La singular geografía gallega hace posible llegar a muchas zonas de Galicia y desde cualquier punto de la misma, en poco más de una hora en coche. De norte a sur y de este a oeste te proponemos distintos y muy diversos lugares de la comunidad gallega en los que perderte durante un día para desconectar de la vida diaria y disfrutar de la cultura, la historia, el folclore y la gastronomía de esta tierra inabarcable.
1. Ribadeo, más allá de "las Catedrales"
En el extremo más nororiental de Galicia, en el mismo límite de la provincia de Lugo con su vecina Asturias, se encuentra Ribadeo, capital de Mariña Oriental.
Quien llega hasta Ribadeo lo hace, probablemente, atraído por su famosa Playa de las Catedrales (As Catedrais). Pero Ribadeo también tiene otros encantos como la pequeña Illa Pancha, un legado indiano importante en sus casonas señoriales, una ruta de miradores desde donde contemplar los más bellos retazos de costa de la provincia lucense y espacios protegidos en los que observar aves en plena naturaleza.
El puerto de Rinlo con sus pintorescas escenas marineras, es el perfecto broche final para un recorrido por este atractivo municipio de la Mariña lucense.
2. Viveiro, capital de la Mariña Occidental
La capital de la Mariña Occidental es otra escapada de lujo en la provincia de Lugo. La villa de Viveiro brilla con luz propia por muchas razones: por la vida que destila a pie de calle en cada rincón, por su incomparable Playa de Covas, sus magníficos miradores sobre la ría, entre los que destaca el Mirador de San Roque. También por su buen comer, no en vano aquí se encuentra uno de los mejores locales de restauración de la Mariña, el Restaurante Nito, galardonado con Dos Soles por la Guía Repsol.
Viveirio es conocido por su Semana Santa, por el Resurrection Fest y por ser la tierra donde nacieron el poeta Pastor Díaz y la reconocida pintora Maruja Mallo. Aquí el Medievo dejó una huella imborrable en forma de edificios religiosos y la luz, que todo lo inunda, se refleja en sus edificios acristalados para vestir de brillo la localidad.
No dejes de acercarte al Souto da Retorta o Eucaliptal de Chavín, declarado Monumento Natural, donde te espera “O Avó” que con sus 80 metros de altura y su enorme diámetro es el árbol centenario más grande de España.
3. A Fonsagrada, paraíso natural
Seguimos en la provincia de Lugo, esta vez en un enclave de interior en el extremo centro-oriental de la provincia. A Fonsagrada forma un conjunto montañoso que hace de frontera natural con Asturias. Es el municipio más extenso de Galicia, donde se halla el punto más elevado de la comunidad y zona de paso del Camino Primitivo hacia Santiago.
A Fonsagrada alberga en su extenso territorio zonas de montaña en las que aldeas de piedra, como Fonfría o Veiga de Arroxo, parecen haber quedado ancladas en el siglo pasado. Está regada por caudalosos ríos que en su caída hacia los valles forman cascadas tan espectaculares como la Fervenza de Vilagocende. Sólo por ésta merece la pena acercarse a A Fonsagrada, acompañando la visita de un buen cocido, un botelo o un delicioso plato de setas recolectadas en sus bosques.
Todavía hay más riqueza natural en el municipio fonsagradino: el Mirador de Arexo, el Alto do Acevo y las rutas de senderismo que llevan al caminante a orillas del río, por bosques de ribera, molinos centenarios y paisajes de puro espectáculo visual.
4. Cedeira, la perla de la Costa Ártabra
Con los imponentes acantilados de Vixía de Herbeira (los más altos de Europa continental) como buque insignia, el municipio coruñés de Cedeira también esconde uno de los pueblos más legendarios de Galicia, San Andrés de Teixido con su famoso santuario, y la única playa de arena negra no volcánica del mundo.
Toda la Serra da Capelada es una amalgama de verdes que contrastan con el cercano e intenso azul del mar y sólo quien transita por algunos de sus senderos homologados puede comprender la grandeza de su paisaje.
¡Y qué decir de la misma villa de Cedeira! Su puerto sobresale por los mariscos que se recogen en las playas de Arealonga y Cedeira, pues la pesca y el marisqueo representan dos de los principales motores de una localidad que ha vivido durante siglos frente al mar. En su casco histórico encontramos numerosas casonas señoriales con sus escudos nobiliarios, la Iglesia de Santa María del Mar del siglo XV y del Castillo de la Concepción, éste último al final del puerto en Punta Sarridal.
5. Muxía y su santuario
La mágica Costa da Morte alberga muchos rincones que descubrir. Uno de los más legendarios es Muxía, conocida por su Santuario da Virxe da Barca, uno de los lugares con más simbolismo religioso de Galicia y meta final del Camino de Santiago para muchos peregrinos.
Pero Muxía muestra su cara más marinera en su puerto y su lonja, donde admirar o adquirir el mejor producto de esa mar con el que sus habitantes tienen un vínculo irrompible. Su singular secadero de congrios es uno de los pocos que quedan en Galicia.
Fuera del núcleo urbano sugerimos vivir un gran atardecer en Cabo Touriñán, disfrutar de sus tranquilas playas y de la gastronomía típica de Costa da Morte.
6. San Vicente do Mar en O Grove y el Paseo de Pedras Negras
La comarca del Salnés, y en concreto O Grove, es uno de esos lugares de las Rías Baixas que cualquier gallego recomendaría visitar a un amigo. Con un particular microclima, es especialmente agradable en temporada estival, de O Grove conquista su gastronomía basada en productos del mar, la belleza de sus playas con la emblemática A Lanzada, sus famosos centros termales y su patrimonio cultural.
Pero hay un rincón de O Grove que no te puedes perder, pues une la belleza del paisaje con el encanto de los paseos a pie de playa. Está en San Vicente do Mar y es el Paseo de Pedras Negras, que a través de una pasarela de madera y durante un recorrido de pocos kilómetros nos va llevando por las playas y calas más bonitas de esta zona.
Aquí tendrás la opción de darte un baño al acabar el recorrido y de observar los “cons” unas curiosas formaciones de piedra que parecen emerger del mar y constituyen uno de los puntos más visitados y fotografiados de todo el Salnés.
7. Cangas, el "Caribe gallego"
En el extremo suroccidental de la península do Morrazo se encuentra uno de los municipios más visitados de Galicia. Con sus arenales salvajes como la Playa de Barra, el encanto de sus barrios marineros y su riqueza arqueológica, además de su exquisita gastronomía, Cangas ofrece al viajero todo lo que éste pueda imaginar.
El pueblo de Cangas, conocido por ser importante punto de partida para visitar las Islas Cíes, tiene mucho que ver, desde su puerto pesquero hasta sus casas de piedra, sus plazas y cruceiros y esculturas como A Volta do Mar, que representa la desesperación de un padre marinero a la llegada del mar con las manos vacías.
Nada mejor que contemplar el atardecer desde Cabo Home, recorrer la Costa da Vela, Lugar de Interés Comunitario (LIC) o ascender al Monte Facho, donde hallaremos el santuario más antiguo de toda Galicia.
8. A Guarda y su emblemático castro
Haciendo de frontera entre España y Portugal, el pueblo marinero de A Guarda, al sur de la provincia de Pontevedra, destaca como puerta de entrada a la desembocadura del río Miño. El estuario es de gran valor ecológico y zona de protección de aves, no en vano sus humedales son considerados como el "Doñana gallego".
Como en cualquier villa pesquera gallega, lo más característico de A Guarda lo encontramos en su puerto y su paseo marítimo, donde llaman la atención las coloridas fachadas de las casas y el ambiente que se vive en sus terrazas y restaurantes.
Coronando el pueblo se encuentra uno de los enclaves arqueológicos más valiosos de Galicia: la Citanía o Castro de Santa Trega, uno de los ejemplos de cultura castreña más importantes del noroeste peninsular, datado en el s. IV a.C.
9. Allariz, piedra y agua
Premio Europeo de Urbanismo en 1994 por la buena labor de restauración de su casco histórico, la villa ourensana de Allariz ofrece al visitante uno de los conjuntos medievales más bonitos de Galicia y un enclave natural rodeado de bosques de castaños íntimamente vinculado al Camino de Santiago.
Allariz es piedra, la de sus calles y agua, la del río Arnoia, que riega la localidad y confiere a su entorno un ambiente de lo más romántico. A ello contribuye su paseo fluvial, que es una estupenda zona de ocio aprovechada por los lugareños para pasear, pescar en barca e incluso bañarse en verano. Pero el verdadero protagonista es su magnífico puente románico, que constituye uno de los puntos más fotografiados de la zona.
Las aldeas tradicionales de Santa Mariña de Augas Santas y San Salvador dos Penedos y el Ecoespacio de Rexo, diseñado por el artista vasco Agustín Ibarrola, un espacio artístico con árboles y piedras pintados y esculturas que se funden con el entorno natural, son otros de los puntos de interés que ofrece esta bella localidad a pie de río.
10. Monforte, capital de la Ribeira Sacra
La Ribeira Sacra es el principal motivo que mueve al viajero que se desplaza hasta Monforte motivado por el bello paraje natural del Sil, sin grandes expectativas sobre la ciudad. Pero en ella se encuentra con un espectacular casco histórico con vestigios judíos, varios museos con manifestaciones artísticas de interés, un bello puente medieval que cruza el río Cabe y un entorno natural a su alrededor digno de disfrutar.
Por si no fuera suficiente, sus excelentes vinos con denominación de origen Ribeira Sacra y sus tapas elaboradas con productos locales convencen a quien visita Monforte de que allí merece la pena quedarse. Reserva unos días para recorrer su casco antiguo, visitar el "Escorial gallego" o hacer una ruta de miradores por la Ribeira Sacra.
Emma Sexto