Cualquiera diría que en una pequeña parroquia de Friol, Lugo, se encuentra la armadura del S. XIV de un antiguo samurai. Es el Castillo o Fortaleza de San Paio de Narla (llamado también Torre de Friol o de Xiá) el encargado de custodiar esta rareza, difícil de hallar en España y que en Europa se localiza con dificultad en pocos y escogidos museos.
El origen del Castillo de San Paio de Narla se remonta a tiempos de los suevos, cuando las tierras de Lugo eran conocidas por sus numerosas mámoas prehistóricas y sus riquezas escondidas. Se conocía como la “Rocha de Narrela” y es así como aparece nombrado en algunos documentos de 1350. Unido al linaje de la familia Seixas, en el S. XIX la fortaleza pasó a ser propiedad del Conde de Campomanes y finalmente su destino fue ser adquirida por la Diputación de Lugo en 1939, que la convirtió en museo en 1983.
Vinculada a Vasco de Seixas, uno de los moradores del castillo, hay una macabra historia. La que llevó al noble a asesinar a puñaladas por celos a su esposa, Catalina de San Tirso. El cadáver de la mujer fue enterrado en la capilla del castillo, mientras Vasco de Seixas huía a Portugal. Un mes después, el padre de Catalina, Sancho López de San Tirso, reclamó el cadáver de su hija y una investigación de los hechos, lo que llevó a capturar a Vasco de Seixas y a enterrar de nuevo a Catalina, esta vez en el cercano Monasterio de Sobrado dos Monxes.
La capilla donde se ubicó su primera tumba, en San Paio de Narla, todavía puede verse junto al torreón del castillo. De sencilla planta cuadrada y cubierta a dos aguas, en su retablo del S. XIX se venera una talla popular de San Paio, con la cuchilla que le dio muerte y la palma del martirio.
En los 37 metros de fachada principal del castillo, un gran cuerpo central une la torre del homenaje, de 9 por 11 metros, con un torreón. La torre se divide en tres plantas y un sótano que hacía las veces de mazmorra, y en ellas se ubica el Museo Etnográfico e Histórico que se acompaña de algunos elementos constructivos originales del castillo, como una enorme “lareira” situada en la segunda planta y una cocina tradicional gallega con distintos utensilios.
Son varias las piezas que se pueden observar en el museo, que supone un auténtico muestrario de la forma de vida en el Medievo y los siglos posteriores. Elementos de cerrajería y mobiliario popular, una espléndida chimenea del S. XVI profusamente decorada y muebles propios de los S. XVII y XVIII en el salón y las habitaciones privadas.
Las viejas caballerizas son otro punto de interés del castillo, con un comedero y, en la zona de la bodega, una colección de cardas, rastrillos y ruedas para trabajar la lana y el lino en la artesanía textil.
Pero sin duda lo que más llama la atención del museo es la solitaria figura de un samurai, para ser exactos, de la coraza que lo cubría. Se trata de una armadura de un guerrero japonés del período Muromachi, etapa histórica conocida también como “era Ashikaga”, que tuvo lugar entre los años 1336 y 1573, que pasaría casi desapercibida en un rincón si no fuera por una inevitable pregunta: ¿Qué hace una armadura samurai en un castillo de Lugo?
La explicación está en una donación a los fondos de la Deputación de Lugo que hizo Juan López Suárez, conocido como Xan de Forcados, un médico, intelectual y filántropo gallego nacido en O Saviñao en 1884. Incansable coleccionista de arte y piezas únicas, no se sabe con seguridad cómo se hizo con la propiedad de la armadura, pero lo cierto es que esta acabó trasladándose al museo de San Paio de Narla y hoy es una de sus piezas estrella, aunque nada tenga que ver con la historia de la fortaleza que la ha adoptado como propia.
Declarada Bien de Interés Cultural en 1994, el Castillo de San Paio de Narla es visitable de lunes a domingo, con reserva obligatoria llamando al 982375156 o mandando un email a sanpaiodenarla@museolugo.org.
Emma Sexto