que se encuentra siguiendo el recorrido hasta la playa fluvial.
Este conjunto de molinos a pie de río utilizaban la fuerza del agua para el molido de cereal y hoy, a pesar del mal estado de dos de ellos, suponen un atractivo más dentro de la Ruta fluvial vilalbesa.
7. Disfrutar de las aguas termales de la Charca do Alligal
En Codesido, parroquia de Vilalba, hay una famosa fuente de aguas que según la leyenda se consideraban medicinales. Hoy se ha convertido en piscina termal de 30 metros de diámetro y 23º de temperatura estable, conocida como la Charca do Alligal. Sus aguas son de mineralización débil y la gente acude para tratar enfermedades reumáticas y afecciones crónicas de la piel como psoriasis o eccemas.
La charca dispone de fuente, de aparcamiento y, durante el verano, de vestuarios, aseos y hasta un bar, por lo que es un paraje muy frecuentado por los vecinos de la zona y numerosos turistas que se acercan a Alligal para comprobar los supuestos efectos curativos de sus aguas.
8. Subir al mirador del Monte Monseivane
No hay recorrido por cualquier municipio gallego que no incluya un mirador y en el caso de Vilalba el mejor se situa en el Monte Monseivane, que con sus 929 metros de altitud es el pico más alto del conjunto montañoso de la Serra da Carba.
Desde aquí se observa toda la planicie que forma la denominada comarca da Terra Chá, e incluso algunas localidades cercanas como Cospeito, As Pontes y la misma Vilalba. Como parte de este idílico paisaje aquí residen caballos y vacas salvajes, los primeros protagonistas absolutos de las famosas “rapas das bestas” en la que se marca y corta las crines a estos animales..
9. Alojarse en un hotel con mucha solera
Nada mejor para disfrutar de los encantos y paisajes de Vilalba que culminar la visita alojándose en un hotel muy peculiar. El Parador de Vilalba se situa en la Torre del Homenaje que en la Edad Media pertenecía a la familia Andrade.
La estructura del actual hotel, de 4 estrellas, ofrece espacios muy acogedores, con 6 habitaciones en la zona de la torre que comunican con el Salón de los Andrade, decorado con escudos de armas de la familia y valiosas pinturas murales. Junto a la torre se localizan el resto de las habitaciones, el bar y otros espacios comunes, con jardines con vistas al torreón.
El parador también dispone de un restaurante, Enxebre, especializado en gastronomía local. Es, sin duda un lugar muy especial donde pasar la noche en Vilalba.
10. Vivir las ferias gastronómicas de Vilalba
No puede faltar en esta lista el apartado dedicado a la gastronomía, a la que Vilalba le dedica varias de sus fiestas principales. Entre ellas sobresale la Feria del Queso de San Simón da Costa, celebrada el primer fin de semana de abril, en la que se puede degustar y comprar queso y otros productos de la comarca como empanadas, miel o roscones.
Pero si por algo es conocida Vilalba es por su renombrada Feria do Capón de Vilalba, un acontecimiento que marca en la localidad el inicio de las fiestas navideñas, puesto que tiene lugar la víspera de Nochebuena. Es entonces cuando se reunen en la villa decenas de compradores de capones llegados de toda España. La feria se acompaña de unas jornadas gastronómicas en las que se prueba el capón servido en tapas y platos preparados por los mejores restaurantes de Vilalba.
Emma Sexto