A partir del furor desatado por el Banco de Loiba, se ha desatado en Galicia una verdadera competición por los bancos panorámicos. Aunque el verdadero atractivo está en el paisaje que los acompaña, se han convertido en un auténtico reclamo turístico y por ello todos los “concellos” quieren optar a tener, si no el mejor banco del mundo, al menos aquel que ofrezca la panorámica más increíble de la comunidad.
Instalados en la cima de un monte, orientados hacia una ría, a un espectacular arenal salvajeo a un legendario faro, te presentamos los bancos gallegos desde los que contemplar las mejores vistas.
1. El mejor banco del mundo es el de Loiba
Desde que en 2009 un vecino de Loiba, Rafael Prieto Fernández, colocara un banco de madera frente a los ya famosos acantilados, el Mirador de O Coitelo ha visto pasar a miles de personas ávidas no sólo de disfrutar del impactante y escarpado paisaje, si no también de inmortalizarse sentados en el llamado “el mejor banco del mundo”.
¿De dónde procede este título? Durante el Festival de Ortigueira de 2010, un grupo de músicos escoceses que participaron en el mismo se quedaron prendados de las vistas y decidieron grabar en el respaldo del banco la frase “the best bank of the world”, siendo “bank” un término referido a los acantilados pero que rápidamente pasó a ser traducido como “banco”.
Así nació El mejor banco del mundo y, tras él, muchos que han tratado de seguir su estela para atraer visitantes a sus respectivas localidades. Lo curioso es que el Ministerio de Industria concedió los derechos sobre la marca al Concello de Ortigueira, lo que ha convertido al famoso banco oficialmente en “el banco más bonito del mundo”.
2. Galiza, it’s different : el banco de Redondela
Que Galicia es diferente lo tenemos claro todos los gallegos y todos aquellos turistas que llegan a nuestra tierra. Y aunque el lema grabado en el banco panorámico de Redondela tiene alguna que otra incorrección, ésta se ve compensada por las bellas vistas que se obtienen desde lo alto del Campo da Rata, donde está situado el banco.
La Ría de Vigo, el Puente de Rande, las Islas Cíes, la bella ensenada de San Simón y las bateas que parecen estar flotando sobre el mar de intenso azul son algunas de las maravillas que se pueden contemplar desde este banco, al que cuesta llegar, eso sí. Sin duda, el esfuerzo de la caminata merece la pena.
3. Banco de Noalla o Banco de A Lanzada
La parroquia de Noalla, en el municipio pontevedrés de Sanxenxo, atesora multitud de bancos a lo largo de su tramo costero con vistas al mar. Uno de los más conocidos es el de Punta Faxilda, de los primeros, al que siguen uno en piedra en la Playa da Pragueira con su conmovedor mensaje – Grazas pola vida – y el más visitado: el banco de Illa Outeiriño (Outeiro das Lapas), también conocido como el Banco de A Lanzada.
¿Por qué? Porque se encuentra justo enfrente de la Playa da Lanzada, una de las más extensas de Galicia con sus 2 km de largo y de las mejores playas de las Rías Baixas. Desde el banco se puede observar su ermita, y cuando la marea baja se puede recorrer por sus muchos senderos el islote, unido a las Playas de Areas Gordas y A Lapa por un istmo.
4. Galicia enamora: Fervenza de Budián
Es una de las rutas de senderismo “de moda” en Costa da Morte. La Ruta da Auga de Zas transcurre, a lo largo de sus algo más de 10 km, por algunos de los enclaves naturales más bonitos del Concello de Zas.
Un río, tres fervenzas (cascadas), varios molinos y un batán, un par de aldeas con sus construcciones tradicionales, un castro y hasta una abellariza, conforman los principales puntos de interés de esta ruta de baja dificultad, apta para todo tipo de públicos e ideal para hacer en familia.
De las tres cascadas que hay en la ruta destaca la Fervenza de Budián, un pequeño salto de agua situado en un alto junto a un batán, que se ha hecho conocida por el banco de madera situado en su frente. No sólo son las vistas desde el banco lo que atraen a multitud de senderistas y otros visitantes que acuden a la fervenza con la intención de hacerse una foto inolvidable: su evocadora inscripción refleja algunas de las palabras más bonitas de la lengua gallega: “Aperta, enxebre, orballo, bico, quérote…Galicia fascina, o galego namora”.
5. Banco da Pastoriza, en Marín
El llamado “mejor banco del mundo” de Marín se alza sobre la colina de Pastoriza, en el que ya era por sí mismo uno de los mejores miradores naturales a la ría de Marín en Pontevedra.
Pero llegar a él no es fácil, pues hay que hacerlo siguiendo una larga ruta de senderismo que parte del centro de la villa y se alarga durante 23 km a través de la costa, pasando por algunas playas como Aguete o Mogor, hasta llegar a la cima.
Allí nos espera un agradable rato de descanso disfrutando de la visión de la ría, de la Isla de Ons y las poblaciones de Sanxenxo y Beluso.
6. Banco Monte Castelo Viveiro
La ría de Viveiro en toda su inmensidad y belleza y el cercano valle de Landrove se hallarán a nuestros pies si ascendemos hasta otro de los miradores de Galicia que causan expectación. Es el de Monte Castelo, en Viveiro, donde también se ha instalado un banco no sólo para atraer visitas, si no también para ofrecer descanso a los avezados senderistas que llegan hasta aquí.
Para alcanzar el ya famoso banco de Viveiro hay que partir de la citada villa costera y caminar durante 11 km, gran parte de ellos en ascenso lo que, sin duda, merecerá la pena.
7. El banco de Nogueira de Ramuín en Ribeira Sacra
El “mejor banco de la Ribeira Sacra” nació en verano de 2017 por iniciativa de la asociación Móvete por Nogueira. Se instaló en el Miradoiro do Pé do Home, un lugar aislado, inaccesible en coche, para instar a la gente a caminar y que, al llegar a su objetivo, pudieran no sólo obtener una bonita instantánea, sino también disfrutar de unas vistas inmejorables de lo mejor de Ribeira Sacra.
Desde el banco de Nogueira de Ramuín se observa a la perfección la Curva de A Ferradura, los viñedos colina abajo, el embarcadero de San Estevo y los grandes protagonistas: los impresionantes Cañones del Sil.
8. Banco de Xove en el Faro da Roncadoira
También en verano de 2017 se inauguró otro banco en la provincia de Lugo que se ha convertido en el preferido de los cazadores de atardeceres en Galicia. Es el conocido como Banco de Xove, que se encuentra casi a los pies del Faro da Roncadoira, al que se llega por una estrecha carretera desde Viveiro.
Rodeado de un paisaje marino de película en una zona en la que se sucedieron numerosos naufragios, aquí se disfruta de una de las puestas de sol más bellas de Galicia, de la ría de Viveiro, aunque no en su totalidad, y del Cabo de Estaca de Bares, además de con templar a lo lejos la Isla Coelleira.
9. Banco de Santa Cruz con vistas al castillo
Quizá no tan espectaculares como los anteriores, a lo largo del paseo marítimo de Santa Cruz, en el concello coruñés de Oleiros, se ubican varios bancos con vistas a una de las que fue fortaleza defensiva de la Ciudad de Cristal: el Castillo de Santa Cruz.
Además, subiendo hacia la cala de la Atalaia, hay otro banco con vistas a la bahía de Santa Cruz y al puerto coruñés. No le faltan bancos en miradores con bancos a esta localidad oleirense, pues son varios los que se reparten a lo largo del Parque das Galeras, en un hermoso paseo costero que conduce a la Playa de Bastiagueiro.
10. Con vistas a un faro: el banco de Touriñán
En Galicia hay un número incontable de faros, auténticos guardianes de la costa. Algunos de los más bonitos se encuentran en la provincia de A Coruña, en concreto en Costa da Morte, como el Faro de Touriñán en Muxía, el punto más occidental de la España peninsular.
A sus pies se ha instalado un banco de piedra con las coordenadas de su situación, uno de los puntos más fotogénicos de la zona, con vistas a los acantilados da Gaivoteira y a Laxe de Buxeirados, un conjunto de peñas que se adentran en el mar más de 300 metros y han sido escenarios de muchos naufragios.
Un plus: el Banco dos namorados en el Mirador de la Alameda de Santiago o el Banco de Cunqueiro en Mondoñedo (tendremos que pedir al escritor que nos haga un hueco para sentarnos), con vistas a la “catedral arrodillada” de la villa, son otros de los bancos con vistas, esta vez a monumentos históricos, más bonitos que podemos encontrar en Galicia.
Emma Sexto