No son aptos para los que sufren de vértigo, pero para los demás puede ser toda una diversión. Hablamos de los puentes colgantes, estas estructuras que unen dos puntos sin pilares. Son seguras, pero quizá no muy estables, por lo que cruzarlos para algunos puede ser una auténtica aventura a lo Indiana Jones, pero con seguridad.
En Galicia contamos con unos cuantos, la mayoría de ellos en entornos naturales que valen la pena visitar también para hacer rutas de senderismo, contemplar el paisaje o simplemente pasar un día diferente.
Puente de Xirimbao, o de "a Mariola"
Este puente colgante es uno de los más largos de Galicia, con 80 metros y está situado sobre el río Ulla, en A Estrada. Se construyó en los años 60 con el objetivo de que los pescadores pudieran utilizarlo para la pesca del salmón. De hecho, su horario de acceso sigue los horarios de esta temporada ya que abre entre mayo y septiembre. Su estructura es de metal y si miras hacia abajo puedes ver directamente el río, ya que tiene pequeños agujeros, cuenta también con fuertes cables de acero. Como curiosidad, este puente une los municipios de Teo y A Estrada, las provincias de A Coruña y Pontevedra y los cotos de pesca de Ximonde y Xirimbao. Además, dispone de zonas recreativas en ambas orillas.
Puente de Cal Grande y Puente de Fornelos
Es uno de los lugares más icónicos de las Fragas do Eume, el parque situado en Pontedeume (A Coruña). Este puente colgante es el punto de salida del Camiño dos Encomendeiros, una de las rutas más populares del parque. No es el único de este entorno natural protegido, río arriba encontramos el puente de Fornelos, que se puede tomar como atajo para ahorrarse 3 kilómetros de caminata en la ruta mencionada anteriormente, que acaba en el monasterio de Caaveiro.
Puente de Leiro
Este puente colgante se encuentra en el municipio ourensano del mismo nombre y atraviesa el río Avia. Su construcción data de los años 60 y une el casco urbano del pueblo con el área recreativa de O Salgueiral, un jardín de sauces, situado cerca de la playa fluvial, que vale la pena visitar. También cruzarás este puente si haces la ruta de senderismo que hay entre Pazos de Arenteiro y Rivadavia, que pasa por el monasterio de San Clodio, el puente medieval y por zonas de viñedos.
Puente de Soutomaior
Si pasas por Soutomaior para visitar el castillo, no te olvides de su puente colgante, que también merece una visita. Además, si eres fan del senderismo probablemente lo cruces en alguna de las rutas de la zona. El puente atraviesa el río Verdugo, cerca de su unión con el Oitavén, a una altura de 6 metros y sus tablas son de madera. Al bajar del puente se encuentra Poza das Bestas, un pequeño arenal fluvial. Cerca de ahí puedes pasar por el puente medieval de Comboa o por la playa de A Veiguiña Longa.
Puente de Parada
Está situado en Outeiro del Rei y da acceso a la Ínsua Seivane, uno de los islotes que se forman en el Miño a la altura de la Terra Chá. Tiene la particularidad de que se balancea bastante, así que solo se permite cruzarlo a cuatro personas de cada vez. En la pequeña isla hay un refugio de pescadores y un área de descanso totalmente equipada, por lo que es muy buena opción para pasar el día al aire libre. Además, por la zona también hay alguna playa fluvial.
Puente colgante del Tambre
Esta estructura de metal une Noia y Muros y es un puente colgante imprescindible para los amantes del senderismo, ya que desde este punto salen tres rutas, de varias dificultades. Tiene suelo de rejilla, por lo que se puede ver perfectamente el río bajo los pies. Además, está situado cerca de la Central Hidroeléctrica del Tambre, conocida también como la “catedral hidroeléctrica”, obra de Antonio Palacios de 1932. Es una zona de pesca de lamprea tradicional y aún se distinguen las antiguas pesqueras y los refugios de pescadores.
Puente de Calvelo
Situado en Cotobade, este puente colgante no deja a nadie indiferente, ya que tiene unas vistas privilegiadas sobre el río Lérez. Está en el Concello de Poio (Pontevedra) y une las orillas de A Retorta y Calvelo. La plataforma es de madera, con cables de acero y llama la atención por su elevación, ya que cruzas a 15 metros de altura del río. Cerca se encuentra la playa fluvial de Calvelo y la playa do Canal.
Puente de Acevedo
Este puente se encuentra en el Concello de Oia (Pontevedra), en una parroquia del mismo nombre. Se reformó recientemente, hace un año, mejorando la calidad de la pasarela, de hecho ahora pueden pasar tanto peatones como ciclistas. Se eleva sobre el río Tamuxe y está situado en un entorno natural con varias rutas de senderismo. Tiene una longitud de 15 metros y se eleva sobre el río unos 8 metros de altura.