La Costa da Morte está considerada uno de los destinos más genuinos y mágicos de toda Galicia. En este rincón situado al noroeste de la provincia de A Coruña la naturaleza salvaje muestra a diario toda la fuerza del Océano Atlántico, con el mar y el viento golpeando de forma constante contra un litoral escarpado entre pequeños y grandes acantilados.
En mitad de este paisaje tan singular y característico, la villa costera de Cee conforma una de las paradas obligatorias en el itinerario de cualquier viajero por la Costa da Morte: una gastronomía exquisita, monumentos históricos y un sinfín de arenales paradisíacos en todo su territorio, entre ellos un paraíso casi virgen cuyo semblante recuerda a los ídilicos paisaje del Caribe. Hablamos de la playa de Gures, considerada una de las más bonitas de la localidad y cuyo acceso no resulta del todo sencillo, aunque sin lugar a dudas merece la pena adentrarse entre las pistas de tierra de la zona para alcanzar este arenal de unos 250 metros, rodeado de pinares, de arena fina y aguas tranquilas.
Cabe destacar que la playa de Gures también se encuentra situada a escasa distancia de importantes puntos de interés turístico, entre ellos la famosa Fervenza do Ézaro, un enclave único de la Costa da Morte donde el río Xallas se precipita al mar. De hecho, se trata del único río de toda Europa que desemboca en el mar en forma de cascada. Además, desde el arenal también se divisan otros rincones de gran relevancia como las pequeñas islas Lobeiras; el Cabo de Fisterra, también denominado el cabo del fin del mundo; o el Monte Pindo, considerado el Olimpo Celta.
Cómo llegar al paraíso de Gures
Lo primero que debemos saber antes de dirigirnos a este paraíso de la Costa da Morte es que llegar a él no resultará una tarea del todo fácil. Si bien es cierto que existe un pequeño aparcamiento señalizado en google maps en sus próximidades, tendremos que caminar un par de minutos por pistas de tierra antes de alcanzar la playa. La zona de estacionamiento en cuestión se encuentra en la carretera AC-550 entre la parroquia de Ézaro y el pequeño pueblo de Gures.
Una vez estacionado el coche, hay que fijarse en una señal informativa sobre las playas del municipio de Cee pues justo en este punto arranca un camino de tierra que desciende hasta el arenal de Gures. El primer tramo es sencillo ya que, salvo fuertes temporales en la zona, suele encontrarse en buenas condiciones. Más adelante, la senda en cuestión da paso a unas escaleras en pendiente que terminan sobre una zona de rocas, por lo que tendremos que extremar las precauciones en este tramo final antes de alcanzar el arenal. Para los visitantes más intrépidos, también parecen existir otros accesos a pie hasta la playa desde el núcleo de Gures, aunque en esta aldea no encontraremos una amplia zona de aparcamiento como en el primer caso; o desde el entorno del Merendero de Gures, atravesando en ambos casos unas zonas boscosas no señalizadas.
Dónde disfrutar de la gastronómica en la zona
La playa de Gures se encuentra situada muy cerca de la parroquia de Santa Uxía do Ézaro, en la localidad de Dumbría, por lo que no será difícil encontrar algún que otro establecimiento donde comer por la zona, situados en su mayoría en el entorno del paseo marítimo frente a la playa de Ézaro. Uno de los más conocidos es el café bar A Cascada, un local muy sencillo y familiar que cuenta con su propia terraza con vistas al mar y cuya cocina casera es la base de toda la carta. También la Cafetería Cervecería La Fragua y O Forcado Cervecería Heladería disponen de un recetario bastante completo para tomar algo o disfrutar de algún que otro tentempié con vistas al litoral de la Costa da Morte.
Otra de las grandes opciones para aquellos que buscan disfrutar de una gastronomía tradicional gallega más elaborada lo ofrece el Restaurante Mar e Terra, una auténtica oda a la gastronomía del territorio, con diferentes entrantes, pescados frescos del día, parrillada de pescados o carnes, ensaladas y unas sobremesas caseras que ponen el broche de oro a la propuesta culinaria del local. Además, cabe destacar que el Restaurante Mar e Terra también dispone de una acogedora terraza con vistas al Atlántico.