El otoño es una de las estaciones más especiales y coloridas del año; una época marcada por la melancolía de un verano recién acabado que avanza hacia el apagón solar que supone la reducción de horas de luz y el regreso a la rutina. Sin embargo, hay rincones de Galicia que se vuelven más bonitos si cabe cada vez que el otoño llama a la puerta. Pueblos mágicos que se extienden desde la costa hasta el interior dejando paisajes realmente cautivadores, de playas salvajes completamente vacías y bosques teñidos de un singular abanico de tonalidades ocres.  

En el corazón de las Terras de Santiago se encuentra el municipio de Negreira, un destino ideal para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad del rural en la provincia de A Coruña. La localidad cuenta además con un excepcional patrimonio monumental que abarca auténticas joyas históricas tales como el Pazo de Cotón o da Albariño, el puente medieval, las iglesias de Santa María de Portero o San Pedro de Goente así como el Palacio Balandrón entre otros. De hecho, en todo el territorio se pueden encontrar una gran variedad de estilos arquitectónicos como el románico, gótico, renacentista, barroco o neoclásico. Pero más allá de la enorme riqueza patrimonial de Negreira, este municipio coruñés también destaca por albergar entre sus límites uno de los pueblos más bonitos de España: A Ponte de Maceira, una pequeña aldea de poco más de 60 habitantes situada en la parroquia de Portor, junto a las aguas del río Tambre, y conocida sobre todo por su interesante conjunto etnográfico. 

El encanto de A Ponte Maceira

Vista aérea de A Ponte Maceira, Negreira, A Coruña. Foto: Shutterstock

A orillas del río Tambre a su paso Negreira, la pequeña aldea de A Ponte Maceira constituye un auténtico tesoro para todos aquellos viajeros que descubren este territorio situado a apenas una hora de la ciudad herculina y a media de la urbe compostelana. Hablamos de un conjunto monumental único y un pasado clave en la historia medieval de Galicia cuya singular belleza se manifiesta a través de un paisaje salvaje, repleto de naturaleza y vestigios de un legado histórico. De hecho, uno de los elementos más característicos de este pueblo coruñés es el puente de origen medieval (datado del siglo XIV y reconstruido en el XVIII) que entrelaza ambas orillas del Tambre y el cual supuso el paso principal para cruzar el cruso del río hasta bien entrado el siglo XIX. El puente en cuestión está compuesto por un tramo principal de cinco arcos de cantería y dos arcadas de aliviadero para las temporadas de inundaciones que se erigieron sobre los restos de una vieja pasarela romana. 

Lo cierto es que A Ponte de Maceira también puede presumir desde el año 2019 de formar parte de la red de pueblos más bonitos de España. Se trata además de la primera localidad coruñesa en entrar en esta selección elaborada por la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España y en la que también figuran otras dos localidades: Mondoñedo (Lugo) y Castro Caldelas (Ourense). Una belleza inherente que se caracteriza por la armonía natural y bucólico de este entorno rural que esconde uno de los conjunto etnográficos más interesantes de Galicia, formado por bonitas viviendas de piedra y calles empedradas, un puente centenario, tres viejos molinos de agua, cruceiros, capillas y casonas señoriales realmente espectaculares. 

El vínculo con el camino de Santiago  

Aunque de primera y por su situación geográfica puede parecer impensable que este pueblo coruñés forme parte de las rutas de peregrinación, la verdad es que A Ponte Maceira también mantiene un fuerte vínculo con el Camino de Santiago e incluso forma parte de algunos de los itinerarios más emblemáticos de estas rutas con rumbo a la capital gallega. Si bien la etapa final del grueso de los caminos encuentran su final a los pies de la Catedral de Santiago de Compostela, existe una prolongación de los mismos que dirige a los peregrinos hasta el Cabo de Fisterra, conocido de manera popular como el "fin de la tierra". Es por ello que en este recorrido hasta el punto más al oeste de toda Europa, una de las etapas transcurre a través de la localidad de Negreira y concretamente a lo largo de la encantadora aldea de A Ponte Maceira. 

Más allá de la relación actual del pueblo coruñés con el Camino de Santiago, también existe una leyenda asociada al puente medieval de A Ponte Maceira y los discípulos de Santiago que trataban de encontrar un lugar digno donde poder enterrar a su maestro. Según cuenta el relato popular, en este escenario marcado por las aguas del río Tambre se produjo hace miles de años un auténtico milagro: cuando los soldados romanos trataban de atrapar a unos seguidores y pupilos de Santiago, se dice que la pasarela de piedra se vino abajo y los perseguidores fueron engullidos por las aguas. Una historia que guarda una enorme similitud con el milagro en el Mar Rojo cuando las aguas se abrieron ante el pueblo judío para permitir la huída de otros elegidos de Dios.