Publicada

Ramón María del Valle-Inclán (Vilanova de Arousa, 1866- Santiago de Compostela, 1936) fue un titán de la creatividad, un adelantado a su tiempo, mordaz y genio visionario, que dejó una huella indeleble en la literatura española. Fue el alquimista de las letras que destiló el esperpento, un género único que muchos críticos han emparentado con el expresionismo, pero que en su pluma adquirió una identidad inconfundible. Su obra maestra dentro del género, Luces de Bohemia (1920), es el mejor ejemplo de esta mirada singular: una realidad deformada, grotesca y reflejada en espejos cóncavos, donde los valores consagrados de la sociedad se tambalean en situaciones tan absurdas como incisivas. 

Valle-Inclán no sólo esculpió un universo literario inimitable: él mismo se convirtió en un personaje arrancado de las páginas de sus obras. Con una personalidad que oscilaba entre el misterio y la extravagancia, supo conjugar en su figura dos mundos que parecían irreconocibles: la bohemia indomable de los márgenes y el dandismo más refinado. Entre fantasías, medias verdades e incluso exageraciones que el propio escritor se encargó de alimentar, forjó un aura tan magnética como inasible. Un personaje inclasificable que, pese al paso del tiempo, sigue habitante en el imaginario colectivo de la literatura como un genio impredecible y eterno. 

Más allá de su Vilanova natal, la vida de Valle-Inclán también se mantiene profundamente enraizada en la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal, convertida en el epicentro de algunos de sus años más productivos, concretamente entre 1916 y 1925. Hoy, las huellas de su pasado siguen habitando entre las calles de esta villa coruñesa, cobrando vida tanto en el espacio museístico dedicado a su vida y obra como a través de la Ruta de Valle-Inclán en A Pobra. 

Las huellas de Valle-Inclán en A Pobra

Museo Valle-Inclán. Turismo de Galicia A Pobra do Caramiñal

Este recorrido literario por las calles de A Pobre permite al visitante sumergirse en el legado histórico de Valle-Inclán en esta localidad, hilvanando recuerdos y escenarios a través de una ruta que enlaza los hogares de sus antepasados con los edificios donde forjó muchas de sus historias o los cafés que acogieron sus apasionadas tertulias. El paseo culmina en un mirador panorámico que lleva su nombre, coronado por un busto en su honor que contempla el horizonte infinito de la ría de Arousa, como si el propio Valle aún vigilase las tierras que marcaron su vida y obra. 

Lo cierto es que esta ruta no sigue un itinerario fijo, sino que invita a perderse entre las callejuelas de la villa, descubriendo, a cada paso, los rincones que habla de la vida del literario o incluso evocan los escenarios de su universo literario. Sin embargo, para comenzar este paseo del todo informados, lo más recomendable es tomar como punto de partida el Museo Valle-Inclán, enmarcado en las entrañas de la conocida Torre de Bermúdez.

Se trata de una antigua torre señorial que fue declarada Monumento Histórico Artístico de Interés Nacional en 1976 y que en el presente atesora un ingente repertorio de artículos, manuscrito originales, primeras y segundas ediciones de sus obras, fotos, documentación y hasta muebles de sus viviendas e incluso piezas de vestuario utilizadas en sus obras. 

Casal da Mercé. Fototeca Museo Valle-Inclán A Pobra do Caramiñal

Al margen del museo, el espíritu de Valle-Inclán sigue vivo en los once rincones que configuran la ruta literaria de A Pobra. Uno de ellos es el Colo de Arca, antigua vivienda que perteneció a unos parientes hidalgos de don Ramón por su línea materna, protagonistas de un suceso que el escritor llevó al papel en sus muy galaicas Comedias Bárbaras ―trilogía formada por Águila de Blasón (1907), Romance de Lobos (1908) y Cara de Plata (1922).

También destaca el Antiguo Hostal Ferro, donde el escritor y la actriz Josefina Blanco Tejerina se alojaron con motivo del alquiler y rehabilitación del Casal do Mercé. Dicha vivienda es otro de los puntos esenciales del paseo, hogar de la familia Valle-Inclán Blanco entre 1917 y 1921. En esta residencia surgieron varias de sus obras más icónicas, entre ellas Divinas palabras (1919) o Los cuernos de Don Friolera (1925). 

Tras dejar atrás el Casal do Mercé, la familia del escritor fijó su residencia en Villa Eugenia, una vivienda urbana en la que residieron entre 1921 y 1925. Este período fue excepcional en la producción del escritor, que alumbró con libros como La rosa de papel (1924), Tirano Banderas (1926) o su emblemática Luces de Bohemia en versión definitiva. La ruta literaria continúa hacia la iglesia de Santa María a Antiga do Caramiñal, un templo que combina los estilos renacentista y barroco, y que es evocado en las primeras versiones de Mi bisabuelo, relato incorporado más tarde en Jardín Umbrío (1920).

Foto antigua de la Farmacia de Tato. Fototeca Museo Valle-Inclán A Pobra do Caramiñal

Otro punto imprescindible es la Farmacia de Tato, escenario de las célebres tertulias en las que Valle compartía tarde de charla y recreo, una costumbre muy en boga en la época. El establecimiento fue fundado en 1903 por el farmacéutico Santiago Tato, amigo cercano del escritor, testigo de innumerables excursiones por la comarca do Barbanza. Por su parte, la Casa grande de Aguiar y el Pazo do Couto se alzan con señorío en el corazón histórico de O Castelo, un enclave frente al embarcadero que Valle-Inclán evocó magistralmente en su obra teatral Romance de lobos.

Entre los rincones religiosos destacados de esta ruta también está la iglesia de Santiago do Deán, situada en un entorno de rica tradición nazarena, donde había procesiones de ofrecidos y amortajados que acuden a la feria de Viana. Este templo, cargado de simbolismo, aparece inmortalizado en textos valleinclanianos como Sonata de Otoño (1902) o las ya citadas Divinas Palabras y Romance de lobos.

La Torre de Xunqueiras, declarada Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional, también tiene su lugar en la geografía literaria de Valle-Inclán como parte de las míticas aventuras del Marqués de Bradomín. Por último, y antes de enfilar el camino hacia el mirador panorámico, el recorrido literario hace una parada en la Casa de García Martí, hogar y estudio del ensayista Victoriano García Martí. El escritor vilanovés compartió con él una estrecha amistad e incluso tuvo el honor de escribir el prólogo de su libro De la felicidad (1925).

Mirador de Valle-Inclán. Turismo A Pobra A Pobra do Caramiñal

El paseo por las callejuelas de A Pobra do Caramiñal alcanza su punto álgido y final en el Mirador de Valle-Inclán, uno de los enclaves más elevados y espectaculares del municipio. Desde aquí, la naturaleza y el paisaje se funden en una panorámica de ensueño, un marco incomparable que, en 1919, sirvió de escenario de una emotiva fiesta en honor al escritor, organizada por los vecinos de la villa.

En el presente, este balcón privilegiado se encuentra presidido por una escultura de vanguardia del busto de Valle-Inclán, obra del polifacético artista gallego Benito Prieto Coussent, quien la esculpió alrededor de 1936, perpetuando la memoria del genio del esperpento en el horizonte infinito de su querida tierra.