El restaurante Tropicaña de A Coruña (Francisco Catoira, 38), que este año ha cumplido cinco exitosos años en la ciudad, ha conseguido este verano su ansiada ampliación (el restaurante se les quedó pequeño) con la inauguración a finales de julio de una brasería (Avenida de Galicia, 26 bajo) con el mismo nombre donde se servirán principalmente todo tipo de especialidades de carne brasileñas. La estrella, como en su primer restaurante, y que sirve como presentación del local es la picaña, tan demandada que se llegan a consumir semanalmente hasta 40 kilos de este producto.
Los responsables del local llegaron hace 14 años a la comunidad y son la brasileña Caroline Souza y su marido Leonardo, cuyo negocio tiene esencia familiar porque los fines de semana su hijo de 18 años les echa una mano, a la vez que otra pareja brasileña forma parte del equipo. Las especialidades más demandadas son carnes llegadas directamente de Brasil y poco comunes en Galicia como la joroba de buey, que se sirve sobre una teja con yuca frita de guarnición y se cocina durante 40 horas a cocción lenta para que se deshaga la carne. El toque final se aporta vertiendo el propio juego de la carne sobre la elaboración.
Otras variedades de la carta son la feijoada (un plato de cuchara a base de alubias negras y carne de cerdo ahumada salada con un toque a leña) junto a productos locales a modo de entrante como el pulpo, chipirones o las zamburiñas, además de otras opciones como nachos con guacamole o cachitos con carne mechada. Esta amplia variedad se debe a que los dueños quieren una fusión de recetas internacionales.
Pescados salvajes y postres caseros
La costilla de vaca a baja temperatura es otro de los platos más llamativos del menú, de elaboración lenta durante 30 horas y que se sirve a la brasa para conseguir un original toque a leña y se sirve con yuca frita o con una exquisita crema de yuca. La joroba de buey es una de las grandes innovaciones, que se sirve en una teja y con el jugo de la carne en la que se cocina a baja temperatura por encima. "Muy potente y suave a la vez", concreta la dueña del Tropicaña. Los chuletones de vaca hechos a la brasa son otra de las opciones.
Los pescados también forman parte del menú y el Tropicaña dispone de pescados salvajes por encargo y también lubina, dorada o corvina. Esta última es uno de los platos más especiales del restaurante porque es una variedad difícil de encontrar y se sirve con leche de coco y verdura, todo cocinado en una cazuela que se lleva directamente a la mesa humeando. "Una comida muy indígena aderezada con una crema de harina de yuca que a la gente le suele gustar y es contundente", explican los responsables.
El toque dulce lo aportan las tartas caseras variadas de especialidades brasileñas como la trufa de chocolate casera tradicional de Brasil, además de la mousse de maracuyá o el açai, que "se come de manera diferente en el sur de Brasil, donde se le añaden aderezos como leche condensada o en polvo, que en el norte", detallan, a la vez que añaden que también se suele servir en una cazuela con fruta y leche condensada. El flan de leche condensada (en sustitución del huevo) o la piña asada son otros de los dulces típicos, sobre todo este último después de comer, porque "ayuda a hacer la digestión y eliminar la grasa de las comidas", dice Souza.
Cócteles variados y jornadas gastronómicas
La oferta de cócteles del Tropicaña es otro de sus atractivos y al margen de las clásicas caipirinha o caipiroska, elaboran zumos tropicales "de todas las frutas imaginables", muchas de ellas exclusivas de Brasil. A su vez, la acogida de esta nueva propuesta del Tropicaña ha sido muy buena, "con clientela fiel y gente nueva que va, prueba y recomienda" y muchos fines de semana ya han estado completos.
La calidad precio es de 12-15 euros por persona y el nuevo local dispone de 17 mesas en el comedor, además de una terraza acristalada y una exterior para la época estival. El horario de de 10:00 a 01:00 horas para cubrir desayunos, comidas, cenas y aperitivos. Asimismo, debido al éxito de las jornadas gastronómicas brasileñas llevadas a cabo en el restaurante de A Coruña con "una increíble aceptación", según los dueños.
Éstas se replicarán los próximos meses en O Burgo para "ir introduciendo las especialidades brasileñas más típicas en el paladar poco a poco y demostrar que la comida de Brasil es más que lo típico", concluyen orgullosos Caroline y Leonardo, a los que espera un futuro prometedor en esta nueva ubicación.