A un par de horas de Galicia en coche y a una hora de Oporto, las Montanhas Mágicas se encuentran en el noroeste de Portugal, tirando hacia el centro, entre los ríos Douro (como llaman los portugueses al Duero) y Vouga. Es un territorio amplio, que abarca un conjunto de sierras -Montemuro, Arestal, Freita, Arada- y se divide administrativamente en siete municipios entre los que destaca, a nivel turístico, Arouca. 

Aunque algo desconocido todavía, este bello espacio natural ha sido incluido en la Red Natura 2000, cuenta con un Geoparque reconocido por la UNESCO y fue nombrado en 2013 Destino Turístico Sostenible. Un lugar para perderse y disfrutar de pueblos como los de antaño, rutas y cascadas, deportes de aventura y vinos de con denominación de origen. Sí, estos lugares todavía existen. 

Montanhas Mágicas paisaje (Fuente: Rosario Almeida vía Wikimedia)

Conviene comenzar la visita por alguno de los Centros de Interpretación de las Montanhas Mágicas, auténticos museos temáticos con lo mejor del patrimonio y tradiciones de los pueblos que se desperdigan por esta zona montañosa. El Museu Etnográfico Quinta da Granja en Cinfaes o el Museu de Arte Sacra de Arouca pueden ser buenas opciones para aproximarse a su riqueza cultural. 

Pero lo mejor para entrar en la esencia de estas montañas es recorrerlas caminando, a través de la Rota da Áuga e da Pedra. Es una ruta extensa que se divide en 9 posibles sendas, cada una de ellas con un atractivo distinto: cascadas, arroyos, molinos y antiguas minas son algunos de los puntos de interés de esta ruta imprescindible. 

Los que busquen senderos de moda para disfrutar pero también para fotografiar, tienen que acercarse a los Passadiços do Paiva, unas pasarelas de madera situadas en Arouca que serpentean por la montaña en constante ascenso y descenso durante 8,7 km de extensión, comunicando las playas fluviales de Areinho y Espiunca. Estamos en el Geoparque de Arouca, perteneciente al distrito de Aveiro. 

Passadiços do Paiva (Fuente: @joseolgon vía Wikipedia)

Es aquí, muy cerca de las pasarelas, donde se ha construido el puente colgante peatonal más largo del mundo: el Ponte 516 Arouca. Como su nombre indica, son 516 metros de longitud no aptos para personas con vértigo, desde el que ver los mismos Passadiços del Paiva, el río y la Cascada das Aguieiras. 

Tanto para las pasarelas de madera como para cruzar el puente es necesario adquirir entrada a través de la web oficial (12 euros por adulto), ya que no se puede comprar en el mismo lugar. La del puente permite visitar también las pasarelas. Durante el proceso de compra hay que indicar por qué entrada queremos acceder al puente, por el Pórtico de Alvarenga o bien por el de Areinho. Hay aparcamientos habilitados para dejar el coche y depende de cual escojamos tardaremos más o menos en llegar caminando al puente, entre 20 y 60 minutos, a sumar 15 minutos más de antelación para la visita, cosa a considerar para llegar a tiempo.

Ponte 516 Arouca y vistas (Fuente: 516arouca.pt)

Así pues, hay que ir con calma para cruzar el 516 Arouca, vestir con ropa y calzado cómodo y tener en cuenta que ni mascotas ni niños menores de 6 años pueden realizar esta actividad. 

No es esta la única aventura que podemos vivir en Montanhas Mágicas. La extraordinaria geología de esta zona y su biodiversidad la convierten en un excelente destino para observar fauna y flora; en el primer caso, el lobo ibérico, el halcón peregrino y el búho real son los reyes, además de las truchas, lampreas y anguilas que ascienden por el Vouga. 

La presencia constante del río permite dedicarse al rafting o el piragüismo, algo de barranquismo también, aunque las actividades familiares por excelencia son el senderismo o la BTT. Las playas fluviales también abundan, perfecto recurso con buen tiempo para refrescarse del intenso calor que acecha las montañas portuguesas en temporada estival: las playas fluviales de Areinho, Folgosa y Quinta do Barco son de las más recomendables.

Aldea de Drave (Fuente: Paulo Manuel Monteiro Gomes vía Wikimedia)

No se puede abandonar la zona sin conocer algunas de sus aldeas tradicionales. Arouca, que es más una villa que una pequeña aldea, cuenta entre su patrimonio con un interesante monasterio que es monumento nacional y con un calvario formado por seis imponentes “cruceiros”. Se puede, y se debe, añadir a la lista las aldeas en piedra de Drave, da Pena y Boassas. 

El punto final para una primera aproximación a Montanhas Mágicas lo pone su gastronomía compuesta por productos de sus ríos como la lamprea o por carnes como la que da lugar a uno de sus platos más populares: el cabrito da Gralheira. Hay que regar estas delicias para el paladar con sus vinos con Denominación de Origen Vinhos Verdes, únicos en el mundo, que se producen en los municipios de Arouca, Vale de Cambra, Castelo de Paiva y Cinfées. 

Emma Sexto

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