La belleza de Galicia traspasa fronteras. Así lo certifica la encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras que cada año publica el Instituto Nacional de Estadística: en 2021 fueron 772.545 viajeros internacionales los que llegaron a Galicia.
Estas cifras todavía están muy lejos de los números anteriores a la pandemia, ya que en 2019 fueron 1,6 millones de turistas de otros países los que escogieron Galicia como destino vacacional y visitaron, preferentemente, estos 10 lugares de la región.
1. La Catedral de Santiago
Es el monumento más visitado de Galicia. La imponente Catedral de Santiago, cuya base románica corresponde al S. XI, es Patrimonio de la Humanidad y ofrece todo un mundo de posibilidades.
En la Catedral se puede acceder a su interior, abrazar al Apóstol Santiago y admirar el aclamado Pórtico de la Gloria del Mestre Mateo, que hoy luce limpio y restaurado.
También es recomendable entrar a su interesante Museo o subir a sus cubiertas para contemplar el centro histórico desde las alturas. Desde estos tejados, a 30 metros de altura sobre el Obradoiro y con amplio campo de visión de 360 grados, la vista se pierde entre la amalgama de tejados rojizos, abarcando hasta los montes circundantes a la ciudad.
2. El Camino de Santiago
No es un lugar, pero sí es uno de los atractivos turísticos más conocidos de Galicia y de los que más viajeros atraen. El Camino de Santiago, en cualquiera de sus múltiples variantes, siempre es un acierto.
El Camino ha pasado de ser una ruta exclusiva de peregrinaje religioso a postularse como uno de los principales reclamos turísticos de Galicia y como símbolo de superación personal para las miles de personas llegadas de todas partes del mundo, creyentes o no, que lo recorren cada año.
3. La Playa de las Catedrales
La Playa de Augasantas, conocida popularmente como Playa de las Catedrales o As Catedrais es la última playa del Concello de Ribadeo desde su límite con Asturias.
Con sus 28,94 hectáreas de monumento natural, de las cuales 20 son aguas marinas, y considerada LIC – Lugar de Importancia Comunitaria, hay muchos motivos para acercarse a este bello prodigio de la naturaleza, donde el mar ha pulido las rocas a su antojo.
Sus espectaculares arcos de piedra con forma de ojiva gótica llegan a alcanzar en algunos puntos los treinta metros de altura. Esculpidos por la constante y brutal fuerza del agua contra las rocas, estos colosales arbotantes recuerdan a la estructura de una gran basílica pétrea, con la diferencia de haber sido esculpida por la naturaleza y no por la mano del hombre. No es extraño, pues, que la Playa de las Catedrales sea uno de los lugares de Galicia que más gustan a los turistas de todo el mundo.
4. Las Islas Cíes
Las Islas Cíes pertenecen al Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas (junto con Ons, Sálvora y Cortegada), un espacio protegido, un paraíso natural refugio de numerosas aves, donde no existen el ruido, el tráfico o las habituales prisas del día a día. Dispone, además, del sello Starlight que acredita su condición como perfecto observatorio de estrellas al estar libre de contaminación lumínica.
En las Cíes está una de las mejores playas de Galicia, la Playa de Rodas, y también hay varias rutas señalizadas de senderismo para recorrer los lugares más característicos del pequeño archipiélago.
Sus playas paradisíacas, sus aguas transparentes y su paisaje atlántico enamoran a turistas de medio mundo que destacan la belleza de estas “Islas de los Dioses”.
5. El Faro de Fisterra
En el legendario Cabo Fisterra creían los romanos que se situaba el fin del mundo conocido (finis terrae) cuando en su conquista de la antigua Gallaecia contemplaron con asombro como el sol desaparecía tragado por el océano. Pero no fueron los romanos los primeros que se quedaron estupefactos con esta escena, pues allí se encontró el Ara Solis, un altar dedicado al sol construido muchos años antes por pueblos que habitaron la zona antes de su romanización.
Si quieres experimentar esa misma sensación de estupor y verte rodeado sólo por las aguas del océano, acércate al Faro de Fisterra al atardecer, cuando el sol se pone, y entenderás por qué los romanos pensaban que no podía haber nada más allá de aquel mar que engullía al sol cada noche. Y también el motivo por el que tantos peregrinos llegados de todos los puntos del planeta, se rinden ante el espectáculo del ocaso en Fisterra.
Junto al faro hay una cafetería y un hotel, O Semáforo, donde disfrutar de una de las panorámicas más especiales y con más encanto de toda la costa gallega.
6. El Castro de Santa Trega
La primera cosa que debería hacer cualquier viajero en cuanto pise A Guarda es visitar el Monte de Santa Trega y su imponente castro galaico, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y Bien de Interés Cultural.
allí vivieron pueblos de la etapa final del Neolítico gallego, 2000 años antes de la construcción del castro. Se cree que el castro tuvo una ocupación continua entre los siglos I a.C. y II d.C. y a partir de ese momento vivió un proceso de abandono.
En el emplazamiento castrexo podemos ver las construcciones circulares propias de un castro y también un museo, dos Via Crucis de los siglos XVII y XX y la Ermita de Santa Trega. Pero además es un mirador espectacular hacia el Miño y hacia Portugal, por lo que sus antiguos pobladores no sólo disfrutaban de la defensa que el pueblo amurallado les proporcionaba, si no también de una panorámica privilegiada.
7. Combarro, de los lugares más visitados de Galicia
Considerado uno de los pueblos más bonitos de Galicia es también uno de los más visitados cada año a lo que contribuye su cercanía a Sanxenxo, punto caliente del verano gallego. Combarro cuenta con hasta 60 hórreos del s. XVIII en los que se guardaban las cosechas, el pescado para ser secado al aire y hasta los aparejos de pesca.
Con uno de los cascos históricos más pequeños de Galicia, Combarro es un precioso amasijo de casas de piedra, plazas coronadas con cruceiros y fuentes. Pero es su peculiar conjunto de hórreos asomados al mar el que ha convertido a este pueblo de las Rías Baixas en uno de los lugares más representativos y visitados de Galicia.
8. La Torre de Hércules
Este emblemático faro coruñés fue construido por el Imperio Romano hacia la segunda mitad del s. I o principios del s. II d.C. para guiar en sus travesías a los barcos que surcaban la zona.
Situada en una elevación rocosa conocida como Punta Eiras, su especial enclave la convierte en un privilegiado mirador hacia el Atlántico. La Torre de Hércules se acompaña de un singular Parque Escultórico junto al mar, también visitado por miles de viajeros cada año.
La Torre de Hércules es el faro más antiguo en funcionamiento, su fama es mundial y está considerada de manera unánime como uno de los faros más bonitos, famosos y emblemáticos de todo el mundo.
9. Ribeira Sacra
La Ribeira Sacra es uno de los destinos turísticos más completos de nuestra tierra. Cuenta con villas históricas (Castro Caldelas, Monforte de Lemos, Portomarín, Chantada…), importantes vestigios del románico como los templos de San Paio de Diomondi, Santo Estevo de Atán, San Miguel de Eire o San Fiz de Cangas, y magníficos ejemplos de arquitectura monástica: Santo Estevo y Santa Cristina de Ribas de Sil son sus mejores representantes.
Ribeira Sacra también ofrece grandes posibilidades para el ocio: catas de vino, recorridos por el Sil en catamarán, rutas de senderismo, visitas culturales, hasta salidas en globo y rutas de miradores sobre los Cañones del Sil, que convierten a la comarca ourensana en la preferida de miles de visitantes cada año.
10. Acantilados de Vixía Herbeira
Son también incontables los turistas que cada año se asoman a otro de los paisajes más bellos y vertiginosos de la costa gallega. Con sus 613 metros de altura sobre el nivel del mar encontramos los acantilados más altos de Europa continental, los de Vixía Herbeira, situados en plena Serra da Capelada y a los pies de San Andrés de Teixido, un tesoro natural compartido entre los muncipios de Cedeira y Cariño.
Uno de los mejores lugares para observar los acantilados está en la Garita de Herbeira, el punto más elevado de la zona, que funcionaba como puesto de vigilancia costera. En la actualidad es un perfecto mirador para contemplar el grandioso espectáculo de este perfil rocoso que cae abruptamente en vertical para desaparecer en el mar y que admiran cientos de visitantes cada verano.
Emma Sexto