Siguiendo nuestros ríos o riachuelos, descubriendo nuestro patrimonio y las mejores vistas de nuestros paisajes, en la comarca de Santiago de Compostela y las de su área de influencia hay una oferta ilimitada de rutas.
Barbanza, Noia, Muros o los ayuntamientos de Ames, Brión o Negreira tienen muchos espacios naturales que, atravesados por maravillosas sendas, permiten conocer todos sus encantos y pasar jornadas de descanso y disfrute sin ir muy lejos de la capital gallega.
Senda do río Sar, en Santiago de Compostela
Aunque se le conoce como la Ruta del Río Sar, lo cierto es que esta caminata es popular por conectar el Parque Eugenio Granell con el Bosque del Banquete de Conxo, uno de los lugares con más encanto de toda la capital gallega. Además, el punto de partida está muy cerca del centro de la ciudad, lo que la hace una ruta muy accesible para el día a día. De hecho, de la quincena de propuestas, será el itinerario más concurrido.
La ruta comienza en la Colegiata de Santa María a Real do Sar y termina, después de siete kilómetros de baja intensidad, en la Fervenza de Conxo. Allí, daremos vuelta. Durante todo el trayecto nos acompañará el transcurso del río Sar y pasaremos por el Bosque de Conxo, donde se encuentra su famoso Carballo, que con más de 250 años se convertía en 2022 en el mejor árbol de España.
A continuación, se encuentra el mural del Banquete de Conxo, que conmemora al acto de confraternización entre clases que ocurría en marzo de 1856, en el que chicos de buenas familias sirvieron a obreros como símbolo de igualdad.
Ruta de Covas a Bertamiráns, en Ames
El ayuntamiento de Ames, colindante con el de la capital gallega, está repleto de espacios naturales. Habrá a quien le sorprenda que, incluso cerca del núcleo urbano de Bertamiráns, existe una ruta natural a orillas del río Sar que nos llevará hacia el propio pueblo.
La senda comienza en el lugar de Covas (Ames) y su duración es de aproximadamente una hora y 40 minutos. Son algo más de seis kilómetros bien señalizados donde se disfruta de campos, aldeas, bosque e incluso se pasa al lado de un molino de agua y también de los petroglifos de O Vilar, un conjunto de cinco rocas con grabados de cazoletas, círculos y una cruz griega. La dificultad de la ruta es baja, por lo que es apta para cualquier persona.
Ruta dos Muiños de Riamonte, en Ames
Quizá esta sea la ruta más conocida del ayuntamiento de Ames, por ser la que asciende el monte o pico de San Marcos, en la parroquia de Santo Tomé. El encanto de la senda reside en la decena de molinos abandonados que la decoran en su comienzo, en las barbas del pico. Muchos de ellos están destrozados y otros comidos por la maleza, por lo que, sumados a la abundante vegetación y el sonido del riachuelo y las pequeñas cascadas naturales, evocan un escenario tan único como nostálgico.
Tras pasar los molinos queda la subida por pistas y plantaciones hasta el alto del San Marcos, a 343 metros. Desde allí se contempla una estupenda panorámica de toda la comarca y, además, se encuentran unas ruinas de la antigua Ermita de San Marcos y de una torre de vigilancia probablemente medieval. Tras siete kilómetros, las vistas merecen la pena.
Ruta da Andoriña, en Ames
Esta caminata comienza en un lugar muy conocido por los de Ames y Santiago: la Praia Fluvial de Tapia. Desde este espacio de baño, uno se dirige en paralelo al río Tambre a contracorriente hasta llegar a la carretera y a la Ermita de Nosa Señora da Madalena y la milagrosa Fonte Santa, donde quien tiene alguna verruga puede curarla. Solo tendrá que llevar un paño de tela, mojarlo en el agua que cae de la fuente, pasarlo por la verruga y dejarlo colgado de una de sus barandillas.
Al pasar la zona de la ermita, llega un espacio lleno de vegetación de cuento, donde solo se escuchan los pájaros y el paso del riachuelo Andoriña, que nos acompaña en toda la caminata. En los 5,2 kilómetros perfectamente señalizados se disfruta, además, de varios molinos, cascadas naturales, puentes, una muralla defensiva del castro de Piñeiro y alguna que otra aldea con edificaciones tradicionales y religiosas. La riqueza de la ruta radica, además, en sus bosques autóctonos en los que se encuentran desde castaños hasta laureles.
Ruta da Lamprea, en Brión
El mayor atractivo de esta ruta está en la aldea de Ons de Abaixo, en la Fervenza do Pozo Negro, con seis metros de altura, una preciosa poza a sus pies y una atmósfera de ensueño. Sin embargo, el itinerario comienza antes, en el puente que une lo que el río Tambre separa: los ayuntamientos de Negreira y Brión. En concreto en el club de piragüismo, donde se puede dejar el coche.
Es una ruta fácil, circular y apta para todas las edades, sin gran desnivel. Son 10 kilómetros que se hacen perfectamente en dos horas. Está correctamente señalizada, transcurre a orillas del Tambre y también por bosques frondosos con gran presencia de castaños, robles y abedules.
Ruta dos Cruceiros, en Brión
Con gran presencia también del río Tambre, esta ruta brionesa propone conocer y explorar uno de los símbolos más tradicionales de Galicia y muy estudiados por Castelao: los cruceiros. El escritor de Rianxo contaba que, donde se levantaba un cruceiro, se había cometido un pecado.
En el itinerario, que comienza en el lugar de Forxán, veremos más de seis cruceiros, entre los que destacan el de Boullón, el de Vioxo de Abaixo, el de Mourentáns o el de Goriña -el más antiguo del municipio, datado en 1637-. En sus algo más de siete kilómetros y dos horas de camino, la ruta confluye en algunos puntos con el Camiño Francés.
Ruta dos tres pazos, en Negreira
Como su propio nombre indica, este itinerario de más de 10 kilómetros que recorre parte del ayuntamiento de Negreira -guiado por el río Barcala- nos enseñará tres pazos indispensables. El primero de ellos, da la bienvenida a la ruta: el Pazo do Cotón, medieval y reformado en el siglo XVII. A partir de ahí, se recorren los dos kilómetros de paseo fluvial, con abundante vegetación y una cascada preciosa, hasta llegar al área recreativa de Cobas, donde está el refugio de pescadores.
Tras pasar por el monte Bergando y el monte do Quenllo -que parece un bosque encantado- se llega al Pazo de Baladrón en uno de los pueblos más bonitos de España desde 2022: A Ponte Maceira. No podrás evitar capturar la belleza de su puente romano en un ambiente rodeado de vegetación, piedras, una impresionante cascada y una aldea con casas tradicionales. Tras el pueblo y volviendo a Negreira, encontramos el último pazo: el de Albariña, de Varela o del Capitán.
Ruta do Castelo de Vitres, en Boiro
Pese al nombre de la ruta, lo cierto es que no hay ningún castillo que ver en Boiro. Pero lo hubo, a 472 metros de altura, donde termina este itinerario.
Esta ruta es uno de los grandes atractivos del municipio de Boiro y, sin duda, uno de los principales caminos de senderismo por la sierra del Barbanza. Está correctamente señalizada, pero no es para todos los públicos: son 18 kilómetros con muchas pendientes y hay que tener cuidado con las piedras donde uno pisa. En tu camino encontrarás caballos salvajes.
La experiencia comienza en la parroquia de Brazos. De allí, pasaremos por un paraje lleno de vegetación con varios molinos abandonados a orillas del río, hasta llegar al lugar de Mosquete. Allí empieza la conocida como Calzada de Vitres, un antiguo paso de origen medieval que nos lleva al que un día fue una fortificación de defensa y control. El edificio probablemente fuese una torre o una atalaya y su objetivo debía de ser el control de la entrada hacia Padrón por la Ría de Arousa. De él no quedan nada, pero las vistas siguen siendo impresionantes desde el lugar.
Ruta dos ríos San Xusto e Vilacoba, en Lousame
La ruta se puede recorrer de forma más corta, haciendo solo la senda de las fábricas de papel o solamente visitando el hábitat del Monasterio de Toxosoutos, en San Xusto. Sin embargo, aquí se presenta el itinerario completo.
Son algo más de 20 kilómetros, por lo que no es un trayecto para todo el mundo, ya que además hay zonas resbaladizas y completarlo requiere de varias horas. Sin embargo, merece mucho la pena. Está repleto de magia y misterio porque a las riberas del río Vilacoba y el San Xusto no solo hay molinos abandonados, sino también varias fábricas papeleras en ruinas que aprovechaban la calidad del agua de la zona para hacer su papel. Además, hay varios petroglifos en el camino y, al llegar al increíble Monasterio de Toxosoutos, veremos también varias cascadas y pozas naturales donde poder bañarse.
Subida a A Curota, en A Pobra do Caramiñal
Esta ruta circular de 10 kilómetros, dificultad media y preciosas vistas, rica en patrimonio natural y paisajístico comienza en Aldea Vella, A Pobra do Caramiñal. A partir de ahí, el río Pedras nos guiará en un camino lleno de sus maravillosas piscinas naturales y cascadas, entre las que destaca la Fervenza de Augas Brancas.
Ascendiendo, por pistas más bien forestales, llegaremos al pico de A Curota, donde se encuentra uno de los miradores más bonitos de toda la comarca de Barbanza, con vistas a la ría de Arousa.
Ruta da Punta do Queixal, en Muros
En Muros encontramos este itinerario que nos permite descubrir el desconocido faro de la Punta do Queixal y explorar el famoso Monte Louro, presente en las vistas de la ría de Muros-Noia desde casi cualquiera de sus puntos.
La ruta tiene distintas variaciones, pero se puede establecer como inicio el aparcamiento del faro de Monte Louro. Desde ahí se asciende por el Pico da Madalena, siempre con unas maravillosas vistas al mar, hasta llegar tras cuatro kilómetros a lo alto del Monte Louro, donde la panorámica es excepcional.
Ruta del Monte Louro, Area Maior y Ancoradoiro, en Muros
Esta ruta, de no mucha dificultad, comprende casi 10 kilómetros de dificultad moderada que permiten recorrer la costa de Muros desde el Monte Louro en dirección a la Costa da Morte. En esta senda se visitan la playa de Area Maior y sus dunas, la Lagoa de As Xarfas hasta acabar de recorrer la playa de O Ancoradoiro. Además, en esta ruta podemos observar las garzas que habitan en el lago, así como diferentes jorobas de granito.
Ruta de Cova de Gatos, en Muros
Este itinerario une dos de los sitios más interesantes desde el punto de vista rupestre de la provincia coruñesa: A Cova da Bruxa y Laxe das Rodas. Son casi cuatro kilómetros donde no solo se disfrutarán de las manifestaciones de arte rupestre gallego (especialmente con espirales), sino también de las hermosas vistas de la ría. Además, se pueden ver distintos hórreos y aldeas que muestran la vida rural gallega marcada por la influencia de la agricultura.
Ruta do Castro de Baroña, en Porto do Son
Una de las mayores riquezas del ayuntamiento costero de Porto do Son es su impresionante Castro de Baroña, un poblado de la Edad de Hierro ubicado en una pequeña península con unas espectaculares vistas al mar. No podía faltar, entonces, una ruta que lo tuviese como parada obligatoria y destino.
La ruta, de cerca de siete kilómetros y perfectamente señalizada, se inicia en el camping Os Castros y nos llevará al lado de la costa pasando por las playas de Arealonga y del Dique, así como las aldeas de Tarrío y Penas. Simplemente, espectacular.
Ruta de Corrubedo, en Ribeira
A menos de una hora de Santiago está situado uno de los espacios naturales más increíbles de Galicia: el Parque Natural de Corrubedo, en Ribeira. Con 996 hectáreas, cuenta con varias sendas que permiten recorrer sus dunas, además de las Lagoas de Carregal e Vixán.
Algunas de las rutas que se pueden hacer son la del Agua, que en sus 2,5 kilómetros recorre los dos lagos; la de la Playa, con kilómetro y medio de paseo de madera a lo largo del arenal; la de A Gandarela, que nos adentra en el conocimiento de la laguna de Carregal; o la del Viento, que nos permite conocer los Campos de Olveira y la duna móvil, que se desplaza cada año unos centímetros.