En el municipio pontevedrés de Cangas se encuentra uno de los mejores y más desconocidos miradores de las Rías Baixas, el Monte do Facho, que a pesar de no ser de los más altos de Galicia con sus discretos 184 metros sobre el nivel del mar, ofrece unas espectaculares vistas sobre la llamada Costa da Vela.
Pero eso no es todo, pues en este monte de leyenda se ubica un legado patrimonial importantísimo, con el denominado Facho de Donón y un antiguo poblado castrexo dominando el paisaje.
Para acceder a este magnífico enclave debemos dirigirnos a la Costa da Vela, tomando como punto de partida la más que conocida escultura de la Caracola, obra del artista moañés Lito Portela. Desde este enclave tan fotografiado parte un amplio camino de tierra, en cuyas inmediaciones pacen libremente caballos y vacas, que hacen de este recorrido junto al mar un trayecto idílico. Muy pronto la senda se vuelve más agreste, convirtiéndose en un estrecho camino empedrado que nos conduce hasta nuestro objetivo.
A lo largo de este tramo encontramos restos de la vida de antaño en el poblado castrexo de la cima: piedras sueltas que formaban parte de la senda amurallada que llevaba al asentamiento y restos de otras construcciones, como viviendas. Ya estamos cerca, pues, de uno de los yacimientos arqueológicos más desconocidos de Galicia.
El Castro do Facho es un conjunto galaico-romano fundado en el siglo X a.C. en la ladera del monte, donde se ubicaba el primer asentamiento, una pequeña aldea que en el siglo VI a.C. dio lugar al castro galaico ya fortificado, que se mantuvo como tal hasta el I a.C. Son varias las culturas y los pueblos que van pasando por este castro a lo largo de los siglos, hasta que la romanización llega a la antigua Gallaecia y se asimilan los modos y costumbres romanas.
Lo cierto es que del castro inicial se pueden apreciar con claridad muchos de los restos: las murallas y los fosos que las rodean y parte de las viviendas. También se encuentran 161 altares que dan pistas sobre un posible conjunto de aras de sacrificio dedicadas a distintas divinidades, en especial al dios Bero Breus, al que los peregrinos pedían salud como atestiguan los grabados en las aras: “Deus lari Berobreo aram posuit salute”.
Es por ello que el castro se conoce también como Castro de Beróbriga y se considera el santuario más antiguo de Galicia.
Junto al castro hallamos el Facho de Donón, una pequeña garita de forma circular que se conserva en buen estado, construida en el siglo XVII, que parece ser un puesto de vigilancia militar en la cima del monte. De esta estructura procede el topónimo del monte: “facho” significa antorcha y “donón” es un término celta que se refiere a un recinto de piedra.
No es extraño que, tanto los habitantes del castro como los militares que alzaron el facho, escogieran este estratégico lugar para asentarse los primeros, y para tener control visual de la zona los segundos, pues las vistas desde la cumbre de O Facho son un auténtico espectáculo.
Desde allí arriba se ven a la perfección las Islas Cíes, parte de Costa da Vela, Cabo do Home y, en días claros, se llega a atisbar a lo lejos Cabo Silleiro en Baiona. Sin duda, uno de los lugares preferidos para los cazadores de atardeceres, que encuentran aquí un insuperable rincón gallego donde vivir en paz el ocaso.
Emma Sexto