En la zona centro-suroeste de Galicia se extiende la Serra do Candán, un reducto montañoso de la dorsal gallega que se prolonga a través de Lalín, Silleda y Forcarey; una zona donde encontramos grandes áreas de matorral, amplias praderas y buenas extensiones de robledales.
La Serra do Candán queda eclipsada por los incontables atractivos de las Rías Baixas, pero es un paraje natural que merece la pena conocer. En ella nacen los ríos Lérez y Umia y varios afluentes del Deza, que riegan los bosques de ribera y su principal cumbre es el Alto de San Bieito, conocido también como Monte de San Bento, a 1.017 metros de altitud. No obstante, hay otras importantes cimas que poco tienen que envidiar en presteza a la anterior, como el Coco, con 969 metros, Seixiños Brancos, a 905 metros, Chamor, con 815 o la más baja de ellas, el Alto de San Sebastián, a 750 metros. Desde todas ellas se observa una buena panorámica de la sierra y sus encantos naturales, apenas interrumpida por los “molinos de viento” del parque eólico construido en sus inmediaciones.
La Serra do Candán, en su mayoría compuesta de granito y xisto, está incluida en la Red Natura 2000 por la gran riqueza de sus distintos ecosistemas, que oscilan entre bosques de galería y bosques de ribera en las zonas más bajas. También está considerada Zona de Especial Conservación (ZEC) y aquí encontramos especies animales en peligro de extinción como el búho real, el águila real y otras más comunes como el gato montés, la comadreja, el lobo, el zorro, la lechuza y el azor.
La Ruta da Serra do Candán
La mejor forma de recorrer la Serra do Candán es acometer la ruta del mismo nombre, Ruta da Serra do Candán, un recorrido circular de dificultad media que a lo largo de 12 km nos descubre la variada flora y fauna de la zona, con la posibilidad de disfrutar de bosques de abedules y robles o de avistar búhos reales o halcones peregrinos, aves imposibles de ver en otros lugares de la provincia pontevedresa. Además, la ruta pasa por bosques de ribera, zonas húmedas cuyo verdor se acrecienta a cada paso.
La mejor época para pasear por esta sierra es fuera de temporada de lluvias, ya que éstas embarran los caminos volviéndolos, en ocasiones, intransitables. No es raro que nieve en Galicia en cotas mayores a los 1.000 metros, y éste es uno de los pocos lugares de las Rías Baixas donde de forma puntual se puede encontrar nieve en invierno.
Para comenzar este itinerario debemos dirigirnos a la aldea de Bustelos, ya que justo al lado de su capilla está el sendero donde se inicia la ruta. En nuestro camino vamos vislumbrando a nuestra izquierda gran parte de la sierra, pero ésta también atraviesa pueblos casi perdidos en el tiempo, como el de As Grobas, una aldea abandonada junto al Rego das Grove. La humedad de este riachuelo provoca que la pequeña población esté invadida casi en su totalidad por el musgo y la vegetación, dotándola de un aire misterioso.
El posterior ascenso hasta llegar al Alto de San Bieito, la cumbre más alta de la sierra, a 1.017 metros de altitud, es una maravilla para los sentidos, sobre todo cuando se alcanza la cima, que nos ofrece una completa panorámica del Valle del Deza en toda su plenitud.
No queda más que emprender el descenso hacia Ameixedo, pasando por bosques de antiguos castaños y robledales. En este punto la senda se bifurca, apareciendo ante nuestros ojos la señalización de PR-G 188 Sendeiro de Zobra O Ameixedo, que nos indica la subida hasta el Monte Coco, a 970 metros, el segundo punto más alto de la Serra do Candán.
Haremos caso omiso a esa señal, ya que obedecerla significaría enlazar la ruta con otra para alargarla, por lo que seguimos camino hasta Porto Marín. Cruzamos el puente pétreo del Rego das Grove para volver a la aldea de Grobas y regresar al principio de nuestra andadura, Bustelos, 12 km después de haberla iniciado.
Se trata de un camino de dificultad moderada, cuya máxima complicación es la subida o repecho de la Costiña da Fariña, que se encuentra poco después de la aldea de As Grobas, y que permite descubrir una de las sierras más extensas y con más encanto de la provincia de Pontevedra.
Emma Sexto