En el corazón da Costa da Morte se enmarca la villa marinera de Camariñas, un destino que sorprende al nuevo viajero por su enorme riqueza natural, paisajística y patrimonial. Este municipio coruñés conforma la salida natural al océano Atlántico de la Terra de Soneira, en una península agreste que tiene al Faro Vilán como uno de los vértices pedregosos de la serra da Pena Forcada. Pero más allá del mar y los paisajes salvajes de este litoral de naufragios, otro de elementos que más fama le han dado a Camariñas tiene mucho que ver con sus encajes de bolillos. De hecho, la emblemática Muestra de Encaje de Camariñas está reconocida como Fiesta de Interés Turístico de Galicia.
Lo que no muchas personas saben es que en Camariñas, justo en el ecuador del Camiño dos Faros, también se localiza una de las dunas rampantes más altas de Europa. De hecho, la Duna de Monte Branco ocupa el tercer lugar en el ranking continental. Es importante señalar en este punto que, a diferencia de las dunas móviles, las rampantes representan montañas de arena que se van formando por la acción del viento, es decir, las ráfagas de aire van empujando la arenilla por la ladera del cerro hasta cubrir toda su figura y dar lugar a una curiosa montaña de semblante blanco. En el caso particular de la Duna rampante de Monte Branco, esta se eleva más de 150 metros de altura, ofreciendo desde lo más alto de su cumbre una de las panorámicas más bonitas de la Costa da Morte.
Un hito natural en mitad de un escenario salvaje
Lo cierto es que gran parte de la costa camariñesa se encuentra bajo la protección de la Rede Natura 2000, con enclaves como el de Cabo Vilán declarados Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). En mitad de este escenario salvaje y natural incomparable, la cara oeste de la localidad alberga la majestuosidad de una de las dunas rampantes más altas de todo el continente europeo. Su figura se hace aún más especial gracias a la vegetación que cobra vida a lo largo y ancho de sus laderas: las camariñas (corema album), un tipo de arbusto que a día de hoy se encuentra en peligro de extinción y que en este punto gallego constituye la mayor reserva natural del noroeste español. De hecho, al parecer, este matorral es a su vez el culpable de la toponimia del municipio.
Sobre el paisaje que rodea a la singular duna de Monte Branco podemos decir que aquí se configura uno de los rincones más vírgenes y bonitos del litoral de Camariñas, sobre todo en el entorno que se extiende desde la ensenada de Trece y el mencionado médano rampante. La estampa general en este punto muestra al viajero una tierra repleta de piedras antropomorfas esculpidas por el viento, una amplia flora y fauna endémica, así como grandes y pequeños arenales salvajes que se enfrentan cada día a la bravura de la Costa da Morte. En definitiva: un lugar único, de enorme belleza y contrastes, a medio camino entre el mar y la montaña.
¿Está la duna rampante más grande de Europa en Galicia?
La respuesta es sí. Está claro que Galicia es tierra de hitos con altura, sobre todo a la hora de hablar de dunas. La verdad es que el territorio gallego ya podemos encontrar la duna móvil más grande del noroeste penisular, situada en el Parque Natural de Corrubedo; pero lo más curioso es que la provincia de A Coruña también alberga entre sus límites la duna rampante que ocupa el primer puesto en la ya mencionada clasificación europea, la cual comparte además nombre con su homónima de Camariñas. Se trata de la duna de Monte Branco en Ponteceso, un auténtico espectáculo de la naturaleza que empezó a formarse hace más de 7.000 años en este rincón de la comarca de Bergantiños. En el caso de esta maravilla natural de récord, su cerro arenoso se alza por encima de los 180,1 metros de altura, en cuyo pico se sitúa el conocido como Petón da Farola. Desde allí también se puede observar una panorámica increíble de la villa de Ponteceso, la ría de Corme e Laxe, la desembocadura del río Anllóns e incluso la ensenada de Lodeiro.
Para descubrir el nombre detrás del segundo puesto de este ranking tendremos que viajar hasta la costa del suroeste de Francia, concretamente hasta el término municipal de la Teste-de-Buch. Allí se localiza la famosa Dune du Pilat (aunque está catalogada como móvil los expertos la incluyen en este listado), que con sus cerca de 2,7 kilómetros de largo, 500 metros de ancho y hasta 110 metros de alto (según las mediciones de 2012) ocupa el segundo lugar en este top 3 de las dunas más grandes de toda Europa. En total estamos hablando de más de 60 millones de metros cúbicos de arena fina repartidos en 87 hectáres de superficie. Lo más curioso de todo es que la Dune du Pilat sigue ganando terreno año tras año, comiéndose de forma gradual el bosque de pinos que se sitúa en su cara interior.