5 planes que hacer en Corme además de comer percebe
Toma nota de estas propuestas para redescubrir Corme, una de las zonas más singulares y recónditas de Costa da Morte
27 agosto, 2022 06:00La parroquia de Corme, que pertenece al municipio de Ponteceso, es una de las menos visitadas de Costa da Morte. Poca gente se detiene en ella unas horas para ver su faro y degustar los magníficos percebes de variedad “roncudo” que están considerados de los mejores del mundo. Pero en Corme, una de las perlas de la Ría de Corme e Laxe, hay mucho más que ver.
Corme, una villa con sabor a mar
La historia de Corme está desde siempre unida al mar que la rodea. Son muchos los petroglifos que atestiguan que la localidad surgió de asentamientos prehistóricos que ya recurrían al mar como fuente de alimento.
Es a principios del s. XX cuando Corme se convierte en un importante puerto pesquero al que acompañaban varias cetáreas de langostas y más de media docena de fábricas de conservas. Llegó a ser el primer puerto español en exportación de madera, pero con la Guerra Civil la industria pesquera en la zona entró en crisis y ya no se recuperaría del todo hasta los años 90, en los que Corme encuentra en el percebe su principal recurso económico.
Hoy en día, Corme vive principalmente de la explotación de este valorado crustáceo que se adhiere con fuerza a las rocas y que tanto cuesta obtener. Es tal su importancia que la localidad le dedica cada año desde 1992 su Festa do Percebe do Roncudo, una auténtica exaltación gastronómica de este manjar tan codiciado que tiene lugar el primer o segundo sábado del mes de julio, en función de las mareas.
Los principales lugares que ver en Corme y los planes más atractivos que hacer en sus alrededores están relacionados con el mar que rodea la localidad y la hace tan atractiva.
1. Faro y Punta do Roncudo, un lugar imprescindible que ver en Corme
Empecemos por su Faro Roncudo, una pequeña edificación gemela del faro de Laxe con 11 metros de altura construida en 1920. El faro no tiene interés por sí mismo si no por el espectacular paisaje que lo acompaña: Punta do Roncudo.
Es uno de los tramos costeros más agrestes de Costa da Morte, situado en un entorno rocoso, y el lugar donde se obtienen los mejores percebes del mundo. Algunas de las rocas que allí se encuentran están adornadas con cruces en recuerdo a los percebeiros que perdieron la vida en el mar y cuentan historias de naufragios acaecidos en esta costa años atrás.
Desde este punto se puede disfrutar del sonido del mar al romper en los acantilados. Ese ruido ronco, en ocasiones estruendoso, da nombre al cabo y al faro: Roncudo.
El Camiño dos Faros, una ruta senderista que transcurre por el litoral de Costa da Morte, pasa por este enclave.
Punta Roncudo puede alcanzarse fácilmente en coche desde el puerto de Corme en un breve trayecto de no más de 3 kilómetros. Pero lo ideal, si se dispone de tiempo, es caminar hasta el faro siguiendo el sendero peatonal que discurre paralelo a la carretera, que permite disfrutar de grandes vistas a la ría y a la villa de Laxe.
2. Darse un chapuzón en la Poza del Faro de Corme
La piscina natural de Corme que forma el Atlántico en Punta do Roncudo es de esos lugares que sorprenden por su ubicación y por su belleza.
Situada a los pies del Faro de Corme y rodeada al completo de rocas, la poza es circular y de gran profundidad, un escenario que el mar ha creado de forma natural y caprichosa, al que los vecinos acuden para darse un baño con sumo cuidado en las gélidas aguas del Atlántico.
3. Recorrer Corme-Porto (y otras aldeas cercanas)
Saliendo del faro hay una senda que en 3 kilómetros nos conduce hasta Corme-Porto, el puerto que da nombre a su localidad más importante, donde llaman la atención sus coloridas casas marineras, su espacio portuario y el pequeño Museo de Arte Contemporánea de Costa da Morte. Junto al espigón se ha levantado un merecido Monumento aos Percebeiros.
En Corme-Porto se inicia la ruta PR-G 148, que se prolonga hasta Ponteceso a lo largo de 18 kilómetros.
Otra de las parroquias que hay que conocer es Corme-Aldea, separada unos kilómetros de la anterior, donde destaca como monumento la Iglesia de Santo Adrián del s. XVIII, además de un buen conjunto de hórreos.
4. Conocer la Pedra da Serpe y la leyenda de la serpiente petrificada
Otro de los grandes reclamos de Corme es la Pedra da Serpe, una roca con una serpiente tallada en un lateral. Se dice que existe desde época precristiana y que la cruz que la corona se añadió posteriormente para cristianizar el supuesto petroglifo sobre el que se asienta. Se encuentra en la carretera de acceso a la Playa da Ermida.
La Pedra da Serpe está rodeada de leyendas. La más sonada cuenta que San Adrián, patrono del pueblo, logró aplacar una terrible plaga de serpientes que asolaba la zona; estas fueron a esconderse bajo la piedra y una de ellas quedó petrificada, dando lugar al actual monumento.
El significado del símbolo de la serpiente es muy variado. Se relaciona con la fecundidad, con la protección de tesoros, con la curación de enfermedades, con la eternidad y llega a considerarse, incluso, un elemento demoníaco.
5. Bañarse en la Playa do Osmo y entrar en su famosa ‘furna’
Son varias las playas que podemos encontrar en Corme, entre ellas la de Ermida, que cuenta con un castro y los restos de una antigua capilla, y la Playa da Insua, con numerosas cuevas marinas. Pero la más frecuentada es la Playa do Osmo, una pequeña y bonita playa de arena fina protegida por formaciones rocosas a los pies de Corme-Porto.
La Playa do Osmo cuenta con una famosa y escénica "furna" o cueva marina conocida como Furna de Osmo, perfecta para jugar a ser explorador cuando baja la marea.
Emma Sexto