Con más de 6.000 años de historia a sus espaldas y un numeroso patrimonio cultural y natural, el Concello de Xove es de esos puntos de la Mariña Lucense que se han visto eclipsados por fenómenos turísticos como la Playa de las Catedrales o el Fuciño do Porco. Pero hay otra forma de viajar, la que busca lugares menos concurridos pero igualmente hermosos por los que también merece la pena pasar al menos una vez en la vida.
Qué ver en el aún poco conocido Concello de Xove
Xove reúne infinidad de atractivos para dejarse caer por allí sin dudarlo. Desde la Isla de Sarón (o Ansarón), importante zona de migración de aves marinas, donde se cría uno de los mejores percebes de Galicia, hasta el Faro de Roncadoira, importante punto de la Ruta Galicia Birding de Lugo y perfecto enclave para la contemplación del atardecer, que se deshace en tonos ocres y azules.
En Xove también encontramos miradores como el Miradoiro A Medela, el Pau da Vella (punto más alto del concello con sus 704 metros de altitud) o el Miradoiro do Monte Castelo. En este último se disponen varios bancos para sentarse a disfrutar de la inmensidad del Mar Cantábrico y diversos afloramientos graníticos con formas curiosas de animales que hay que buscar y adivinar.
A pesar de ser un territorio principalmente costero, en Xove también encontramos dos llamativas fervenzas (cascadas): el Pozo da Ferida, rodeado de exuberante vegetación y acompañado de una vieja central hidroeléctrica, y la Fervenza de Guilán, con sus más de 70 metros de alto que se reparten en tres caídas que forman grandes pozas a sus pies.
Y eso no es todo. Porque Xove también tiene buenas playas, las de Esteiro, Muiñelo, Portocelo, Lago…, un importante patrimonio arqueológico en el que sobresalen el Petroglifo do Monte, el Círculo de Lavandeiras y la Mámoa de Guilán, además de sus castros. Y un número importante de bellas iglesias parroquiales.
Importante foco de turismo activo, las actividades que se pueden hacer en Xove son incontables. Desde surf a bicicleta de montaña hasta senderismo, recorriendo las principales rutas de la zona, de distinta duración y dificultad, como la Ruta de los Molinos, la Ruta de las Hadas (ideal para realizar con niños buscando a estos seres mágicos entre los árboles) o las más exigentes Camino Natural del Cantábrico y Camino del Mar.
No hay que dejar de mencionar la Senda Costera de Xove, que durante 20 km va recorriendo los puntos más importantes de la costa.
Los Acantilados o Cantís de Papel, un paisaje espectacular que ver en Xove
La costa de Xove sorprende al viajero por su belleza y por un panorama natural que posiblemente no esperaría contemplar aquí. Son varios los acantilados gallegos admirados hasta la saciedad por su espectacularidad – los de Loiba, los de Vixía de Herbeira – pero en Xove están, sin duda, los más originales, tanto, que parecen estar fabricados con la técnica japonesa del “origami”: los llamados Acantilados o Cantís de Papel.
Esta maravilla natural recorre la franja litoral de Xove desde el Cabo de Morás hasta la Punta Roncadoira, dando lugar a uno de los paisajes más llamativos del norte de Galicia. Son sólo 32 metros de altura de pared cortada en vertical, pero el viento y la lluvia la han esculpido de tal manera que parece una escultura rugosa hecha en papel.
A poco más de 100 metros de los acantilados, cerca del Portiño de Morás, se encuentra el antiguo parque de fabricación de dolos, unos curiosos bloques de hormigón con forma de martillo fabricados en los años 70 para la construcción del puerto exterior de la fábrica de aluminios de San Cibrao. Hoy lucen dispersos conformando un peculiar cementerio pétreo y una de las imágenes más impactantes que se pueden ver en Xove. Toda esta zona del Paseo marítimo de Morás y la playa de O Portiño merece mucho la pena.
Como colofón a este paseo por Xove, nada mejor que disfrutar de un buen pulpo y unos excelentes percebes, no hay que olvidar que aquí se celebran la Festa do Polbo da Pedra y la Festa do Percebe. También conviene llevarse a casa algunas de las delicias de la gastronomía local elaboradas en el mismo concello, como las conservas tradicionales Currimar o la Mel do Sierra.
Emma Sexto