El municipio de Arzúa se encuentra en el sureste de la provincia de A Coruña, a 40 kilómetros de la capital gallega, Santiago de Compostela. Considerada como la “Terra do Queixo” en referencia a su famoso queso con denominación de origen Arzúa-Ulloa, el municipio tiene una superficie de 155,48 km cuadrados y una población aproximada de 6.041 habitantes y es importante zona de paso del Camino Francés a Santiago.
Información de interés
Coordenadas GPS
42.936976,-8.158824
Razones para visitar Arzúa
Arzúa es un municipio eminentemente rural considerado una de las cunas del queso gallego y una de las últimas etapas del Camino Francés. Son estos dos elementos los que marcan la esencia arzuana, pues alrededor del queso se ha creado una importante industria manufacturera y el Camino ha supuesto para Arzúa un importante impulso cultural alrededor del cual han nacido numerosos edificios religiosos. Su bonito entorno natural, con el Embalse de Portodemouros y la Fervenza das Hortas, completan la oferta de interés turístico del municipio.
Mapa con los puntos de interés
En el siguiente mapa te mostramos los principales puntos de interés de Arzúa siendo los señalizados en color azul pueblos, monumentos y lugares de interés cultural, en verde espacios naturales y en rojo restaurantes recomendados, además de otros atractivos.
Más información sobre Arzúa
10 planes y cosas que tienes que ver en tu visita a Arzúa
1. Visitar el Centro de Divulgación do Queixo e do Mel
Arzúa es conocida por la elaboración de quesos que disponen de su propia denominación de origen, Arzúa-Ulloa, de reconocido prestigio ya desde mediados del siglo XIX. Para poner en valor este famoso queso se ha puesto en marcha el Centro de Divulgación do Queixo e do Mel, que aborda la importancia de estos dos productos desde varios puntos de vista: el mundo del queso y de las abejas, los usos y propiedades que tienen ambos alimentos, las formas en que se elaboran y su evolución desde la antigüedad hasta hoy en día, además de su relación con la cultura y tradiciones gallegas.
El curioso museo cuenta con una biblioteca apícola, una cocina y una tienda, con visitas guiadas tanto al propio centro como a la Cooperativa Erica Mel, con sede en el mismo edificio.
Hay otro museo dedicado a la miel conocido como Museo Vivente do Mel o Enredo do Abelleiro, donde se pueden visitar las colmenas de las que se extrae tan magnífico y dulce manjar.
2. Entrar a la Capilla de la Magdalena
La principal causa de la gran cantidad de patrimonio religioso que encontramos en Arzúa es el paso por esta localidad del Camino de Santiago Francés, del que Arzúa es importante paso de etapa. De hecho junto al Camino se edificó en el siglo XIV un convento de monjes agustinos del que hoy sólo se conserva su capilla: la Capela da Magdalena. Aunque en su mayor parte está construida con mampostería, mantiene elementos de cantería que revelan su origen románico y la convierten en uno de los monumentos medievales más importantes del municipio. Otras capillas de interés son las de Mota, Fontesanta o San Paio de Burres.
En cuanto a las iglesias, las más relevantes a nivel arquitectónico y con valor artístico son las iglesias parroquiales de Dombodán, Lema, Burres, Branza y Castañeda, construidas durante el siglo XVIII.
3. Contemplar la espectacular caída de la Fervenza das Hortas
Si hay un elemento natural que destaque por encima del resto en el municipio de Arzúa ese es la Fervenza das Hortas, que constituye uno de los límites naturales entre los concellos de Arzúa y Touro. Esta bonita cascada tiene dos caídas de agua de 30 metros de altura y junto a ella se encuentra el molino de Agra, que pertenece a Touro. Para llegar hasta la cascada se puede optar por hacer la Ruta PR-G 169, que se prolonga durante 20 kilómetros.
La Fervenza das Hortas se conoce también como Fervenza de Santa Marta debido a una leyenda que cuenta que una joven, cuyo novio pretendía acabar con su vida tirándola por la cascada, gritó al caer “Santa Marta me vaia!” (Santa Marta me ayude). Su caída fue amortiguada por un gran roble, salvando así la vida, cosa que se atribuye a Santa Marta.
4. Pasear por el entorno del Embalse de Portodemouros
Una de las mejores zonas de Arzúa para dar un paseo en plena naturaleza es el Encoro o Embalse de Portodemouros, construido en 1968 junto con la central hidroeléctrica. Se encuentra en el río Ulla, entre Arzúa y Vila de Cruces. Una de las consecuencias negativas de este embalse fue la desaparición de varias aldeas y la pérdida de numerosos bienes del patrimonio cultural.
Hoy encontramos en esta zona un área recreativa y una playa fluvial, además de ser un espacio ideal para el senderismo, la pesca y la práctica de deportes náuticos.
5. Cruzar el Ponte de Ribadiso
Además de los edificios religiosos, en Arzúa destacan algunas construcciones civiles como pazos o puentes. Entre estos últimos sobresale el Ponte de Ribadiso, de estilo gótico tardío datado en el siglo XII y considerado el más antiguo del municipio de Arzúa.
El puente, con arco de medio punto de cantería y calzada reconstruida en granito, perdió parte de sus losas de piedra originales, y es una de las zonas de paso del Camino Francés por Arzúa.
6. Área recreativa de Ribadiso, otra de las cosas que ver en Arzúa
Una de las zonas de esparcimiento más frecuentadas por los arzuanos es el área recreativa de Ribadiso, que cuenta con diversas zonas de ocio, como merendero, barbacoas, pistas deportivas, un bar y un parque infantil. Todo ello en un entorno bucólico a las orillas del río Iso, cruzado por numerosos puentecillos o pontellas que confieren a este espacio un encanto especial.
Aquí mismo encontramos también una playa fluvial, que es uno de los puntos de referencia incluidos dentro de la “Ruta Val do Iso”, promovida por el Concello de Arzúa.
7. Acercarse a la leyenda del Paraxe de A Fonte Santa
Una capilla, un molino, un río y una fuente son los cuatro elementos que conforman el paraje de A Fonte Santa. Junto a la capilla se han realizado desde siempre ritos paganos y cristianos relacionados con las supuestas aguas curativas de la fuente. A la fuente se le atribuyen toda clase de milagros pues se considera que sus aguas sanan las quemaduras y hasta quitan las penas, y desde el Medievo este poder curativo es utilizado por los peregrinos que lavan sus pies en la fuente buscando alivio para sus heridas.
8. Sentir la presencia del Camino de Santiago
Arzúa es una importante etapa del Camino Francés hacia Santiago, de hecho es la última parada de la ruta jacobea antes de alcanzar Compostela, con un recorrido de 16 km desde Boente a A Calzada. El Camino cruza Arzúa de este a oeste, entrando en Arzúa por Boente, continuando por la parroquia de A Castañeda, donde se encontraban los hornos empleados en la construcción de la catedral. La leyenda dice que eran los propios peregrinos quienes, en señal de penitencia, cargaban con la piedra caliza que recogían en Triacastela y la transportaban hasta Castañeda.
Una vez pasada Castañeda se cruza el Ponte medieval de Ribadiso, donde se encuentra uno de los albergues de peregrinos de Arzúa. El segundo albergue se ubica junto a la Capela da Magdalena.
9. Celebrar la Festa do Queixo
Dada la importancia que tiene el queso para Arzúa, cada primer domingo del mes de marzo tiene lugar en la localidad la Festa do Queixo, creada en 1975 para ensalzar y promocionar este producto que tiene su propia denominación de origen Arzúa-Ulloa. En ella se realizan diversas actividades culturales y folclóricas, además de degustaciones de queso. Este se elabora de forma artesanal a partir de leche de vaca y tiene la calificación de Producto Galego de Calidade.
10. Descubrir los alrededores de Arzúa
Muy cerca de Arzúa se encuentra otra localidad que también es importante zona de paso del Camino de Santiago, la también coruñesa Melide, considerado el centro geográfico de Galicia, donde admirar el cruceiro más antiguo de la comunidad y saborear uno de los mejores pulpos de interior.
A sólo 12 km de Melide, en Palas de Rei, encontramos el Castillo de Pambre, uno de los pocos ejemplos de arquitectura militar medieval gallega que se conservan, tras sobrevivir a las Revueltas Irmandiñas.
Emma Sexto