Si hay una visita estrella en A Estrada esa es el señorial Pazo de Oca, declarado Bien de Interés Cultural y que hoy pertenece a los Duques de Medinaceli. El origen del pazo se situa en el siglo XV, cuando nació como torre defensiva militar y adoptó uso civil tras las contiendas de la época.
La historia tras los muros del pazo
En 1477, la familia Oca, dueños del pazo, perdieron la propiedad, que pasó a manos del arzobispo de Santiago, Alonso de Fonseca I. Un siglo después, María de Neira compró el pazo, haciendo que este volviera a manos civiles. Aunque se considera el edificio como enteramente dieciochesco, ya los Neira, desde finales del s. XVI, hicieron distintas transformaciones a la primitiva fortaleza original.
Posteriormente sería uno de los nietos de María de Neira quien entroncaría su linaje con el de otra familia pudiente, los Gayoso. Este fue un punto de inflexión importante, ya que la familia Gayoso, con Andrés Gayoso Ozores de Sotomayor a la cabeza, comenzó la reconstrucción del pazo en 1733, aunque su restauración quedó inconclusa.
La imponente plaza exterior y el elegante pazo
Antes de acceder al interior del pazo, el visitante se encuentra en medio de una gran explanada conocida como La Plaza. Era el antiguo patio de labor del conjunto palaciego y hoy aún se conserva en excelentes condiciones, con los tres elementos que distinguen a la arquitectura paciega gallega: la capilla, el palacio o pazo y las viviendas unifamiliares, además de un gran cruceiro.
El templo, construido entre 1731 y 1752, está dedicado a San Antonio de Padua y es un edificio barroco que sustituyó a la antigua ermita alzada por María de Neira en el s. XVI. A través de un gran zaguán, que conserva sus puertas del s. XVI con escudos de las familias que lo habitaron, se accede al patio interior, rodeado de edificios de distintas épocas. Como la torre actual y el cuerpo principal del palacio, que son producto de varias reformas a lo largo de los siglos.
Una fuente central trilobulada rodeada de parterres geométricos, añaden el punto bucólico al conjunto. El interior, sólo accesible a través de contadas visitas guiadas, es el fruto de una exquisita decoración que hoy mantiene la Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
Los cuidados jardines y el romántico estanque
El conjunto del pazo está estructurado en tres zonas. La primera, la casona señorial con el jardín y el huerto; en el terreno próximo la iglesia de San Antonio de Padua y las casas de los trabajadores. Por último, los terrenos agroforestales y los prados.
Pero sin duda lo más destacable del pazo y por lo que es conocido son sus espectaculares jardines, todo un remanso de paz, con azaleas, palmeras y rododendros, además de la zona más boscosa formada por robles, nogales, abedules y castaños. La protagonista de los jardines es la camelia, que aquí abunda en casi todas sus variedades y por la que el pazo forma parte de la Ruta de las Camelias de Galicia: dispone de los camelios más antiguos y altos de Europa quen llegan a alcanzar los 8 metros de altura.
Entre fuentes (Fuente de la Mona, Fuente de las Truchas, Fuente del Monumento), lavadero y una llamativa avenida de tilos, encontramos la parte más emblemática del pazo: sus bellos estanques con ocas y cisnes blancos y negros, con una isla central en forma de barca de piedra en cuya popa hay una escultura en piedra de un barquero. Es la imagen más conocida y fotografiada del Pazo de Oca, de los que dijo Otero Pedrayo que son “Dignos de una villa cardenalicia”.
Los estanques, además, están cargados de simbolismo. Fue Andrés Gayoso quien mandó labrarlos en piedra, con sendas barcas pétreas, una de guerra y otra de pesca y con la figura del “señor de sierpe”, intermediario entre dos mundos: las aguas calmadas del estanque superior, llamado “de las virtudes” y las aguas turbulentas del inferior, el de “las vanidades del mundo”.
Una vez vistos jardines y estanques en A Estrada puede completarse esta visita con otra construcción igua de señorial, el Pazo de Rivadulla en Ortigueira, a sólo 6 km del anterior. También está incluido en la Ruta de las Camelias, con su impresionante Paseo de los Olivos que recuerda a The Dark Edges, el famoso escenario de la serie Juego de Tronos.
El Sendero do Deza, con Fervenza do Toxa y el Monasterio de Carboeiro como puntos de interés, a sólo 15 km, ponen el broche final a un recorrido que puede hacerse en un día desde cualquier punto de Galicia.
Emma Sexto