Es uno de los pocos municipios de Costa da Morte que no tiene mar. Pero agua no le falta a Mazaricos, que vive de la agricultura y, sobre todo, de la producción de leche y de carne de ternera gallega. No en vano tiene tres veces más vacas que habitantes y hasta presume de “pasos de vaca” en las calles de su capital, A Picota, en lugar de los habituales “pasos de cebra”, que reivindican la importancia que tiene este animal para la Comarca do Xallas.
El agua es un elemento fundamental en Mazaricos aunque no sea de sabor salado, si no dulce. No sólo su sector primario depende de ella, si no también el turístico, impulsado por la presencia de numerosas fervenzas o cascadas en la zona. Su ruta senderista más conocida, la Ruta das Fervenzas de Mazaricos, es un claro ejemplo de ello.
Ruta das Fervenzas de Mazaricos: acceso y recorrido
Formada por cinco bonitas fervenzas, esta ruta requiere de una combinación de coche y paseo a pie para llevarla a cabo en un día. La mayoría de las cascadas son de fácil acceso, excepto la Fervenza de Gosolfre, que requiere cierta agilidad para completar el camino que lleva a ella.
El río Xallas alimenta algunos de los afluentes que nutren estas cascadas. Seguro que te suena este río porque recorre seis de los diecisiete municipios que forman Costa da Morte -Coristanco, Santa Comba, A Baña, Zas, Mazaricos y Dumbría- y desemboca en el mar en forma de cascada en Ézaro, en un fenómeno único en Europa.
Fervenza de Santa Locaia o Leocadia
Comenzamos nuestra ruta por la Fervenza de Santa Locaia o Leocadia, que se encuentra encajada en la Dehesa de Chacín, detrás de una ermita con el mismo nombre que la cascada, algo deteriorada.
El intenso color verde contrasta con el blanco puro del agua de los ríos Santa Baia y del arroyo del Vao da Denonciña, que corren por esta fervenza. Está formada por dos saltos de agua de unos 6 metros de altura y es, quizá, una de las más accesibles ya que se llega a ella caminando por una pista de poco recorrido tras haber dejado el coche en una pequeña explanada.
También se conoce por los vecinos como O Pozo das Campanas, nombre unido a una leyenda. Se dice que unos ladrones intentaron robar la campana de la ermita, cosa que finalmente lograron, y al tratar de saltar a la otra orilla con la campana a cuestas resbalaron con el espeso y húmedo musgo que cubre las rocas. La campana cayó al agua y con su peso se formó un gran socavón que dio lugar a la poza a los pies de la cascada que también se llama “do Burato”.
Fervenza de Fírvado
La segunda cascada de la ruta es la Fervenza de Fírvado, también de fácil acceso. Para llegar hasta ella hay que situarse en la aldea de Fírvado y localizar su plaza central, donde encontraremos el panel que indica el camino hasta la fervenza.
En pocos minutos se alcanza un fotogénico puente de madera que hay que cruzar y, al otro lado, un columpio. A partir de ahí , siguiendo el curso del río, comienzan los rápidos y saltos de agua hasta llegar a la cascada protagonista, que se encuentra en el punto de confluencia de los ríos Xendiz y Beba, este último afluente del Xallas.
El entorno es idílico, rodeado de un frondoso bosque de ribera con árboles autóctonos y tiene todos los elementos (puente, columpio…) para sacar la cámara y llevarse unas buenas imágenes de esta fervenza y su ruta.
Fervenza de Vioxo-Chacín
Desde la aldea de Santa Baia de Chacín, donde podemos dejar el coche, parte un sendero que en poco más de 15 minutos nos conducirá por lo mejor de la Devesa de Chacín a orillas del arroyo de Casteliño.
Bajando por esta senda y cruzando el río llegaremos a la cascada principal, la Fervenza de Vioxo-Chacín, en un trayecto de dificultad baja apto para cualquier condición física, aunque con (casi) nula señalización.
Son 10 metros los que tiene de altura esta fervenza, que luce espectacular en los meses de lluvia, especialmente invierno y primavera.
Fervenza de Gosolfre
Llegamos a la cascada con el acceso más complicado ya que se ubica al final de una pendiente muy pronunciada, la Fervenza de Gosolfre. Son tres saltos de agua los que la componen, el primero de ellos totalmente vertical. Bajo este, una cascada partida en dos por una roca que crea un efecto muy peculiar y, por último, la tercera fervenza, mucho más espectacular, que llega a alcanzar los 20 metros de altura y que tiene a sus pies una gran poza.
Llegar a ella lleva una media hora caminando y es difícil por lo empinado del camino, pero merece la pena ya que está totalmente rodeada de vegetación en una zona de gran humedad ambiental, formando una imagen impactante.
Fervenza de Noveira
(Foto 7. Fervenza de Noveira Turismo de Galicia)
Regada por el río de Arcos, que desemboca en el Xallas, encontramos la última cascada del recorrido, pero una de las más bonitas. Es la Fervenza de Noveira, a la que se llega desde el panel informativo que hay junto a la depuradora de A Noveira.
No hay que caminar mucho para descubrir la fervenza entre la vegetación, un salto de agua de 10 metros que se caracteriza por el terreno pedregoso y erosionado por el río en el que se forman varias pozas, perfectas para darse un baño en verano.
Completa tu visita a Mazaricos
Además de hacer la Ruta de las Fervenzas, Mazaricos ofrece otras experiencias recomendables al viajero para conectar con la naturaleza.
Como la observación ornitológica entre el Monte Aro y el embalse de A Fervenza, recorridos en bicicleta de montaña o la práctica del piragüismo o la escalada, entre otros deportes, a través del espacio de ocio Naturmaz.
Emma Sexto