Ruta Muiños Río das Gándaras (Foto: turismo.gal)

Ruta Muiños Río das Gándaras (Foto: turismo.gal)

Escapadas

La encantadora Ruta dos Muiños do Río das Gándaras en Vilasantar

Es una de las rutas de senderismo “de moda” en Galicia. La Ruta dos Muiños do Río das Gándaras transcurre a la vera del río entre molinos, batanes y frondosos bosques de ribera.

4 junio, 2021 08:32

Junto con la Ruta da Auga de Zas, con la que comparte similar entorno fluvial y abundancia de molinos, la de Vilasantar, oficialmente PR-G 195 Ruta dos Muiños do Río das Gándaras (o Rego das Gándaras, ya que se puede encontrar de ambas maneras) es una de las sendas con más éxito de la provincia coruñesa en los últimos meses. 

Situada en el Concello de Vilasantar, entre Curtis y Melide, se encuentra muy bien señalizada, muestra del esfuerzo que el concello está haciendo por promocionar su principal sendero como punto de atracción turística, orientado a un público interesado en el contacto con lo natural y sus paisajes. La de Vilasantar es una ruta lineal de baja dificultad y pequeño recorrido, con sólo 6,6 kilómetros muy asequibles para el público en general, que se convierten en 13 si pretendemos volver sobre nuestros pasos hasta el punto de inicio.

Ruta de los Muiños de Vilasantar (Foto: turismo.gal)

Ruta de los Muiños de Vilasantar (Foto: turismo.gal)

El sendero comienza en el Ponte da Gándara, (unos metros antes es posible dejar el coche sin problema) donde empieza a descender siguiendo el cauce del río siempre con suaves desniveles, con un máximo de 135 metros, sencillos de salvar. La senda remonta los ríos Tambre y Cabalar hasta llegar a otro puente, A Ponte do Sapo, siempre rodeada de vegetación autóctona en un bosque de ribera – sauces, abedules, alisos- y disfrutando de varios conjuntos etnográficos formados por molinos y, uno de ellos, por un batán. 

A lo largo de todo el trayecto se encuentran hasta 22 molinos hidráulicos en distintos niveles de conservación, aunque la mayoría inaccesibles y en mal estado. Los más conocidos son el Muiño do Xuezo, el Muiño do Fachal, el Muiño de Freire, el Muiño do Batán o el Muiño de Cernadas.

Muiño y batán de Mezonzo (Foto: turismo.gal)

Muiño y batán de Mezonzo (Foto: turismo.gal)

El único batán que se conserva se denomina Batán de Mezonzo, y este sí se ha restaurado para poder observarlo en funcionamiento. Los batanes se ubicaban, como los molinos, a pie de río, pero al contrario que éstos no estaban relacionados con la molienda del grano, si no con el tratamiento de los textiles, en concreto de las lanas: el batán golpeaba los tejidos con fuerza para revestirlos de mayor fuerza y consistencia, facilitando su manejo posterior. 

Se cree que el origen de este batán puede estar vinculado al medieval y cercano Monasterio de Mezonzo del S. XII, lo que lo convertiría en el artilugio de este tipo más antiguo de la península. 

Es en este tramo en el que nos encontramos no sólo con molinos, el batán y una pequeña fervenza, que le confiere un aura de lo más bucólico, si no también con una cercana zona de merenderos ideal para comer o hacer un descanso. 

Iglesia de San Pedro de Mezonzo (Foto: turismo.gal)

Iglesia de San Pedro de Mezonzo (Foto: turismo.gal)

Con respecto al Monasterio de Mezonzo, o lo que de él queda, es otro de los puntos de interés que nos acerca esta ruta y del que sólo se conserva la iglesia medieval del S. XII, de puro estilo románico, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931. El antiguo cenobio fue hogar del famoso monje San Pedro de Mezonzo, que en la ciudad de A Coruña dispone de un templo dedicado íntegramente a su nombre. 

Una vez finalizada la sencilla ruta podemos dedicarnos a explorar los alrededores de Vilasantar. El primer atractivo de tipo etnográfico que nos encontraremos es el Hórreo de Vilaboa, que carece de pies y se dispone sobre una base sólida. 

Ponte de Furelos en Melide (Foto: turismo.gal)

Ponte de Furelos en Melide (Foto: turismo.gal)

A menos de 9 kilómetros y poco más de 10 minutos de coche estaremos en Curtis, un municipio de gran riqueza natural que en parte pertenece a la Reserva da Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. Si queremos seguir caminando podemos optar por ascender al Monte da Cova da Serpe o pasear por los numerosos senderos a orillas del Mandeo, que se pueden abordar tanto a pie como en bicicleta. 

Si nos decidimos por una opción más cultural, la villa de Melide, a 20 kilómetros de distancia de Vilasantar, alberga importantes muestras de monumentalidad como iglesias, pazos barrocos y fuentes y el cruceiro más antiguo de Galicia, datado en el S. XIV. Su incesante paso de peregrinos, por ser cruce de los Caminos Primitivo y Francés, convierte a Melide en centro del movimiento cultural de la comarca. Esto, unido a su exquisita gastronomía basada en pulpo y queso artesanal, hace de Melide un buen complemento a la ruta a pie por Vilasantar. 

Emma Sexto

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