Detente por un instante y escucha el sonido del silencio. Estás en el enclave de Santo Alberte, el punto elegido por la mayoría de los senderistas para iniciar esta completa senda, que nos conduce por los espacios naturales, la historia y la etnografía de este hermoso ayuntamiento lucense. 

La PR-G 99 Ruta da Auga es uno de los principales atractivos de Guitiriz, ya que nos permite acercarnos a su naturaleza más llamativa, pero también descubrir algunos de los elementos arquitectónicos más representativos de la comarca. Es un recorrido de poca dificultad que se prolonga durante 19,6 kilómetros en los que el camino es llano, apenas sin desniveles, por lo que es apta para todos, pudiendo acortarse el trayecto si fuera necesario. 

 Senderos de la Ruta del Agua de Gutiriz (turismo.gal)

La caminata transcurre a la orilla de los ríos Parga y Ladroil, de ahí la denominación de la ruta, y sigue los pasos del poeta Xosé María Díaz Castro, nacido en Guitiriz y encuadrado en el Generación del 36, por lo que podríamos decir que también es una ruta literaria, poética. El conjunto de Santo Alberte, en la parroquia de Sambreixo, es testigo del comienzo de la ruta, que finaliza junto al robledal de Pardiñas, lugar de gran interés paisajístico. Por el Ponte de Santo Alberte pasa el Camino Jacobeo del Norte, y en la capilla gótica del mismo nombre que la acompaña en este entorno crece el musgo y la hiedra. Junto a ella, en la “carballeira” o robledal, un tradicional cruceiro en piedra que señala la encrucijada. 

Ponte de Santo Alberte (turismo.gal)

En el conjunto destaca la Fonte da Fala, a la que se atribuyen propiedades milagrosas y que, junto a las fuentes de Valdovín, San Xoán y Pardiñas, son consideradas como medicinales en el ayuntamiento de Guitiriz y parte crucial de este camino. Si nos desviamos unos metros desde aquí estaremos en el Mirador de Sambreixo, con buenas vistas del paisaje que nos rodea.  

Son muchas otras las construcciones de interés por las que pasa la ruta, como los puentes de Pitero, Parga, Ferreira, Montemeá o Moeiro. Molinos hidráulicos en mal estado a pie de río y algunos correctamente restaurados como los de la parroquia de Parga o Ferreira, o amplias áreas recreativas naturales de gran belleza como la de Sete Muíños, a orillas del río Escábedas, que se compone de varios puentes de madera que lo cruzan, cinco molinos de agua, una pequeña cascada y una piscina natural muy frecuentada en verano. 

Área de Sete Muiños (turismo.gal)

Nos encontraremos también con los restos de una antigua mansión romana, el Caranicum, pues estas tierras fueron lugar de paso de la vía romana que unía Lucus Augusti, la actual Lugo, con Brigantia: la Vía XX “per loca marítima” que formaba parte del itinerario de Antonino

Con respecto a los pueblos que cruzaremos, a sólo 5 kilómetros del inicio de la ruta ya nos topamos con Parga, donde si tenemos la suerte de coincidir en día de feira podemos disfrutar de su ambiente de mercado rural, o hacer una parada para ver su castillo medieval, del que sólo se conserva una torre. O su curiosa mezquita, de encaladas paredes, construida para los soldados musulmanes llegados del norte de Africa para combatir durante la Guerra Civil. 

Balneario de Guitiriz (turismo.gal)

Dejando Parga nos encaminamos a Guitiriz, con su conocido Balneario, una propuesta de turismo termal que ha pasado por distintas etapas desde su construcción a principios del siglo XX y que hoy está a la espera de restaurarse para ofrecer de nuevo sus servicios. El siguiente núcleo de población es Pardiñas, con su antigua fuente de aguas medicinales y balneario, en cuyo robledal finaliza esta ruta, una senda donde el agua se convierte en personaje y nos conduce por el interior de este interesante concello lucense.

Emma Sexto

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