El pueblo de Asturias al que se accede por un puente colgante desde Galicia
Desde A Fonsagrada, una pasarela de más de 80 metros de longitud salva las aguas del río Navia para acceder a una pintoresca y pequeña aldea de montaña que incluso presume de casa rural y bodega propia
3 febrero, 2024 05:00A orillas del mar cantábrico, la ría de Ribadeo ―también conocida como ría del Eo― conforma una amplia zona geográfica que actúa como frontera natural entre Galicia y el Principado de Asturias. Lo cierto es que, sin alejarnos demasiado de la costa, en una extensión de poco más de 40 kilómetros hacia el interior ya podemos encontrar un selecto grupo de localidades gallegas y asturianas que comparten en su haber un enorme encanto y atractivo turístico. Entre las más populares de la región vecina destacan destinos como la villa marinera de Castropol o Taramundi, un auténtico pionero del turismo rural en España. Pero más allá de estos afamados y transitados rincones del norte, existen otros tesoros mucho más desconocidos que, de igual manera, merece la pena visitar al menos una vez en la vida.
Uno de esos lugares es Riodeporcos (también Río de Porcos), el pueblo asturiano al que un puente colgante separa del resto del mundo. Esta pequeña aldea de la parroquia de Sena (Ibias) se encuentra situada a unos 280 metros de altitud entre profundos valles, montañas y naturaleza autóctona que se enmarca dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Una de las grandes peculiaridades de Riodeporcos comienza con la entrada peatonal al propio pueblo, pues para acceder a este recóndito lugar desde Galicia es necesario atravesar a pie una pasarela colgante que cruza el embalse del río Navia desde la parroquia de O Vilar de Cuíña, en A Fonsagrada. Una vez salvado el curso fluvial, el visitante se encontrará con una auténtica aldea de cuento que mantiene un intenso ambiente rural e incluso conserva algún que otro ejemplo de arquitectura tradicional.
Un pueblo de cuento a orillas del río Navia
En el extremo suroccidental de la región de Asturias se encuentra el denominado lejano oeste minero: Ibias, un municipio de montaña que forma parte de la bonita comarca del Narcea. La verdad es que esta localidad asturiana y sus parroquias podrían dividirse en dos espacios bien diferenciados en función de su orografía, pues una parte del territorio se encuentra colmada por grandes cumbres y pendientes, mientras que el resto de zonas se caracteriza por la presencia de valles mucho más suaves. En mitad de este escenario de cuento se encuentra la aldea de Riodeporcos, un verdadero remanso de paz alejado de todo ruido y envuelto por la naturaleza y los cursos fluviales del Navia y el Bustelín, este último afluente del anterior.
Al margen de la riqueza natural y paisajística del lugar, este pintoresco pueblo asturiano conserva en su pequeño callejero algunos ejemplos de la arquitectura tradicional tan típica de los pueblos de interior. Sobre la colina en la que se asienta Riodeporcos se alzan un par de construcciones erigidas con materiales propios del entorno, comunicadas entre sí por avenidas donde no existe el asfalto sino accesos de tierra con losas de piedra y vides. En la zona más alta de la ladera también se puede observar la silueta de una humilde capilla dedicada a San Roque, cuyos festejos en su honor tienen lugar cada 16 de agosto. El templo en cuestión data de finales del siglo XIX y en su precario interior todavía se conserva una imagen de San Esteban y un Cristo crucificado.
Una casa rural y vinos de Riodeporcos
A pesar de las reducidas dimensiones y habitantes de esta aldea asturiana, el lugar de Riodeporcos acoge en su parte más alta una encantadora casa rural con palomar y bodega bautizada como Chao de Castro. El acogedor alojamiento se enmarca dentro de una antigua casa de aldea asturiana que ha sido rehabilitada respetando su estructura y materiales originales: con paredes de piedra, vigas de madera y una decoración que conserva el estilo rústico de los pueblos de montaña. También el conjunto arquitectónico cuenta con dos hórreos, un palomar, un palleiro, una cabaña y un huerto así como la bodega, los viñedos y la propia casa. En lo que respecta al hospedaje, la casa rural dispone de 4 habitaciones con capacidad para 8 personas que durante su estancia pueden desconectar y disfrutar de primera mano de un ambiente rural de lo más relajante y aprovechar para realizar algunas de las bonitas rutas de senderismo que se extienden por los alrededores de la aldea.
Cabe destacar asimismo que aunque los coches no llegan hasta el alojamiento, desde Chao de Castro ofrecen un servicio exclusivo (e incluido en el precio) de transporte de maletas mediante quad. Además, otra de las particularidades de Chao de Castro es que la casa rural también dispone de una bodega propia donde se elaboran vinos que mezclan variedades típicas de la zona (mencía, berdella, tinto sorodo…). ¿El resultado final? Un vino joven, afrutado y con gran cuerpo que conquista el paladar de todos aquellos que se deciden a probarlo.
Cómo acceder a Riodeporcos
En la actualidad, la forma más sencilla de acceder al núcleo poblacional de Riodeporcos es a través de Galicia y el espectacular puente colgante que, desde finales de los 70 o principios de la década de los 80, cruza el río Navia a lo largo de 80 metros. De hecho, cuando el embalse de Salime se encuentra con pocas reservas de agua, el paso elevado alcanza una altura de unos 20 metros. En los límites gallegos, el puente conecta con la carretera LU-P-1910 que avanza hasta los lugares de O Vilar da Cuíña, A Fornaza y Arexo. Por esta vía, la urbe gallega más cercana es Lugo, la cual se encuentra a una hora y media de distancia siguiendo el trazado de la A-6. Por su parte, desde la vertiente asturiana tan sólo podremos alcanzar Riodeporcos por una pista de tierra serpenteante que llega desde Sena tras recorrer alrededor de 6 kilómetros.