La riqueza natural y paisajística del norte de Galicia resulta muy especial, con una costa divida entre las fieras aguas del océano Altántico y el mar Cantábrico, y una naturaleza salvaje que se extiende desde los acantilados hasta los bosques interiores dando lugar a cientos enclaves de gran singularidad y belleza. En mitad de estos escenarios de película, la villa medieval de Pontedeume se presenta como la conjunción perfecta entre el río, el mar y la montaña. Esta localidad coruñesa de las Rías Altas se encuentra enmarcada entre fragas y castillos, en una zona privilegiada situada bajo las faldas del Monte Breamo y justo en la desembocadura del río Eume a su encuentro con la ría de Ares. De hecho, entre sus límites también se localiza uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de toda Europa: el Parque Natural das Fragas do Eume. 

Sobre la historia de esta villa medieval cabe destacar que sus orígenes se pierden más allá del tiempo y que incluso llegó a convertirse en uno de los pueblos gallegos con mayor peso en épocas pasadas. En la actualidad, el viejo y empedrado callejero de Pontedeume esconde en cada una de sus losas unos tiempos en los que la localidad coruñesa marcó el desarrollo y porvenir de la comarca durante el siglo XIV y el resto del medievo. La herencia de estas épocas gloriosas se mantiene todavía viva en el imaginario colectivo de los vecinos de la zona y en un gran número de monumentos y restos que se reparten por todo el casco antiguo, entre ellos el Puente de piedra que da nombre a la villa o el Torreón de los Andrade, una joya histórica y patrimonial que hunde sus raíces en el siglo XIV. 

El encanto medieval y natural de Pontedeume

Pontedeume se ha convertido por méritos propios en uno de los pueblos con más encanto de las Rías Altas, con un paisaje que se extiende desde el mar hasta la montaña, pasando también por ríos y playas. Lo más curioso de esta localidad coruñesa es que su historia se encuentra ligada a la de la nobleza gallega desde el siglo XIV, concretamente a la Casa de Andrade. Según el relato popular, Fernán Pérez "O Boo" habría sido el primer Señor de Pontedeume, una figura a la que se le atribuye la construcción de siete iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes. Sobre el segundo señor de la villa pocas historias se recuerdan, si bien el tercero en discordia se ganó a pulso el apodo de "O Mao" por su enorme crueldad que le valió al pueblo una revuelta que sólo logró frenar gracias al apoyo del rey Juan II. Con todo, uno de las figuras más relevantes entre los señores de Pontedeume fue Fernando de Andrade, I Conde de Andrade y general victorioso en las guerras de Italia.

En la actualidad los rastros de la historia de Pontedeume todavía son visibles en rincones como la Plaza del Conde (la cual acoge a día de hoy el mercado), el Torreón de los Andrade, el Convento de San Agustín (actual Casa da Cultura), la Cátedra de Latinidad (hoy Biblioteca Municipal) o el puente de piedra de finales del siglo XIX que sustituyó a la pasarela gótica construida por el primer señor de la villa. Dicho puente gótico contaba con 68 arcos y 850 metros de superficie, mientras que el nuevo viaducto fue reedificado entre los años 1863 y 1870, y remodelado entre los años 1884 y 1888, hasta terminar con los 15 arcos actuales.  

Sin embargo, el atractivo de Pontedeume como destino turístico no sólo recae en su historia, cultura y tradiciones: la naturaleza de esta villa medieval y marinera también constituye un auténtico tesoro para sus visitantes. Por su situación privilegiada entre el mar y el estuario del río Eume, la costa de esta localidad coruñesa también se encuentra repleta de grandes y pequeños arenales paradisíacos como los de Andahio, Ber, Centroña, Insua o Paredes. Pero más allá del encanto de sus playas y paisajes costeros, el Parque Natural das Fragas do Eume es sin lugar a dudas uno de los rincones más destacados de la localidad, cuyo espacio natural comparte territorio con otros municipios como Cabanas, Capela, Monfero y As Pontes de García Rodríguez. Monasterios, cascadas y riachuelos, miradores de vértigo, rutas de senderismo y una frondosa vegetación autóctona son algunos de los elementos que hacen especial a este parque natural en Galicia. De hecho, tal es la importancia de las Fragas do Eume, que sus más de 9.000 hectáreas de superficie a orillas del río Eume están consideradas como uno de los mejores ejemplos de bosque atlántico de toda Europa.  

Fiestas y tradiciones de una villa histórica

Uno de los festejos patronales más destacados de la localidad coruñesa de Pontedeume recae en su famosa y multitudinaria Festa das Peras. En esta nueva edición de la celebración, la villa medieval se viste de gala del 7 al 11 de septiembre para disfrutar de unas jornadas caracterizadas por los oficios religiosos, las actividades culturales y un gran número de actuaciones musicales. La salida de los mómaros (pareja de gigantes muy conocida en la villa) y los cabezudos a las calles ―símbolo de las Festas das Peras― marca el inicio de una semana grande en Pontedeume. Estos personajes tradicionales animan cada jornada, en ocasiones al son de las gaitas, haciendo bailar a todos los presentes por las diferentes avenidas del casco antiguo de la localidad.

Entre la multitud de actividades, uno de los ejes principales de este festejo popular es el conocido Concurso de Froitas, que este año tendrá lugar el 9 de septiembre. A partir de las 10:00 horas del sábado tendrá lugar la recepción de los participantes en este certamen organizado con la colaboración de la Asociación Galega de Froita Autóctona do Eume. Otra de las actividades destacadas dentro de la programación de la Festa das Peras es la tradicional Xira Campestre ó Río Eume del miércoles 11 de septiembre, un evento en el que los presentes tendrán que subir en botes y barcas río arriba hasta alcanzar el lugar de A Xunqueira para celebrar una comida popular y después disfrutar del espectáculo musical del dúo Estrellas. En esta última jornada, la orquesta París de Noia también será la encargada de poner la nota final y musical a la verbena más concurrida de Pontedeume a partir de las 23:00 horas.