Es en el primer milenio a. C. cuando comienza a desarrollarse todo un mundo y una cultura única alrededor de los castros galaicos. Partiendo de la costa hacia el interior del antiguo territorio de Galicia y subiendo desde el sur hacia el norte, las comunidades campesinas que los construían buscaban lugares aislados, bien en la cima de las montañas o en la costa, desde donde dominar el paisaje que los rodeaba y al mismo tiempo permanecer protegidos de las posibles invasiones de otros pueblos.
La historia del Castro de Fazouro y sus curiosidades
Entre estos fascinantes poblados gallegos se encuentra el Castro de Fazouro, situado en un lugar privilegiado al este de la playa de Arealonga: la conocida como Punta do Castro en la parroquia de Santiago de Fazouro, que pertenece al lucense Concello de Foz. El enclave es mágico, con vistas al mar, lo que lo convierte en uno de los castros más especiales de Galicia.
Declarado Bien de Interés Cultural el 2017, los primeros trabajos de prospección en este castro comenzaron en 1963 y se prolongaron, de forma intermitente, hasta 1992. Estas excavaciones permitieron obtener mucha información sobre el modo de vida de sus habitantes, sobre todo en época de la romanización, cuando los romanos llegaron a estas tierras para su explotación aurífera, entre los s. I y III d.C. Son las únicas dataciones que se tienen de las construcciones castreñas, que han podido concluirse gracias al trabajo de arqueólogos e historiadores.
El Castro de Fazouro es un gran referente para el conocimiento de la época y cultura castreña en Galicia. Aunque existen otros yacimientos similares en sus proximidades, como los castros de Marzán, Devesa, Vilaselán y Burela, ninguno tiene algunas de las características que definen al de Fazouro como un castro singular. Llegó a ser enorme, con unos 700 metros cuadrados de los que sólo se conservan, o se han excavado, 300. Más de 30 metros mar adentro se han perdido por la fuerza del mar y la erosión.
Entre las características que lo hacen único en la costa cantábrica gallega destaca la forma de sus viviendas. Sólo una reproduce la típica estructura circular, mientras que el resto de las nueve que se pueden ver son cuadradas o rectangulares. Esto se debe al alto grado de romanización, ya que los romanos edificaban ya con formas angulares, por lo que la vivienda circular sería anterior a su influencia y, por tanto, la más antigua de todas.
Otras de las peculiaridades que lo definen es la posible existencia de un molino circular, la presencia de restos animales, que confirman que su principal actividad era la agricultura ligada a la ganadería, y la existencia de escaleras en algunas de las viviendas, que supone su construcción en dos plantas, algo realmente muy singular.
Por otra parte, en su edificación se utilizó pizarra, en contraste con el granito, que era la piedra utilizada en la franja atlántica para alzar viviendas y murallas en los poblados castreños.
Visitando el Castro de Fazouro
Visitar el Castro de Fazouro supone viajar al pasado y, con un leve ejercicio de imaginación, no es difícil visionar el castro al completo, ubicado en una bella península sostenida por acantilados que lo protegían de ataques externos. La visita es gratuita, libre y sin horarios cerrados, algo que siempre se agradece pues fomenta que más personas se acerquen a conocer estas antiguas fortalezas castreñas e indaguen en la “cultura castrexa” de Galicia que tan importante legado histórico ha dejado en esta comunidad.
El castro se sitúa en un gran foso rodeado por murallas, de las que sólo quedan algunos restos. Las nueve construcciones que se conservan, todas cuadradas y rectangulares excepto una de base circular, estarían destinadas a distintas funciones, como cocinas o zonas de vivienda.
La excavación del castro sacó a la luz diversos materiales cerámicos, aunque muy fragmentados, algunos clavos de hierro y alfileres de bronce, que son los únicos restos metálicos que se hallaron. Además se encontraron dos monedas de interés: un “antoniano” de mediados del s. III d.C. y otra con ceca de Clunia, junto con restos de ganado ovino.
Qué ver cerca del Castro de Fazouro
En definitiva, es ésta una visita muy recomendable por lo que supone de acercamiento a la cultura de los castros en Galicia, por su especial situación a pie de mar y porque nos permite también explorar sus alrededores. De hecho el municipio de Foz sorprende a quien lo visita con impactantes paisajes naturales como la misma Ría de Foz, los Castelos o el Pico da Frouxeira.
Sus playas compiten en belleza con las de San Cosme de Barreiros, municipio vecino. Y es que Foz no sólo tiene valor por sí mismo, sino que es un enclave ideal para visitar otros municipios de los alrededores, como Ribadeo o Viveiro, que harán que te enamores para siempre de la Mariña Lucense.
Emma Sexto