San Sadurniño, situado en el valle del río Grande de Xuvia, es de los “concellos” del interior de Ferrolterra que mantiene vivas sus tradiciones y su culto al sentir rural. No en vano celebra su Feira Rural cada último sábado de agosto en la que se busca potenciar “Un rural vivo”, promocionando el potencial socioeconómico y también cultural de estas zonas casi olvidadas de Galicia.
Los primeros datos históricos apuntan a que fue una tribu, anterior a la romanización, la que ocupó las tierras que hoy pertenecen a este concello: los Labacengos, cuyo dominio llegaba hasta Ortegal.
De esta época son testimonio varios castros como As Croas o A Croa do Redo, el Castro de Riboira o el de Bardaos entre otros, además de numerosas mámoas que se pueden encontrar de forma casual, casi sin buscarlas, en cualquier paseo por Santa Mariña do Monte o por la Serra do Forgoselo, por ejemplo. La Mámoa de Bardaos, datada en la Edad de Bronce, con sus casi 23 metros de diámetro y 1,5 de altura, es un claro ejemplo del patrimonio arqueológico de San Sadurniño.
San Sadurniño Medieval
Aunque se ha confirmado que en San Sadurniño exisitieron un hospital y una iglesia pertenecientes a la Orden de los Caballeros Templarios, el mayor vestigio del Medievo que podemos encontrar en el ayuntamiento es el Castelo de Naraío (o Narahío).
Construido por Gonzalo Pineyro en un peñasco a unos 400 metros de altitud junto al espacio natural Xuvia-O Castro, esta antigua fortaleza del s. XV de estilo normando que sobrevivió a las Revueltas Irmandiñas se encuentra en la actualidad en estado ruinoso, rodeada de vegetación y dominando aún el valle circundante regado por el río Castro.
De visita libre gratuita, una escalinata construida en piedra y madera facilita la subida hasta la torre del homenaje, que es el resto más reseñable y mejor conservado de lo que fue la fortaleza. Los muros del patio de honra se sujetan hoy con tirantes metálicos para evitar su derrumbe y la entrada principal es un pequeño recibidor con una puerta levadiza que comunica con la citada torre.
A pocos metros, en este espacio natural protegido por la Red Natura 2000 se inicia una breve senda de no más de 2 kilómetros, el Sendeiro do Río Castro, que conduce hacia la pequeña pero encantadora Fervenza do Río Castro o de Naraío, una caída de escasos 6 metros a la que merece la pena acercarse por su encanto y belleza.
San Sadurniño señorial
La historia de San Sadurniño está unida a su importante marquesado, otorgado por el rey Carlos II en 1688 a Pedro Álvarez de Reinoso Argiz. Así nació la Casa de San Sadurniño, una de las más relevantes de Galicia, que controlaba casi al completo las Terras de Trasancos.
De esta época se conserva la casona señorial más destacada del concello: el Pazo da Marquesa, cuyo aspecto actual es fruto de su restauración en el s. XIX mientras que el edificio original se levantó a finales del s. XVII o principios del XVIII. Con su llamativa galería acristalada del s. XIX y sus antiguos jardines de estilo francés como perfecto espacio de ocio de la localidad, el Pazo da Marquesa hace, en la actualidad, las funciones de Casa Consistorial.
Patrimonio religioso de San Sadurniño
Como parte de la Galicia rural más costumbrista San Sadurniño acoge muchas construcciones religiosas, cruceiros que marcan encrucijadas, “petos de ánimas” e iglesias acompañadas de fuentes escultóricas dedicadas a vírgenes y santos.
Entre sus iglesias sobresalen las de Santa Mariña do Monte, a cuyo campanario se accede por una escalera exterior, las ruinas de la ermida de Amido o el templo de Igrexafeita, del que se dice que en un manantial próximo apareció la Virgen do Biscordel.
Pero sin duda hay que destacar uno de sus templos más antiguos, Santa María de Naraío, fundada en el año 865 por el rey Ramiro I y del que aún se conservan restos prerrománicos.
El Convento do Rosario, del s. XVI, que en su origen fue un antiguo hospital e iglesia de los Caballeros de la Orden Templaria, es otro de los edificios de carácter religioso que hay que ver en San Sadurniño.
San Sadurniño natural
Nos acercamos ahora a otra cara del concello, la que nos muestra sus riquezas naturales, donde afloran pequeñas cimas y valles fluviales como el del Xuvia, perfectos para rutas al borde del río como la ya citada Sendeiro do Río Castro con sus variantes o la más conocida Ruta do Río Aceiteiro.
Esta última permite, a través de sus 3 kilómetros de camino lineal, descubrir algunos de los elementos etnográficos más reseñables de San Sadurniño, como molinos de agua o puentes de piedra.
Qué ver en las inmediaciones de San Sadurniño
Rodeado de interesantes municipios como Narón y Neda y concellos como Valdoviño o Moeche, los alrededores de San Sadurniño ofrecen alternativas tan interesantes para el visitante como la hermosa Fervenza de Belelle en Neda, el Castelo de Moeche en San Xurxo o la espectacular Playa da Frouxeira en Valdoviño, que completan la visita a uno de los lugares más desconocidos de Ferrolterra.
Emma Sexto