Hace tres semanas que pasar por la Avenida Fernández Latorre, número 5, sin desviar tu camino es un auténtico reto. El olor inconfundible a dulce, aunque no empalagoso, con matices que hacen la boca agua invita a pararse y entrar en el local del que emana el olor: Bensenta. Su aspecto llama a la calma, a vivir más despacio. Los remates en madera cálida y sus acabados amarillos dan la impresión de paz y diversión. Una sensación que enseguida se mantiene una vez te recibe Mónika Romero, la propietaria de esta nueva tienda de reportería saludable en A Coruña.
En sus vitrinas hay pasteles elaborados a partir de productos de proximidad y de temporada. Una elección que hace con el objetivo de hacer feliz a la gente, según cuenta Mónika. Se describe como "cuidadora" y "gallina": "Yo vendo salud, porque quiero que salgas de aquí con algo que te va a sentar bien y que está rico", asegura.
Tarta de arándanos, bizcocho de boniato, magdalenas de zanahoria, brownie de quinoa y cacao o tarta de manzana son algunas de las propuestas de Mónika y su hija Susi, pinche de cocina, y semilla del proyecto. "A raíz del TEA -Trastorno del espectro autista- de mi hija empecé a quitar azúcares y gluten de mis recetas", explica. El gran salto al mundo empresarial lo dio cuando, tras 24 años en el sector de la banca, sufrió un ERE.
"Te ves con 48 años, sin trabajo, y tienes dos opciones: opositar, aceptar un trabajo por la mitad de tu sueldo o reinventarte", afirma. Ella tomó el último camino. Maleta en mano partió a Barcelona para hacer varios cursos de repostería especializada, además de algunos cursos de emprendimiento del Concello. Lista para abrir su negocio, el covid truncó su proyecto. Cuatro años después Bensenta ya es una realidad.
Sus recetas son saludables, sin azúcares refinados, ni tampoco gluten. Asegura que "aquí reducimos en más de la mitad los niveles de azúcares de todas las recetas". Un trabajo que también le retrasa la elaboración de los postres en su pequeño obrador, situado en la planta baja del local y visible para todos los clientes: "Mientras una persona hace tres tartas, yo hago una", calcula.
Un sello de identidad es su relación con los proveedores. Son comerciantes locales, de proximidad y con producto ecológico. Un trabajo que Mónika valora mucho, por eso aplica la filosofía del Desperdicio Cero: "Lo que no vendo en dos días lo retiro y se lo doy o a amigos o gente que sé que lo necesita".
"Es dulce, pero no empalagoso"
En apenas 30 minutos tres personas se acercan a Bensenta. Curiosos por las recetas, Mayte y Miguel prueban el bizcocho de boniato. Es un éxito: "Está muy bueno. Está dulce, pero no pesado", sentencian después de relamerse los labios tras probar la muestra que le ha ofrecido Mónika. Al final no se resisten y prueban también las magdalenas de zanahoria y la tarta de arándanos.
La visita dura 15 minutos entre curiosidades y anécdotas que ofrece este tipo de repostería. Mónika también les adelanta algunas novedades a corto plazo: habrá galletas para veganos, recetas saladas como patés y algún curso de comida consciente y charlas de bienestar. Aunque esto ultimo correrá a cargo de su marido.
"Qué bien sienta, mamá"
Susi, la hija de Mónika, es el 50% de este nuevo proyecto. Las recetas nacieron de una necesidad por mejorar su TEA y el nombre de la tienda de su reacción al probar el bizcocho de maíz, romero y miel de su madre: "Qué bien sienta, mamá". Una frase que finamente dio lugar al nombre de Bensenta a su tienda de repostería.
El bizcocho está disponible en la tienda. Es de los pocos que no desaparecerán y que, de hecho, tiene un sitio especial en la vitrina de la repostería. El resto de recetas podrán ir variando, todo depende "de los productos que estén de temporada", cuenta Mónika.