Así es el mirador casi desconocido de Galicia y con unas vistas únicas a la mayor playa

Sin ningún atisbo de duda, Galicia es la tierra de los tesoros escondidos en forma de mágicos enclaves moldeados por el tiempo y la naturaleza. Un patrimonio invisible, desconocidas por muchos y amadas por otros pocos privilegiados, de joyas de diversa índole que se reparten por toda la geografía. Sin ir más lejos, en la feroz Costa da Morte, o más bien en lo que sería su cara interior, existe un rincón ignoto con vistas a una de las playas más extensas de Galicia: el mirador de As Paxareiras, enmarcado en el corazón de la comarca de Carnota. Se trata de una balconada natural que muy pocos conocen ya que se encuentra apartada de toda ruta turística y protegido por la vertiente del alto de As Paxareiras.

Con todo, y pesar de su faceta más inexplorada, este mirador carnotano constituye un punto excepcional para disfrutar del impresionante litoral que ofrece la Costa da Morte hasta prácticamente el Cabo Fisterra o Finis Terrae ("el fin del mundo"). Lo cierto es que desde su cumbre se puede observar la silueta completa de la playa más larga de Galicia: un paraíso de más de siete kilómetros y aguas cristalinas. Pero no es la vista al arenal de Carnota el único atractivo que ofrece el mirador, ya que su panorámica también se extiende hasta el mismísimo "Olimpo celta", un macizo de 627 metros de altura situado frente al mar y más conocido como Monte Pindo. La estampa desde As Paxareiras, como no podía ser de otra forma, se completa con la inmensidad del océano Atlántico como telón de fondo.

Cómo llegar al mirador de As Paxareiras

Mirador de As Paxareiras, Carnota. Foto: TripAdvisor

Alcanzar este mirador carnotano resulta más sencillo de lo que parece, pues la realidad es que se puede llegar por carretera asfaltada hasta su ubicación exacta. As Paxareiras se localiza en el trayecto que une las localidades coruñesas de Carnota y Mazaricos, en un entorno rodeado de naturaleza agreste y parques eólicos muy cerca del mirador do Alto de Medoña, situado a unos 581 metros de altitud. De hecho, el mirador en cuestión se extiende por una extensa explanada donde es posible aparcar y en la que también se alzan una serie de aerogeneradores pertenecientes a la Subestación Recarea.

Una de las rutas más directas hacia el mirador de As Paxareiras parte del inicio de la carretera AC-550 que recorre el litoral coruñés. Después de dejar atrás el pueblo de pescadores de Muros, seguimos la ruta asfaltada hasta la vía AC-400 que conecta Santa Comba y Cerceda. Esta vía en cuestión atraviesa el Alto de Paxareiras y su desconocido mirador. De hecho, no existe una señalización como tal para llegar al mismo, pero siguiendo estas indicaciones y las de Google Maps no debería haber ningún problema.

Además, antes de llegar al mirador de Paxareiras también merece la pena hacer una parada en el mirador de Louredo. Este balcón natural ofrece unas vistas similares a su homónimo, aunque lo más curioso del mismo son las singulares esculturas de madera que ocupan el lugar. La obra en su conjunto, titulada "Segunda pel", fue diseñada por el artista carnotano Nando Lestón y constituye un bosque de árboles quemados del Monte Pindo que fueron pintados para darles una segunda vida.  

Nieblas y visibilidad

Jornada de nieblas en As Paxareiras. Foto: Google Maps

Es importante tener en cuenta que se trata de una zona en la que se forman nieblas frecuentes, por lo que la visibilidad del entorno en estas jornadas resultará prácticamente nula. A pesar de todo, la panorámica con los bancos de nubes en el horizonte también resulta espectacular y puede llegar a recordar ―salvando las distancias― a las tan famosas nieblas que se forman en las colinas más cercanas al volcán del Teide en Tenerife. Eso sí, como ya adelantamos unas líneas más arribas, las vistas desde este mágico enclave son también algo diferentes a las perspectivas canarias, con una panorámica directa en el caso gallego sobre la localidad de Lira, Caldebarcos, el Monte Pindo y el litoral de la Costa da Morte hasta Finisterra.