Desde las Rías Baixas hasta la Mariña lucense, el grueso del litoral gallego es uno de los destinos preferidos de todos aquellos turistas nacionales y extranjeros que buscan disfrutar de un verano con temperaturas suaves, buena gastronomía y una belleza natural y paisajística digna de admirar. Sin embargo, la baja temperatura de sus mares continúa siendo uno de los grandes peros que cientos de visitantes de la región encuentran cada año al bañarse en algunas de las playas de Galicia. Lo cierto es que no es ninguna novedad que Galicia sea la comunidad española con las aguas más frías del país, especialmente en toda su vertiente Atlántica. 

Es importante señalar que este año 2023, Galicia ha vivido uno de los veranos más atípicos de su historia reciente al registrar unas temperaturas del agua más altas de lo habitual. En términos generales, los mares de la costa gallega venían manteniéndose en torno a los 16 grados de media mientras que las Rías Baixas se posicionan como el área con las aguas más gélidas de la región durante la temporada estival, debido en gran medida a factores como su latitud, la distancia respecto al ecuador o la época del año que determina la presencia de diferentes corrientes oceánicos. A pesar de todo, este verano en el sur de Galicia se han llegado a superar los 20 grados de media en varias ocasiones, provocando fenómenos tan anómalos como la muerte de miles de navajas en la playa de A Lanzada (Sanxenxo/ O Grove).  

Las aguas Atlánticas, las más frías

Playa de Rodas, en las Islas Cíes. Foto: shutterstock

Por todo el norte y oeste de la Península Ibérica, incluidas las costas gallegas,   transcurren distintas corrientes marinas de temperaturas variadas que dan lugar a un fenómeno causado por el anticiclón de las Azores  conocido como afloramiento de aguas profundas o upwelling. Estas aguas que proceden del fondo marino y llegan a la surperficie son muy frías y ricas en nutrientes (también responsables de la enorme riqueza de nuestras rías). Los sistemas de altas presiones son los responsables de las principales zonas de afloramiento costero, provocando vientos del norte que desplazan el agua superficial del mar y favorecen, tal y como decíamos, el ascenso de las aguas más profundas y frías. 

El fenómeno del afloramiento es uno de los factores que contribuyen a que las aguas de la costa gallega alcancen una sensación tan gélida cuando nos bañamos en ellas. A pesar de todo, el cambio climático sigue afectando de forma directa a la temperatura de estas aguas, provocando una atípica ola de calor bajo también bajo los mares. De hecho, es importante destacar que el Atlántico Norte registró el pasado mes de junio un récord en su temperatura, con subidas graduales, rápidas y sin precedentes según los análisis satelitales del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.

Estas son las playas más frías de Galicia

Cabo Fisterra

Descender por la costa Atlántica gallega significa avanzar hacia algunas de las playas con el agua más fría de toda la región. De hecho, de acuerdo con los datos ofrecidos por eltiempo.es, Galicia también es la comunidad con el mayor número de arenales con las aguas más frías de España. Si bien frente al litoral de A Coruña se están registrando en los últimos años unos 18 grados de temperatura media del agua, en la zona de Ribeira estos niveles ya empiezan a caer hasta los 17ºC. Y si seguimos recorriendo la sinuosa costa sur nos toparemos de pleno con las aguas más gélidas de Galicia, las cuales llevan varias décadas registrándose en las Rías Baixas y las islas Cíes, donde la temperatura del agua oscila entre los 15 y 17ºC. 

En el caso concreto de este verano, la playa de A Lanzada (O Grove/Sanxenxo) registró los valores más bajos de dicho ranking con una media de 15,2ºC. De cerca le siguen otros arenales como los de las islas Cíes; la playa carballesa de Razo (A Coruña); Barra (Cangas), Beluso (Bueu), Samil (Vigo) o Montalvo (Sanxenxo), todos ellos con una media que se mueve entre los 15 y los 16 grados. Por otro lado, y si únicamente se tienen en cuenta las aguas superficiales, las más frías pertenecen a la zona marítima de Fisterra. En las décadas entre 1981 y 2010, la temperatura media de estas aguas rondaba los 15,5ºC. No obstante, el aumento generalizado de las mismas ha elevado la cifra en los últimos años hasta los 16ºC.