Las construcciones palaciegas son el escenario donde se desarrolla la historia de la Galicia del Antiguo Régimen, un modelo social que nace cuando los señores de la guerra se sustituyen por una nueva clase de privilegiados, intermediarios entre el clero y los campesinos. 

Grandes terratenientes, desarrollaron una importante actividad agrícola que los enriqueció y los convirtió en “señores de la tierra” y les permitió construir grandes y ricas viviendas palaciegas: los pazos. Hoy, muchos de ellos siguen perteneciendo a familias nobles y ricas, otros a instituciones municipales; muchos han pasado a manos privadas, convertidos en salones para celebrar bodas y otros eventos. Algunos de ellos, por suerte, aún son visitables.

Pazo do Faramello, escenario literario

Pazo do Faramello (Fuente: Turismo de Galicia)

A 10 kilómetros de la capital gallega, en la Comarca del Sar, se encuentra el Pazo do Faramello, que presume de ser el más  visitado de Galicia y de ser el último pazo del Camino Portugués antes de llegar a Santiago. A la belleza de su edificio principal y de sus exuberantes jardines hay que añadir sus tres siglos de historia, que visten al lugar con una pátina de mágica decadencia. 

Sin embargo, nada más lejos de la realidad, porque el pazo es una construcción bien mantenida y cuidada con esmero, en la que el paso del tiempo ha dejado su huella sin llegar a deteriorarlo. 

La historia del Pazo de Faramello es fascinante ya desde sus inicios, pues está situado bajo el legendario castro celta de la Reina Lupa. Se construyó a principios del s. XVIII a partir de la Real Fábrica de Papel de Faramello, de la que todavía se conservan los molinos. Es de estilo barroco, pero su fundador fue el Marqués de Piombino, de origen genovés, y de ahí las influencias italianas en su arquitectura

El entorno en el que se ubica es de una gran riqueza natural y esto se refleja también en sus jardines de estilo francés y en los viñedos y numerosos árboles frutales que lo rodean. 

Como curiosidad decir que Pérez Lugín se inspiró en el pazo para escribir La Casa de la Troya y que Emilia Pardo Bazán decía que “Pazos hay muchos, el de Faramello es único”. Información para visitas y horarios en la web del Pazo de Faramello.

Pazo de Oca, el Versalles gallego

Jardines del Pazo de Oca (Fuente: Turismo de Galicia)

Conocidos por sus espectaculares jardines, el Pazo de Oca se encuentra próximo a Santiago (a 22 kilómetros) pero ya en la provincia de Pontevedra, en A Estrada. Fue declarado Bien de Interés Cultural y por sus inmediaciones pasan el Camino de Invierno a Santiago y la Vía de la Plata. En su origen fue una torre defensiva militar que en el s. XV adoptó un uso civil. En la actualidad es propiedad de la Fundación Casa de Medinaceli, que se encarga de su mantenimiento y de la gestión de las visitas. 

El pazo se encuentra en un excelente estado de conservación gracias a la reconstrucción parcial que en 1733 inició uno de sus anteriores dueños, Andrés Gayoso Ozores de Sotomayor. Su parte más antigua está formada por dos extensas alas en forma de L y por la torre almenada que sobresale en su parte norte. En el conjunto destaca la capilla barroca con planta de cruz griega, con dos torres gemelas presidiendo su fachada, que se une al edificio principal por medio de una vistosa galería. Las casas aledañas acogían a los empleados, por lo que en el pazo se ven reflejadas las tres clases sociales de la época: hidalgos, clero y campesinos. 

Estanque Pazo de Oca (Fuente: Turismo de Galicia)

El Pazo de Oca es de gran belleza pero son más conocidos y visitados sus jardines que el interior del pazo. La razón es obvia: la cuidada combinación de estilos paisajísticos y su llamativo estanque con ocas le ha valido al pazo el sobrenombre de “El Versalles gallego”. En sus jardines hay especies de incalculable valor, como una secuoya gigante de California, una criptomenia japónica de más de cuatrocientos años y una camelia raticulata, la más alta y antigua de Galicia

Esta camelia y otras igual de bonitas se pueden admirar en la época de floración de la camelia, de enero a abril, cuando se puede combinar la visita a este pazo con otros que también pertenecen a la Ruta de las Camelias, como el cercano Pazo de Rivadulla. Información sobre su visita en la Fundación Medinaceli.

Pazo de Rivadulla y su Paseo de los Olivos

Pazo de Rivadulla (Fuente: Turismo de Galicia)

El Pazo de Rivadulla, llamado también de Ortigueira, es otra de las construcciones palaciegas próximas a Santiago que merece la pena conocer. Fue en el s. XVI cuando se inició su construcción y se formaron en la amplia parcela avenidas y paseos para separar las zonas de cultivo de los terrenos de la casa, capilla, huerto y jardines. Su trazado monumental tiene influencias renacentistas. 

En la actualidad sigue perteneciendo a los Marqueses de Rivadulla, aunque mantiene su esencia original de granja ya que dispone de ganado bovino y de terrenos cultivables y mantiene la zona de jardines para visita pública. Hasta el s. XX en el pazo se producía aceite de oliva y por eso la granja tenía un molino con rueda de granito y prensa de viga al estilo romano, que hace años desapareció. 

De su época del aceite el Pazo de Rivadulla conserva un gran Paseo de los Olivos, formado por más de 500 ejemplares de ramas entrelazadastan centenarios como el mismo pazo.

Paseo de los Olivos (Fuente: Turismo de Galicia)

Los Jardines del Pazo de Rivadulla son considerados por algunos expertos como uno de los espacios botánicos más fascinantes de Galicia debido a su diversidad, la riqueza de su flora y su gran valor paisajístico. La camelia es, sin duda, su flor estrella y sitúa a este pazo dentro de la Ruta de las Camelias al que pertenecen otros pazos gallegos. Las primeras camelias fueron plantadas hacia 1780 y el resto en el siglo XIX por el VII Marqués de Santa Cruz de Rivadulla. También tiene muchas otras especies dignas de mencionar como magnolias gigantes o helechos australianos.

Pazo da Peregrina y sus jardines

Pazo da Peregrina (Fuente: Turismo de Galicia)

El pequeño pero coqueto Pazo da Peregrina es el más cercano a Santiago, ya que se encuentra en Bertamiráns. Se construyó en el s. XVIII y aunque en la actualidad es de titularidad municipal, sus orígenes son dudosos: hay quien atribuye su antigua propiedad a la Casa de Altamira y quien afirma que era el clero quien controlaba el pazo y sus dominios. 

El pazo es pequeño. Está formado por el edificio principal, dos construcciones auxiliares y una diminuta capilla dedicada a la Virgen Peregrina. Una fuente de piedra adorna su plaza principal, de gran belleza pero el pazo destaca por sus jardines, un amplio espacio de una hectárea con numerosas especies de árboles, laberintos de setos, parras y tres estanques decorativos. 

Los jardines del pazo pueden visitarse de forma gratuita. 

Emma Sexto

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