La calle Fernando Arenas Quintela es la ubicación del nuevo establecimiento del centro de A Coruña: La Chata. Un acogedor espacio multifuncional en el que se puede tomar un café por la tarde en un ambiente tranquilo, un plato sano al mediodía, unas cañas con amigos o unas copas de calidad bien entrada la noche a cargo de un mixólogo con 20 años de trayectoria que acerca a la ciudad la coctelería londinense. La decoración es obra del prestigioso Pepita de Oliva Studio y sus socios son el gerente y copropietario Loren Otero y el responsable del estudio de interiorismo y mobiliario nórdico, José María Quintela.
El llamativo nombre se debe a que Chata es como llama la hermana de Otero a su mascota, un Carlino, que tiene presencia en el establecimiento como icono del local junto a su nomenclatura en una de las paredes de la entrada. Además, y en honor a este especial animal, el establecimiento es pet friendly.
La Chata abrió oficialmente al público el viernes, 24 de febrero, y para alejarse del mítico local que ocupó este espacio durante años, los nuevos dueños han dado un giro de 180 grados al concepto con espacios divididos en mesas altas, sofás, una zona de sala con comedor y un reservado para reuniones de trabajo, cumpleaños, prebodas y demás eventos especiales (es posible alquilar otras zonas del establecimiento o entero).
El horario de lunes a viernes es de 12:00 a 00:00 horas y de 12:00 a 02:00 horas los jueves y los fines de semana de 12:00 a 02:30 horas. Próximamente con la llegada de la primavera y el buen tiempo La Chata contará con una terraza y a corto plazo se plantean abrir dos horas antes, a las 10:00 horas, para tener disponibles desayunos y brunch.
Street food, lifestyle y cinco platos del día
Toda la comida de La Chata es para compartir y se basa en el concepto de street food, es decir, que todos prueben de todo y que sea una comida de calidad y kilómetro cero. En la carta se puede encontrar: una costilla Thai Barbacue, Fish and Chips, calamares a la andaluza, hamburguesa o bocadillo de langostinos. "La cocina se adapta a todos los públicos, desde entrantes fríos y calientes, panes, ensaladas para los más sanos o cañas con hamburguesa viendo el fútbol", detalla el copropietario, que detalla que la carta incluye cinco platos del día, uno cada día de la semana, que abarcan siempre un plato de cuchara, un pescado o carne a la plancha, un arroz y pasta.
Después del servicio de cenas, los fines de semana se bajarán las luces y se elevará la música para que el establecimiento tenga un ambiente más nocturno y festivo y en ese momento se podrá elegir entre tragos largos, cortos y Martini, además de copas de alcohol de primeras marcas. Varios tipos de Martini, Vodka, Whsiky o Ginebra son algunos de los tragos cortos, que se unen a otras opciones como los tragos largos afrutados o los clásicos como el Mojito o el Moscow Mule. Otras especialidades son el whisky puro de malta escocés Macallan, el Mezkal con sabor a café y cócteles propios como el Zombie, Martillo de Dios, Penicilina o Amanecer.
"Dinos qué bebes y te lo preparamos", explica uno de los socios, que detalla que el público por la tarde es de edad elevada pero los viernes y fines de semana suele moverse entre los 25 y 45 años. En cuanto a la calidad-precio, las copas van desde 7 hasta 20 euros, los platos del día con bebida no superan los 12 y el ticket medio para comer es de 20 o 25 euros por persona. "La idea es que todos prueben de todo sin que ello suponga un gasto excesivo. Hay mucha gente de oficinas por la zona y existe esa tendencia de cuidarse por la semana y ser disfrutón el fin de semana", afirma Otero.
En los próximos meses, está previsto que La Chata acoja maridajes, monólogos, catas o presentaciones de productos "ofreciendo lo que se necesita en cada momento y trayendo algo diferente a la ciudad", resume uno de sus responsables, que adelanta que este mes ya ha cerrado algunas fechas para eventos privados.