Te sonará por su Playa Grande o su emblemático Ponte do Porco. Pero este especial municipio coruñés, con situación privilegiada en plena Ría de Betanzos, tiene mucho que ofrecer al viajero que vaya en busca de bellos paisajes y de espacios naturales y al peregrino que pase por esta zona haciendo el Camino Inglés.
El primero de sus atractivos es la Senda dos Sentidos, que a pesar de tener poco más de 1 km de longitud, supone en sí misma toda una experiencia. Es un breve sendero peatonal que va bordeando el mar desde Ponte do Porco hasta el Paseo Marítimo de A Ribeira.
¿Qué tiene de especial este pequeño recorrido? Que conecta el ecosistema fluvial del río Lambre con la ría de Betanzos, creando un lugar de gran singularidad lleno de vida. No en vano este enclave está incluido en la Red Natura 2000 y está considerado Zona de Especial Conservación-ZEC y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).
La importancia de esta senda radica, además en unir otros dos lugares emblemáticos de Miño. El primero de ellos es A Ponte do Porco, lugar elegido por el río Lambre para su desembocadura y espacio de alto valor medioambiental. Su llamativo topónimo procede del símbolo de la Casa de Andrade, que antaño habitaba estas tierras: la cabeza del jabalí. De hecho en la localidad se encuentra un monumento dedicado a Fernán Pérez de Andrade que representa una cruz sobre un jabalí. Un puente con el mismo nombre, Ponte do Porco, cruza el río Lambre en la carretera N-651.
Precisamente desde esos jardines donde hallamos la escultura, se abre ante nuestros ojos un camino cubierto por una pasarela de madera que conduce en un corto pero agradable paseo hasta la Playa de la Alameda, de unos 500 metros de largo, de arena blanca y fina de gran belleza, como todas las del municipio.
El fuerte de Miño son sus playas, que funcionan en verano como perfecto reclamo turístico, sobre todo dos de ellas: la Playa Grande y la Playa de Perbes. La primera de ellas, la Playa Grande es todo un clásico de la temporada estival coruñesa, un arenal con todos los servicios al que se va a pasar el día. Son 1.300 metros de arena dorada y aguas mansas, ideal para visitar en familia, porque además ofrece alquiler de kayaks y pedaletas. La playa se prolonga a través de una gran zona dunar hasta las marismas del río Baxoi, que desemboca en este punto, y puede recorrerse a través de una gran pasarela de madera.
La Playa de Perbes es algo más pequeña que la anterior, con sus 540 metros de extensión, pero es una de las que presenta un grado de ocupación más alto durante el verano. Quizá por sus aguas tranquilas que invitan al baño y su bonita forma de media luna.
Otras playas del municipio son la Playa Pequeña o A Ribeira y las calas de Lago y de Marín, muy resguardadas del viento, la de Marín con la Illa de Carbón de fondo.
Además de la ya citada Senda dos Sentidos, hay otros lugares por los que caminar en Miño. En concreto merece la pena la Ruta de los Molinos del río Medio (afluente del Lambre) que el municipio comparte con el vecino Vilarmaior. A lo largo de unos 3 km y siempre a la vera del río, esta ruta nos conduce por un bonito bosque de ribera que parece sacado de un cuento. Durante el paseo iremos encontrando una serie de molinos de agua: el Molino de A Graña, restaurado en su totalidad, el Muiño Albeiro, rodeado de pequeñas cascadas, el Muiño do Amado y el último de ellos, que recibe el nombre de Miño. Otro lugar bonito de Miño para pasear, y ya van varios, es la Fraga do Xarío, que va rodeando el río del mismo nombre a lo largo de escasos 1,2 km de baja dificultad, muy adecuados para recorrer con los más pequeños de la casa. En esta fraga descubriremos las distintas especies arbóreas de su bosque de ribera -sauces, fresnos, avellanos o alisos- un antiguo molino de agua en mal estado y algún que otro salto de agua.
Si se quiere caminar más se puede optar por recorrer los 7 km del Camino Inglés que cruza por gran parte del municipio, pasando por el Ponte Baixoi, las marismas de este río o la localidad de Ponte do Porco.
Pero además en Miño encontramos manifestaciones constructivas importantes como la iglesia de San Xoán de Vilanova, situada en el Monte Bréamo. Se construyó a principios del s. XI y está considerada una de las iglesias románicas más antiguas de Galicia, anterior incluso a la Catedral de Santiago de Compostela.
Y para edificios singulares, el que viene a continuación. ¿Sabías que en Galicia llegó a haber más de 120 molinos de viento? La mayoría de ellos en la Comarca das Mariñas. Hoy en esta zona sólo se conserva uno: el Molino de Boucelo, construido en 1840. Lo curioso de este molino de 6 metros de altura es que guarda gran similitud con los molinos persas del s. VII y que estuvo sólo 60 años en funcionamiento.
Por su fotogenia, el Molino de Boucelo es uno de los lugares más fotografiados de Miño, un municipio muy completo donde también encontramos otros lugares de interés, como el Mirador de A Barrosa o el Parque das Idades.
Emma Sexto