Es este un recorrido breve pero pensado para viajeros disfrutones, para aquellos que buscan un valor añadido en sus rutas a través del turismo experiencial. Transcurre por los límites más occidentales de la provincia de Ourense, a la vera del caudaloso río Miño, que riega la Comarca do Ribeiro nutriendo las vides de las que nacerá uno de los mejores vinos con denominación de origen de la comunidad gallega: Ribeiro.

Ourense termal, el punto de partida

 As Burgas, Ourense  (turismodeourense.gal)

Partimos de Ourense, una de las grandes siete ciudades de Galicia, donde su casco histórico nos sorprende con rincones de gran encanto como la Praza do Ferro, Eironciño dos Cabaleiros o la Praza Maior, donde los ourensanos hacen vida a pie de calle. La actividad fluye en el Parque de San Lázaro, con su característica fuente procedente del Monasterio de Oseira, y su Catedral del siglo XII emerge del suelo pétreo haciéndose dueña y señora del paisaje urbano.

Pero Ourense es ciudad termal, íntimamente vinculada al Miño, por lo que es obligado acercarse a As Burgas, fuentes del siglo XVII de las que manan aguas termales que permiten darse un baño caliente en medio del centro urbano.

Por la Comarca do Ribeiro

 Parque Náutico de Castrelo do Miño  (turismo.gal)

Una vez visto lo imprescindible del casco ourensano nos subimos al volante para dirigirnos, desde A Ponte Vella, de origen romano, hacia Ribadavia. Saliendo de Ourense nos encontramos otro puente, esta vez más moderno, el del Milenio, perfecto observatorio desde el que contemplar la ciudad que dejamos atrás y que nos lleva hacia otras termas, las Termas de Outariz.

Ya entrados en ruta, desde Barbadás hacia Toén nos van saludando los primeros viñedos, algunos a pie de pista y otros desde la atalaya que suponen las terrazas en los que se cultiva la vid. Sus diversas variedades convirtieron a estos vinos en unos de los más reputados de la zona por su excelente calidad, reconocida incluso desde los tiempos del Imperio Romano.

Iglesia de Santa Mª de Castrelo de Miño (turismo.gal)

El camino hacia Ribadavia nos regala también una gran riqueza monumental en sus numerosos monasterios medievales, iglesias, conventos o puentes que nos vamos encontrando por el camino. El patrimonio arquitectónico y artístico no solo nos habla del Medievo, si no también de otros pueblos que habitaron la zona en tiempos remotos, con la

presencia de castros, túmulos y dólmenes que se esparcen por toda la comarca.

La iglesia de Santa María de Castrelo de Miño, situada en una colina sobre el río, es un buen ejemplo del románico, con su ábside del siglo XII, que conforma los restos del templo primitivo. Muy cerca está el Parque Náutico de Castrelo, frecuentada zona natural de ocio y centro de las prácticas deportivas acuáticas de la zona.

Ribadavia, más allá del Barrio Judío

Ribadavia (turismo.gal)

Llegamos a Ribadavia, conocida por su insólito conjunto histórico comandado por el Castillo de los Sarmiento y surcada por incontables callejuelas que antaño formaron parte de su Barrio Judío. Esta judería, de indudable encanto, es uno de los principales atractivos de la ciudad, que también cuenta con una interesante cultura del vino, por lo que es parada recomendable para visitar alguna de sus bodegas o colleiterias (pequeñas bodegas de autor), como Viña Costeira o Bodegas Docampo, con cata incluida.

En Ribadavia también nos recibe el turismo termal, con las cercanas Termas de Prexigueiro o el Balneario de Arnoia, para relajarse tras las visitas del día.

Termas de Prexigueiro  (turismo.gal)

Si nuestra intención es seguir visitando la zona, nada mejor que acercarse a Melón, famosa por sus pozas naturales pero que cuenta con un tesoro arquitectónico poco conocido: el Monasterio cisterciense de Santa María de Melón, del siglo XII, una verdadera joya medieval difícil de visitar por sus cambiantes horarios de acceso, pero cuyo exterior siempre merece la pena contemplar.

Aquí finaliza esta breve ruta, que nos acerca a parte de la Comarca do Ribeiro y que se puede completar en un día, incluidas las visitas, para disfrutar de una oferta de ocio que ofrece naturaleza, cultura, termalismo y buen vino a partes iguales y que satisfará al viajero más exigente.

Emma Sexto

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