En la pequeña aldea de Correxíns, a pocos kilómetros del casco histórico de Santiago de Compostela, se ubica una casa rural que triunfa en los viajeros por sus espectaculares vistas al valle A Maía y por proximidad al parque forestal del Monte Pedroso, desde donde se puede presenciar uno de los mejores atardeceres de la zona.

Se trata de la casa rural Casa de Afora. Esta pequeña construcción de piedra de finales del siglo XVIII y recientemente restaurada es un oasis de tranquilidad para aquellas personas que buscan en sus vacaciones estar en contacto con la naturaleza, pero sin renunciar a todas las comodidades.

Su privilegiada ubicación facilita el acceso a una amplia gama de actividades, pero antes vamos a hablar de sus instalaciones. La casa es perfecta para dos personas, ya que sus 55 metros cuadrados (m2) se distribuyen en una habitación con cama de matrimonio, baño con ducha hidromasaje, salón con televisión y sofá cama (para una tercera persona), y cocina totalmente equipada, con nevera, lavavajillas, horno y cafetera.

En el exterior encontramos una espectacular piscina privada con zona de solarium -equipada con hamacas, una mesita y un parasol excéntrico- y un increíble jacuzzi instalado en el interior de una estructura de piedra. Aquí los huéspedes podrán refrescarse en un día caluroso de verano o descansar tras completar el Camino de Santiago.

Piscina de la casa rural Casa de Afora

La casa rural Casa de Afora está en la aldea de Correxíns, en Figueiras, dentro del ayuntamiento de Santiago de Compostela y muy cerca de la ciudad. Es un alojamiento perfecto para parejas que quieran conocer a fondo la capital gallega y su entorno, pero prefieran descansar en un entorno rural el sonido de los pájaros es el gran protagonista.

Para llegar en coche hay que dirigirse a la calle Carme de Abaixo y tomar la carretera AC-7803 dirección Figueiras hasta llega a la aldea de Correxíns.

Una puntuación de 9,4 en Booking

La casa rural Casa de Afora tiene una puntuación de 9,4 sobre 10 en la plataforma de reservas Booking. Los viajeros que se han alojado en ella hablan auténticas maravillas y destacan la amabilidad de la responsable de la casa, la ubicación y la limpieza de las instalaciones, entre otras cuestiones.